El exjugador de los New England Patriots de la NFL, Aaron Hernández, fue absuelto este viernes por un juez en Boston por el asesinato de dos hombres en 2012, tras una pelea en un club nocturno.
Luego de seis días de deliberaciones, el juez encontró que Hernández no era culpable del asesinato de Daniel de Abreu y Safiro Furtado. Solo lo encontraron culpable de un cargo: posesión ilegal de un arma de fuego.
Por tal razón, el magistrado lo sentenció a otros cuatro a cinco años de prisión, pena que será separada a cadena perpetua que está cumpliendo sin derecho a que le sea concedida la libertad condicional.
En el proceso judicial, aseguraron que Hernández, de 27 años y quien iba a ser un jugador promesa del fútbol americano, disparó desde su carro porque sintió que fue irrespetado por los dos hombres que le derramaron el trago dentro del club.
Ante este argumento, la defensa del exjugador aseguró que fue Alexander Bradley, amigo que estaba con él esa noche, quien disparó el arma.