Los sueños de Caterine Ibargüen

La atleta colombiana sueña con el oro en Veracruz 2014, superar en 2015 el récord mundial de salto triple y llegar fuerte a Río 2016.

Redacción Deportiva
20 de octubre de 2014 - 02:11 a. m.
La golfista colombiana Paola Moreno (der.) le enseña a potear a Caterine Ibargüen en un evento de Herbalife.   / Andrés Torres
La golfista colombiana Paola Moreno (der.) le enseña a potear a Caterine Ibargüen en un evento de Herbalife. / Andrés Torres

Su mejor compañera es la sonrisa. Siempre está feliz y a cada detalle le saca un chiste. Es común oírla afirmar que lo que la hace tener esa actitud positiva es el amor por lo que hace. No importa que tenga que estar frente a micrófonos y responder varias veces la misma pregunta. La amabilidad es una de sus grandes cualidades. Caterine Ibargüen ha construido una imagen tan representativa como la de los grandes futbolistas que causan sensación en lugares públicos. En medio de un evento de uno de sus patrocinadores, la atleta antioqueña, vestida con pantalón negro ajustado, botas y cinturón café que hacían lucir su figura, ingresó a un escenario con unas 4.000 personas que no hicieron más que idolatrarla. Su timidez sale a flote cuando hay exceso de agasajos. Sin embargo, a eso se ha tenido que acostumbrar, porque la cantidad de logros que ha alcanzado sobre las pistas de atletismo la han convertido en un personaje galáctico, de esos que no aparecen todos los días y que dejarán huella por el resto de los años.

2014 ha sido casi perfecto para Caterine, en la Liga de Diamante no tuvo rival y siempre que compitió se subió al lugar más alto del podio. “Este año lo califico como el mejor de mi carrera. He tenido cambios técnicos que me han dado resultados. Espero seguir ascendiendo cada día más y más”, dice con una firmeza semejante a la de sus zancadas. Haber logrado su marca personal, que ahora está en los 15 metros y 31 centímetros, es quizás la mayor alegría que tuvo en el año. Sin embargo, no se conforma y asegura que esa es la magia del atletismo, un deporte con marcas en el que siempre la motivación va a ser superarse a sí misma. “Todo se basa en seguir soñando. En pensar que cada vez más voy a poder lograr mejores resultados. Cuando consigues una marca, inmediatamente piensas en mejorarla y no conformarse”, cuenta la antioqueña, quien es consciente de que ahora sus rivales tienen como objetivo número uno vencerla a ella. “Por eso digo que mi primer rival soy yo misma. Así he pensado y así lo seguiré haciendo”.

Tan bueno fue el balance de 2014, que fue una de las 10 nominadas a atleta del año por la Federación Internacional de Atletismo. Pero, aunque no quedó entre las tres finalistas, dice estar “muy feliz; fue un honor. Son miles las deportistas que compiten en cada evento del atletismo, así que estoy contenta de que hayan tenido en cuenta mi nombre y reconocido mis resultados de este año. Seguiré luchando para estar entre las tres en 2015”.

Aunque Caterine hace balances de la temporada de 2014, aún no ha terminado la competencia. En noviembre (del 14 al 30) participará en los Juegos Centroamericanos y del Caribe que se disputarán en Veracruz, México. Será la abanderada de la delegación nacional y eso es una motivación extra que la exige a ir únicamente por el oro, porque “llevar la bandera de mi país en los hombros me motiva mucho más. Que yo sea la abanderada es un honor y es algo que voy a hacer con el mayor de los orgullos”.

Luego llegará el descanso, que será corto porque 2015 será un año tan exigente como 2014, en el que comenzará a participar en pruebas puntuables para Río 2016, a donde sueña ir para bañarse de oro. “Siempre continúo con mi preparación deportiva. Como deportista de alto rendimiento es muy poco el tiempo que tengo libre. Lastimosamente no voy a tener mucho descanso, porque el próximo va a ser un año muy intenso. Pero lo hago con la mayor felicidad, porque sé que debo sacrificar algunas cosas para que en 2015 pueda cosechar tan buenos resultados”, afirma con entusiasmo, eso sin con un final contundente: “Río 2016 es mi gran anhelo. Me veo, sueño y creo que va a estar la medalla de oro colgada en mi pecho, pero debo seguir preparándome para eso. No puedo aflojar”.

Por Redacción Deportiva

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