Publicidad

Miguel Julio: El más Suramericano

El mediocampista se puso la tricolor por primera vez en enero de 2005 y con 19 años llega a su quinta cita de Conmebol. Es el fiel ejemplo del proceso, aunque le falta consolidarse en el fútbol profesional.

Fabián Rozo, redacción deportes
15 de enero de 2011 - 10:00 p. m.

En las aulas perdió más de una previa de geografía porque no respondió que la capital de Ecuador era Quito y hasta en un examen oral recuerda haber dudado cuál era la principal ciudad de Bolivia, pero el fútbol se encargaría años después de permitirle conocer varios lugares de Suramérica que nunca pensó siquiera encontrar en el mapa.

Por eso, si alguien le pregunta hoy a Miguel Ángel Julio cómo es el clima de Maracaibo, no dudará en afirmar que el calor es tan sofocante, que prefiere las tardes frescas en Santa Cruz de la Sierra o una caminata en Ibarra. Vivencias que sólo pueden compartirse cuando las hojas del pasaporte resultan insuficientes ante tanto sello.

Y es que ya son seis años, de los 19 que tiene, los que completa este samario recorriendo el sur del continente americano vestido de amarillo, azul y rojo. Camino que inició cuando se despedía de la niñez para darle paso a la adolescencia y de la mano de alguien a quien considera más que un padre: Eduardo Lara Lozano.

El seleccionador juvenil de Colombia lo convocó por primera vez en enero de 2005 y el talento precoz mostrado por el mediocampista fue tal, que jugó primero un Suramericano Prejuvenil, antes de afrontar la cita Sub 15 de la Conmebol en esa misma temporada.

Algo impensado, como el llamado mismo según recuerda Julio, quien por ese entonces ya vivía en Medellín, luego de que un año atrás fuese fichado por Fernando Jiménez, dirigente del DIM que le vio jugar en una cancha de Santa Marta mientras disfrutaba de vacaciones y se dio a la tarea de convencer a la madre para que le dejaran partir a la capital antioqueña.

El menor de cuatro hermanos (Carlos, Eliana y Rosa) todavía no se acostumbraba a los fríjoles en lugar del sancocho, cuando “un día la secretaria del club me llamó para que pasara por una carta de convocatoria y yo fui pensando que era para jugar con Antioquia. No la abrí de inmediato y ella me preguntó si había leído bien, entonces al ver el logo de la Federación casi me desmayo, no me la creía porque era muy muchachito”.

A la semana ya se reportaba a trabajos en La Tebaida y una vez se puso la tricolor se hizo una promesa a sí mismo: “Dije: acá estoy y acá me quedaré hasta que el tiempo lo diga, y creo que me he mantenido durante todos estos años gracias al trabajo”.

En aquel grupo “estaban jugadores como Fernando Uribe, Alejandro Bernal y Andrés Gallego, que luego se fue a Boca. Me acogieron de la mejor forma, en especial Nelson Asprilla, un lateral derecho del Cali que llevaba más tiempo y me dio consejos sobre cómo manejarse, con orden, disciplina y desarrollando cada entrenamiento con ganas, actitud y alegría”.

Lo último que supo de su amigo fue que “después se fue a la Primera B y perdí todo contacto con él, pero deseando que donde esté, se encuentre bien”. Igual sus palabras las convirtió en manual y a ellas en buena parte les atribuye que hoy sea un coleccionista de Suramericanos.

Dos años después de los ya reseñados Prejuvenil de Venezuela y Sub 15 de Bolivia en 2005, repetiría Sub 17 en las ciudades ecuatorianas de Cuenca, Ibarra y Latacunga y completaría el proceso con el Juventud de América pasado, que se cumplió a comienzos de 2009 en Venezuela. Y mañana con la Sub 20 en Tacna, Perú, Julio Rosete llegará a su quinto torneo de área.

Cada cual tendrá su significado especial, pero si tiene que elegir, no duda en afirmar que “el Suramericano de Ecuador en 2007 me marcó mucho, porque fue un grupo muy alegre y ambicioso, salimos subcampeones y perseguimos el sueño de lograr el Mundial de Corea, donde éramos favoritos y superamos la primera fase, pero en octavos jugamos contra Nigeria, el equipo a vencer y ante dos equivocaciones, nos cobraron. Si hubiésemos superado ese escollo, habríamos llegado mínimo a la final”.

Y así como recuerda, también quisiera olvidar “el Sub 20 de Venezuela, porque clasificamos a la segunda ronda por sorteo y entonces dijimos: esta es la señal de que algo bueno vendrá, y no fue así. Era un equipo tan bueno y extraordinario que hoy no me explico por qué no fue a Egipto. De haberlo hecho, muchos estaríamos jugando afuera e incluso en la selección de mayores”.

Siempre con el número 16 en la espalda, ha enfrentado a jugadores que ya se consagran internacionalmente, como “Salvio, el argentino que ahora está en el Benfica; el brasileño Lulinha y otro es Toni Kroos, el volante alemán que ya juega en el Bayern Munich, con quien me enfrenté en el Mundial Prejuvenil hace tres años, lo tuve al lado y al verlo hoy en la Bundesliga y la Champions, me pregunto por qué no puedo estar allá”.

Igual no es el único interrogante que se formula, porque luego de seis años en el Poderoso, ve que las oportunidades parecen ser privilegios ajenos… “Ha faltado regularidad en el equipo y varias veces me han dicho: te necesitamos pero vas para la selección, aunque todo eso me motiva a entrenar más duro hasta que se me dé la oportunidad. Siempre he estado ilusionado con ser titular y más ahora que se fue un volante de tanta jerarquía como Juan Esteban Ortiz. Si no es ahora, no es nunca, así que a darla toda en Perú, lograr Dios mediante el cupo a Olímpicos y llegar al equipo a mostrarle con rendimiento al técnico que estoy dispuesto a romperla y a salir adelante con el Medellín”.

Motivos le sobran para seguir luchando, aunque los resume en el tatuaje que reposa en su mano izquierda. ‘Gracias, Dios; te amo, mamá; María Ángel, mi vida’, es el mensaje grabado con sentimiento en la piel y con el que tiene presente al Altísimo, a Nidia, su progenitora, como también a su hija de seis meses de nacida.

Por ello es que no se conforma con ser el futbolista colombiano de más Suramericanos. Ahora quiere transformarse de eterna promesa al profesional de exportación que aparte de pasaporte, tenga el fútbol y sobre todo las oportunidades para alzar vuelo.

Por Fabián Rozo, redacción deportes

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar