Mujeres, a las carreras

Ellas no la han tenido fácil en los escenarios deportivos del mundo.

Ricardo Ávila Palacios *
09 de marzo de 2015 - 02:27 p. m.
La antioqueña Caterine Ibargüen es la que más lejos ha llegado en Juegos Olímpicos.  / AFP
La antioqueña Caterine Ibargüen es la que más lejos ha llegado en Juegos Olímpicos. / AFP

No olvidemos que el barón Pierre de Coubertain, a quien le debemos el resurgimiento de los Juegos Olímpicos, en 1896, las discriminó e impidió su participación en la primera edición de las justas, que en su versión antigua fueron abolidas por el emperador Teodosio el Grande en el 394 d.C., y Teodosio II ordenó la destrucción de los símbolos olímpicos, entre ellos los estadios donde se efectuaron.

En los Juegos Olímpicos de la Antigüedad estuvo vedada la presencia de las mujeres, inclusive como espectadoras, so pena de muerte. Los historiadores no dejan de evocar que Calipatria tuvo que disfrazarse de hombre para ver la victoria de su hijo Pisidaro en un combate. La emoción la llevó a correr para abrazarlo, pero el velo que cubría su rostro se deslizó y develó el engaño. Le perdonaron la vida por ser hija, hermana y madre de campeones.

En Colombia, Cecilia Navarrete fue la primera mujer en representar al país en un campeonato internacional. Desafiando la opinión de su padre se presentó a la línea de partida de los 100 metros planos en los primeros Juegos Bolivarianos, celebrados en Bogotá en 1938. Y ganó, como también lo hizo en lanzamiento del disco y posta corta, donde hizo equipo con Adela Jiménez, Raquel Gómez y Berta Navia.

El rastro de nuestras atletas en torneos internacionales se pierde por algunos años hasta reaparecer en los Juegos Bolivarianos de Barranquilla 1961, donde Alba López y Ligia Velasco alcanzaron sendos títulos en jabalina y salto alto. En 1966, en Puerto Rico, Flor Umaña se convirtió en la primera colombiana en ganar una medalla en Juegos Centroamericanos. La vallecaucana fue segunda en el lanzamiento del disco (37,39 metros).

En 1972, por fin, las atletas colombianas hicieron su aparición en los Juegos Olímpicos, con las vallecaucanas Elsy Rivas y Juana Mosquera, quien hizo un mejor papel. Fue la primera suramericana en avanzar hasta cuartos de final en pruebas de velocidad, donde dominaban las europeas: en 100 metros fue octava (11,65 segundos) y en los 200, sexta (24,9).

Dos años después Rivas marcó otro hito en la historia del atletismo colombiano al ganar los 200 metros en el Suramericano de Santiago de Chile. Fue el primer título regional en la categoría femenina. Pero fue la juvenil Ana Cecilia Maquillón, en 1970, quien abrió la senda en esta parte del continente al alcanzar un campeonato suramericano en su categoría.

Otra vallecaucana, Eucaris Caicedo, logró el primer bicampeonato para una colombiana en un Suramericano Atlético de Mayores, celebrado esta vez (1981) en La Paz (Bolivia), donde se consagró campeona en 200 y 400 metros planos. Y aunque el Día de la Mujer fue ayer, este es un homenaje a ellas. 

* Autor del libro Historia del atletismo colombiano.

Por Ricardo Ávila Palacios *

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar