Aunque la primera carrera de ascenso por escaleras se realizó en 1905, cuando 25 atletas subieron los dos primeros niveles de la famosa Torre Eiffel, en París, apenas a comienzos de los años 70 se popularizó ese tipo de competencias.
Estados Unidos, Canadá y Alemania fueron los países en los que se desarrolló la modalidad, cuya Copa Mundo cuenta con cerca de 150 pruebas cada año, entre ellas 20 carreras Master, categoría especial en la que la única carrera latinoamericana es el Ascenso a la Torre Colpatria, que se realizará hoy por octava ocasión en el emblemático edificio de Bogotá.
En las versiones anteriores, los atletas colombianos han dominado el evento, pero ahora los principales favoritos son los extranjeros, primeros en el escalafón mundial, aunque tendrán que sortear la dificultad de la altura capitalina.
Múltiples beneficios
Por su intensidad y complejidad, subir escaleras quema aproximadamente el doble de calorías que cualquier otro deporte o actividad.
Es un entrenamiento de cuerpo entero, aunque especialmente construye masa muscular en las piernas, incluyendo los cuádriceps y las pantorrillas; una disciplina aeróbica que hace que funcione y se fortalezca todo el paquete cardiovascular de los pulmones.
Como es una competencia de ascenso vertical, la intensidad hace que una carrera de 48 pisos para arriba no sea de velocidad total, pues requiere resistencia, pique y la fuerza muscular para mantener un buen ritmo.
Subir escaleras es un ejercicio ideal para atletas, nadadores, ciclistas, remeros y futbolistas. Muchos de ellos se sienten especialmente atraídos por la masa muscular que pueden desarrollar en las piernas.
Esta especialidad no requiere de una implementación costosa. Se puede practicar casi en cualquier lugar, pues hay muchos escenarios públicos, como parques y monumentos, con escaleras ideales para ejercitarse.