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Baena, una historia en la que el talento supera las lesiones

La carrera de la colombiana María Isabel Baena ha estado marcada por dos hechos: un talento innato que le llevó ser una de las jugadoras latinoamericanas con mayor proyección en el golf universitario de Estados Unidos, y las lesiones que en parte la han privado de mejores resultados en el profesionalismo.

EFE
16 de junio de 2008 - 11:58 a. m.

'Marisa', que el 1 de junio cumplió 31 años, fue operada en agosto del 2007 de la cadera, una lesión que se suma a molestias pasadas en su hombro y espalda y que, sin duda, han mermado su desempeño en el circuito de la Asociación de Mujeres Golfistas Profesionales (LPGA), razón por cual este año únicamente ha jugado siete de los quince torneos hasta hoy disputados.

La jugadora nacida en la ciudad de Pereira es considerada como una de las pioneras de la nueva generación de golfistas sudamericanas en la LPGA, encabezada por la mexicana Lorena Ochoa, la número uno del mundo.

Pero a pesar de sus problemas físicos, la colombiana ha batallado y sigue obteniendo buenos resultados que la han mantenido en las grandes ligas del golf femenino, gracias, y ahora más que nunca, a su talento innato.

"Después de la operación estuve tres meses sin jugar y sólo hasta febrero de este año pude volver al nivel competitivo. Aunque en la cirugía me fue bien, el dolor que tenía se me cambió. Antes me dolía cuando estaba dormida o en algunas actividades extra deportivas, pero ahora siento muchas molestias al jugar", señaló.

"Estos dolores casi no me dejan practicar, por lo que llego a los torneos con una preparación mínima y muchas veces corrigiendo errores durante la misma competencia", dijo Baena, quien ha superado el corte en seis de los siete torneos que ha disputado en 2008.

Desde temprana edad 'Marisa', como le dicen cariñosamente, se destacó y en su país conquistó el Campeonato Juvenil y de Mayores en 1993. Más adelante llegaron los primeros triunfos fuera de casa y, en 1996, quedó subcampeona del U.S. Women's Amateur y campeona individual del circuito universitario más importante de Estados Unidos, el NCAA Championship, en el que obtuvo diez victorias.

Después llegó su paso al profesionalismo en 1999, pero antes de eso sufrió su primera lesión al dislocarse uno de los hombros, a lo que luego se le sumaría múltiples dolores en su espalda. Eso no impidió que consiguiera trece 'top ten' en sus ocho años en la LPGA, en el que el momento cumbre para la colombiana sigue siendo hasta ahora el título en Campeonato Mundial de Match Play en 2005.

"Espero conseguir más victorias, pero la verdad es que este año no sé que pueda suceder. Jugaré alrededor de quince torneos esta temporada y la meta es quedar entre las veinte primeras del listado de ganancias. Es complicado poder dar un diagnóstico de lo que pueda hacer con los problemas físicos de que tengo", afirmó.

Pese a que el panorama no es el más alentador, Baena no baja los brazos y espera que el futuro le depare nuevas alegrías. "Los médicos me dicen que estos dolores se quitarán cuando cumpla el año de operada, que necesito paciencia y darle tiempo a la recuperación. Espero que en el 2009 pueda estar bien del todo".

Como buena batalladora que es, 'Marisa, cuya hermana, Cristina, también es golfista profesional, intenta sacarle lo positivo a estos malos momentos y dice que "su problema en la cadera le sirvió para centrarse más en su juego corto", pues practicando esto no necesita "rotar su cadera".

Los siguientes meses serán definitivos para la salud y la carrera de Baena, algo que aún nadie sabe qué rumbo tomará.

Para la colombiana es claro que dará todo de sí para conseguir nuevos triunfos y seguir siendo, junto a su compatriota Camilo Villegas, la mexicana Lorena Ochoa y el argentino Angel Cabrera, los abanderados del golf latinoamericano.

Por EFE

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