"Me sentiré en Brasil el día que me convoquen"

El lateral del PSV Eindhoven ha jugado dos mundiales de categorías menores y sueña con estar en uno de mayores. Le ha respondido a Pékerman en la cancha.

Luis Guillermo Montenegro
13 de abril de 2014 - 07:01 a. m.
Santiago Arias, lateral derecho de la selección colombiana de fútbol.   / AFP
Santiago Arias, lateral derecho de la selección colombiana de fútbol. / AFP

Raúl Arias quería ser futbolista, y a pesar de que tenía el talento sus padres nunca lo apoyaron. Por eso desde muy joven se propuso que el día que tuviera un hijo le enseñaría a jugar fútbol y se convertiría en el mejor aliado para verlo llegar tan lejos como él mismo hubiese querido llegar. Santiago Arias nació, y uno de los primeros regalos que le dio su padre fue una pelota. “Yo no le paraba muchas bolas a la pelota, de pequeño lo que me encantaba era jugar con carritos y muñecos”, recuerda Santiago, quien sólo se comenzó a interesar en el fútbol cuando tenía cinco años y empezó a jugar en los recreos con sus compañeros del colegio Calasanz de Medellín.

“Le decían La Saeta, por su velocidad. Jugaba como delantero o volante por derecha”, recuerda Ceferino García, quien fue su profesor de educación física en el colegio y luego su técnico en la Escuela Alexis García.

Siempre el apoyo de Raúl estaba, era quien lo llevaba a los partidos, le daba indicaciones, le aconsejaba y se preocupaba porque no se desviara del camino. El objetivo lo había cumplido, porque luego de que su hijo quedó campeón con la selección de Antioquia, pasó a La Equidad, en donde cada vez estaba más cerca de debutar como profesional.

Cuando Santiago iba a disputar su segundo partido como profesional, en Manizales frente al Once Caldas, su padre murió. Fue justamente Ceferino García quien llamó al técnico Alexis para informarle la fatídica noticia. Santiago no jugó y viajó a Medellín para acompañar a su hermana y su mamá.

Raúl nunca pudo ver a Santiago en el lugar donde hubiese querido, sin embargo, la semilla que sembró en su hijo germinó y los resultados se dieron. Tras destacarse en el Mundial sub-20 de 2011, fue a jugar a Europa en el Sporting de Lisboa, luego al PSV de Holanda, uno de los equipos más históricos de ese país y, como si fuera poco, hoy en día es uno de los posibles convocados por José Pékerman para el Mundial.

Desde Eindhoven Santiago habló con El Espectador sobre su carrera y el gran sueño que representa para él jugar el Mundial de Brasil.

 ¿Recuerda cómo se dio su primera convocatoria a una selección?
Cuando jugaba en La Equidad y existía la norma en la que tenía que estar un sub-17 comencé a sumar minutos y después de algún partido se comunicó conmigo Eduardo Lara y me dijo que me quería observar en un microciclo. Me convocó y desde ahí seguí siendo llamado. Jugué el Mundial sub-17 en Nigeria, en el que quedamos cuartos, luego seguí en el proceso de la sub-20, en la que jugué el Suramericano y el Mundial de 2011 en Colombia.

 ¿Justamente fue ese torneo el que le abrió las puertas en el exterior?
Fue muy lindo por todo. Jugar en nuestro país, con el apoyo de los colombianos, fue increíble, ese ambiente que se vivía por esos días sólo lo volví a sentir cuando estuve en Barranquilla en el juego de la clasificación frente a Chile. En ese torneo me vieron de varios clubes de Europa y, finalmente, terminé yendo al Sporting de Lisboa.

 ¿Cómo fue esa experiencia en Portugal siendo tan joven?
Increíble, duré dos años con realidades diferentes. Cuando llegué me veían como un jugador para el futuro, sin embargo, pude jugar cinco partidos como titular y otros cinco en los que entré. Ese año fue bueno para mí porque poder disputar partidos en primera en Europa era un sueño. Luego, en la segunda temporada, el técnico que llegó no quiso contar conmigo y me envió a entrenar con el segundo equipo, pero tuve una buena temporada y por eso el PSV de Holanda se fijó en mí.

 ¿En Portugal compartió con los demás colombianos que estaban en esa liga?
Sólo tuve contacto con James, Jackson y Héctor Quiñones, Falcao ya se había ido. Los fui a visitar varias veces a Porto y compartíamos con nuestras familias.

 ¿Vivir en Holanda fue un cambio duro?
Fue muy bueno. Desde que llegué al PSV me respetaron mucho y me dieron opciones de jugar. A pesar de que es un país con condiciones diferentes a las que estaba acostumbrado, sobre todo por el frío, estoy muy feliz acá. Me siento cómodo al igual que mi esposa.

 ¿Cómo es Phillip Cocu como técnico?
Es un excelente entrenador, tengo la ventaja de que habla español, así que está muy pendiente de mí y me explica las cosas que no entiendo. Siempre ha estado en el momento en que lo he necesitado. Además es un gran referente para todos, por lo que logró como jugador.

 ¿Su futuro está en el PSV Eindhoven?
Acá tengo cuatro años de contrato y hasta ahora voy a cumplir el primero. En este momento, en cuanto a mi futuro, sólo sueño con jugar un Mundial de mayores. Obviamente más adelante quisiera ir a una liga mejor, como la inglesa, alemana o española, pero hay que disfrutar cada momento. Soy joven y tengo una carrera por delante.

 ¿Cómo vivió las eliminatorias al Mundial a la distancia?
Fue bonito, porque recuerdo que me imaginaba jugando, haciendo parte de ese equipo. Sabía que no era fácil, pero lo soñaba. Para ver los partidos siempre los buscaba en la televisión y si no lo encontraba, hacía todo lo posible por verlos por internet. Así fue como vi la mayoría de los partidos.

 ¿Pensó que podría ser convocado para algún partido?
Esa ilusión siempre la tienen todos los futbolistas colombianos. Había hablado con el profe Pékerman, quien me había dicho que me estaba observando, pero nunca pensé que se fuera a dar tan rápido el llamado. Se dio la oportunidad y siempre que he jugado, he dejado todo.

 De un momento a otro llegó a un hotel en Barranquilla, en donde se encontró con Falcao, James, Yepes, Mondragón…
Llegar a la selección fue un sueño hecho realidad. Estar con esos jugadores de tanta experiencia fue bueno para mí, porque me llenó de confianza. Todos me apoyaron y me hicieron sentir como uno más de la familia, no como un invitado.

 ¿Cree que su puesto en la selección está condicionado a la lesión de Zúñiga?
En su momento llegué a reemplazarlo por su lesión, pero creo que he hecho bien las cosas cada vez que he podido jugar, así que es el técnico quien decidirá eso.

 ¿Ha hablado con Camilo Zúñiga?
Sí, lo he hecho. Él es una gran persona y un excelente jugador. Lo he admirado desde que él estaba en Nacional. Me comentó de su situación, me contó que iba excelente y que confiaba en llegar bien para el Mundial. Él me habló sobre lo que venía haciendo yo y me felicitó.

 ¿Usted se siente en Brasil?
Me sentiré en Brasil el día que me convoquen, mientras tanto seguiré trabajando de la mejor manera en mi club para estar listo si es que así lo decide el técnico.

 ¿Faltando tan poco para el Mundial se limita para evitar lesiones que lo puedan dejar fuera de esa cita?
Si es una jugada peligrosa, obvio que uno no va a entrar con todo porque viene algo importante. Es como tratar de evitar choques y entradas, pero de resto hay que seguir jugando igual porque sabemos que es posible no entrar en la lista de convocados y de igual manera tocará seguir exigiéndose en los clubes.

 ¿Qué se dijo después del empate 1-1 frente a Túnez, último partido previo a la convocatoria final?
Queríamos ganar ese partido. Siempre queremos ganar. Pero lo importante es que en esos juegos se ven lo errores y eso es bueno para corregirlos de cara al Mundial. Se habló que debíamos seguir cada uno en nuestros clubes preparándonos de la mejor manera para que mantengamos un nivel y lleguemos a esa máxima cita en gran forma.

 

lmontenegro@elespectador.com

@luisguimonte

Por Luis Guillermo Montenegro

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