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Dopaje, deporte y servicios secretos rusos, un vínculo peligroso

El gobierno ruso es señalado de crear un programa de dopaje para favorecer a sus atletas.

AFP
11 de noviembre de 2015 - 03:41 a. m.
Atletas rusas. Foto: AFP
Atletas rusas. Foto: AFP

Los servicios secretos rusos aparecen repetidamente en el informe de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que abruma a Rusia y su atletismo; varios hombres del FSB, sucesor del KGB, son señalados por su omnipresencia en el laboratorio que realiza los controles antidopaje.

Oficinas bajo escucha telefónica, visitas regulares de agentes, empleados interrogados sobre sus actividades, y también "atmósfera de intimidación". El informe presentado el lunes en Ginebra echó luz sobre el rol y "la influencia del FSB" en el deporte ruso.

El mismo menciona en particular a esos "hombres que se presentan en el laboratorio como ingenieros pero que pertenecen a los servicios de seguridad", y los encuentros semanales entre el director del laboratorio y un agente del FSB, encargado de "tomarle la temperatura reinante al laboratorio antidopaje".

"No creo que se pueda decir con certeza que no hubo ninguna manipulación" en este laboratorio, resumió en una pirueta retórica Dick Pound, responsable de la investigación que reveló el sistema de corrupción y dopaje en el deporte ruso.

"Es difícil imaginar qué intereses nacionales se pueden buscar en la orina de los atletas", ironizó el presidente fundador de la AMA, en tanto los rusos son acusados en particular de haber hecho desaparecer sus muestras.

El informe no precisa qué papel desempeñaron los servicios especiales, pero no impide preguntarse ¿qué hacían en un laboratorio encargado de analizar las muestras de orina y sangre de los deportistas? o ¿las autoridades rusas pusieron al servicio del desempeño deportivo sus poderosos servicios de seguridad?

Larga tradición de cooperación

FSB, siglas del "Servicio Federal de Seguridad", es el heredero del KGB de la época soviética. Este último se derrumbó al dislocarse la Unión Soviética (URSS) en 1991, tras lo que los servicios secretos rusos conocieron un calvario hasta la llegada al poder en 2000 de Vladimir Putin, quien fuera agente del KGB en Alemania y luego director del FSB.

Desde entonces, los hombres del FSB, y más generalmente los responsables de las "estructuras de fuerza", expresión rusa para designar a los ministerios de Defensa, del Interior y de Justicia, se han quedado con la mejor parte del pastel en los ministerios, administraciones y en la esfera económica.

Paralelamente, el deporte volvió a ser una prioridad y la organización de eventos como los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi 2014, o la próxima Copa del Mundo de fútbol en 2018 tienen una gran importancia estratégica.

Andrei Soldatov, especialista en los servicios secretos y editor del sitio Agentura.ru, recuerda el rol del FSB durante los JO de Sochi.

"Éstos fueron supervisados por el número dos del FSB, Oleg Syromolotov, un especialista en contraespionaje, y no en la lucha antiterrorista (la gran preocupación)", explica Soldatov, subrayando que "todos los métodos del FSB fueron utilizados".

"Hay una vieja tradición de vínculos entre el KGB, luego el FSB, y el deporte", recuerda Soldatov.

Como la Stasi, la policía secreta de Alemania del este (RDA), el KGB tenía un servicio dedicado al deporte. Sus agentes estaban encargados de impedir las defecciones de deportistas soviéticos en las competiciones en el exterior, pero también de ayudarlos en problemas respecto a sus carreras, e inclusive personales. Eso sí, sin hablar del capítulo de desempeños y dopaje de los equipos alemanes del este y soviéticos.

Actualmente, estos lazos incestuosos persisten. El vóleibol, por ejemplo, se beneficia ampliamente del apoyo estatal por tratarse del deporte preferido del exjefe del FSB, Nikolai Patruchev.

Les servicios secretos mantienen también vínculos con el club de fútbol Dynamo de Moscú. El actual jefe del FSB integra el consejo de administración del club. Y, el presidente del mismo revistó en los servicios de guardias de fronteras, una división del FSB.

No obstante, tras conocerse el informe de la AMA, ni el FSB, ni el Kremlin ni el ministerio de Deportes ruso comentaron esta "influencia" atribuida al FSB.

Solamente el presidente en ejercicio de la Agencia antidopaje rusa, Nikita Kamaiev, mencionó este asunto con un tono de sorna. "Tengo un estuche para mi arma, una pistola, y todas las noches voy a los sótanos de la Lubianka", sede del FSB, declaró en una conferencia de prensa y, para completar la broma: "Esto es un gran sin sentido. Quienes piensen que es así viven aún en la época de (las primeras películas) de James Bond".

Por AFP

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