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Disputará el domingo la final olímpica: Yuberjén, el nombre de moda

Como lo prometió hace una semana, Colombia entera sabe ahora cómo se llama. Está satisfecho con su actuación en Río, pero quiere colgarse el oro.

Luis Guillermo Ordóñez Olano, Enviado especial Río de Janeiro
13 de agosto de 2016 - 04:15 a. m.
El boxeador colombiano Yuberjén Martínez celebra su clasificación a la final. / AFP
El boxeador colombiano Yuberjén Martínez celebra su clasificación a la final. / AFP
Foto: AFP - YURI CORTEZ

Ya nada volverá a ser igual para Yuberjén Martínez, el nuevo hijo ilustre del Urabá antioqueño y desde este viernes el mejor boxeador olímpico de nuestra historia.

Nacido en Arboletes y criado entre Turbo, Apartadó y Chigorodó, el pugilista de 24 años ganó su cuarta pelea en Río de Janeiro y accedió a la gran final en la categoría de 49 kilogramos.

Por mal que le vaya, se colgará una presea de plata, suficiente para superar lo que hicieron Alfonso Pérez y Clemente Rojas en Múnich 1972, y Jorge Eliécer Julio en Seúl 1988.

Después de 28 años, la bandera tricolor volverá a un podio olímpico gracias, como no podía ser de otra manera, a un humilde muchacho que a punta de golpes alcanzó la gloria y cambió su vida.

Y él lo sabe. Yuberjén es hoy el nombre de moda en Colombia. Este viernes, segundos después de haber derrotado por decisión dividida pero muy merecidamente al cubano Yohannys Argilagos, habló como un verdadero campeón e incluso se atrevió a pedir apoyo para su deporte y para su región.

“Ojalá esto sirva para que miren a mis amigos, a los compañeros que viene atrás luchando. En el Urabá hay mucho talento para aprovechar”, señaló en la zona mixta del pabellón 6 de Riocentro, un escenario adornado con los colores amarillo, azul y rojo, pues buena parte de la delegación nacional asistió al combate.

“Fue una pelea dura. El cubano salió a moverse, a hacer muchas fintas y boxear lejos. Él era el favorito, porque es campeón mundial, pero me le monté y poco a poco lo fui mermando. Sintió los golpes y se fue quedando físicamente”, explicó el paisa, que había dejado en el camino, en las rondas previas, al brasileño Patrick Lourenço, el filipino Rogen Landon y el español Samuel Carmona.

En el combate por la medalla de oro, el Tremendo, como le dicen, enfrentará al uzbeko Hasanboy Dusmatov, quien se impuso con comodidad en la otra semifinal al estadounidense Nico Hernández y completó tres victorias por decisión unánime.

“Es un buen peleador, muy fuerte, pero voy a darlo todo para llevarme el oro para mi casa. Hay que recuperar fuerzas entre hoy y mañana y salir a ganar, tirarle muchos puños, que es lo que sé hacer. Seguir las órdenes de mi entrenador, que es un hombre muy sabio”, explicó el colombiano.

También aprovechó, una vez más, para agradecer especialmente a Indeportes Antioquia, que, a través de un programa de talentos de su Liga de Boxeo, lo reclutó y comenzó a apoyarlo. “También a todos mis técnicos, especialmente Abelardo Parra, a la gente de Chigorodó, a Coldeportes y al Comité Olímpico”, agregó.

Y como ya es figura, Yuberjén se pudo dar el lujo de hablar por teléfono con su mamá, María Neyda Rivas, y demorarse más de lo habitual en la zona de entrevistas, ante la mirada de los periodistas, voluntarios y agentes de seguridad que lo acompañaban. “Hola mami. Gloria a Dios, ganamos. Esto es para ti, negrita, para mi pueblo, para Liliana (su novia). Vamos para adelante por ese oro”, le dijo el pequeño boxeador, pues mide apenas 1,65 metros de estatura.

Junto a él estuvo en todo momento su técnico, el cubano Rafael Iznaga, quien recordó que “por primera vez un colombiano le gana a un peleador de la isla en Juegos Olímpicos. Llevábamos tres derrotas. Estamos haciendo historia. Ahora estamos en la final. Hay ilusión, pero hay que tener calma”, dijo antes de admitir que “Yuber ha mostrado gran madurez en los combates, está siendo inteligente. Hoy tocaba pelearle cerquita al rival, incomodarlo, pegarle. En los dos primeros asaltos ya había sacado ventaja, pero tocaba esperar al final, porque en estas decisiones nunca se sabe. Creo que merecimos la victoria. Él y sus compañeros han trabajado muy duro y es un justo premio para todo el boxeo, que ojalá con esto tome un segundo aire y se vuelva a popularizar y masificar como debe ser”.

La nueva cita con la gloria del pugilista antioqueño, que trabajó como recolector en las bananeras y como ayudante en una bicicletería, y que pedía un aventón a los conductores de volquetas para poder ir a entrenar, será estedomingo a las 12:15 del día, en una jornada que podría ser histórica para nuestro país, pues más tarde, en el estadio Olímpico, Caterine Ibargüen disputará la final del salto triple.

Por Luis Guillermo Ordóñez Olano, Enviado especial Río de Janeiro

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