
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Definitivamente la risaraldense Sara López es la reina mundial del tiro con arco. Y no es ningunas novedad. A sus decenas de medallas de oro en cuanto torneo nacionales e internacional participa, este fin de semana refrendó su corona al ganar tres preseas doraras en la Copa Mundo de la especialidad, que se realizó en Medellín.
Sara, de 21 años, ganó oro en las pruebas de compuesto femenino individual, equipos compuesto femenino y equipos compuesto mixto. “Es todo un honor y un orgullo para mí ganar en mi país frente a las mejores del mundo”, dijo la pereirana, que lamentablemente no podrá representar al país en los Juegos de Río de Janeiro, pues en el tiro con arco en la modalidad que ella compite (compuesto) no es una disciplina olímpica.
Sara es carismática, tranquila, sencilla. Es la dueña, desde hace dos años, del primer lugar del escalafón mundial en la modalidad de arco compuesto. Una meta que se propuso desde muy niña y que alcanzó antes de cumplir los 20 años de edad: “Es un sueño porque siempre quise ser la mejor del mundo y ya son dos años ocupando ese puesto. Es una alegría enorme la que me produce saber que la meta se logró”.
Su éxito no es casualidad. Una inaplazable rutina diaria es la gran responsable de ello: “Me levanto a las 5:30 de la mañana, me voy a estudiar y luego entreno unas tres o cuatro horas. Eso lo hago todos los días”, contó Sara, estudiante de medicina en la Universidad Autónoma de las Américas, en Pereira.
Sacrificio, disciplina, pasión y mucha puntería son los ingredientes no tan secretos que tienen hoy a Sara López al comando del tiro con arco mundial en la modalidad de compuesto. Espera con ansia que en algún momento su modalidad sea incluida en los Juegos Olímpicos: “Sería muy bueno que lograra ese aval, de hecho, ya está en ese proceso. Por el momento tenemos los Juegos Mundiales, que son un evento demasiado competitivo porque literalmente van arqueros de todo el mundo. El mérito en este certamen es enorme”.
Sara tiene siete arcos en su cuarto. Cada uno tiene su historia y significado. Junto a ellos están las cientos de medallas y trofeos que ha conseguido, los libros de literatura y medicina. Le encanta le empanada con salsa rosadas y el ajiaco.
Ella, más allá se llevar milimétricamente la cuenta de cuántas medallas suma, dice que lo que quiere es disfrutar de la vida: “En este deporte es común ver a gente muy seria cuando las cosas no le salen. Las estadounidenses o las francesas empiezan a mirar con rabia cuando los resultados no son los mejores. No se dan cuenta que lo importante es adquirir experiencia y no medallas”.