Estefanía Álvarez y Mónica Arango hicieron historia en el Centro Aquático María Lenk de Río de Janeiro, donde consiguieron por primera vez para el país un cupo en el nado sincronizado de los Juegos Olímpicos.
“Este es un logro muy importante para el deporte nacional. Ser las primeras en conseguir el cupo olímpico es muy valioso y más en un deporte que es de apreciación y eso lo hace aún mas complicado”, le dijo Estefanía a El Espectador desde Río de Janeiro, donde en agosto, ella y su compañera Mónica esperan seguir haciendo historia para el deporte nacional.
Desde su histórica clasificación, las antioqueñas son la bandera de un deporte que no es popular entre los colombianos y para conseguir sus metas tuvieron el apoyo incondicional de sus respectivas familias: “Nos acompañaron siempre y nos llevaban todos los días a entrenar, nos enseñaron la disciplina. Sin duda han sido fundamentales en nuestra carrera”.
Seguir los pasos de las niñas mayores llevó a estas dos jóvenes a iniciar su camino dentro de una piscina: “Cuando iniciamos los cursos en la Liga de Antioquia para aprender a nadar, veíamos a las niñas más grande haciendo nado sincronizado y nos empezó a gustar. Es un deporte muy artístico y eso nos llamó la atención de practicarlo”, contó Mónica.
Estefanía ha dedicado 13 años de sus 24 al deporte, y Mónica, por su parte, ha estado 17 de sus 23 años de edad dentro de la piscina. Hoy pueden decir que tanto tiempo de entrenamiento y sacrificios han llegado al mejor destino posible. Y serán el primer dueto en representar a Colombia en las justas deportivas más importantes del mundo.
“Aparte del apoyo de nuestras familias hemos tenido en la Liga de Antioquia, en Indeportes Antioquia y el Comité Olímpico una ayuda en todo momento”, dijo Estefanía, que actualmente estudia Estadística en la Universidad Nacional, en su sede de Medellín.
81.033 será un número que no se les olvidará nunca. Con esa cifra consiguieron cumplir su sueño deportivo, que estará marcado en las páginas más importantes de la historia de la natación nacional.
Otro de los logros más importantes de Mónica y Estefanía fue la medalla de plata que consiguieron en el US Open en el 2014 y fue ese uno de los puntos de partida para que sus nombres empezaran a figurar en el exterior y se mentalizaron en llegar a los Olímpicos. Por eso, el 5 de agosto próximo estarán en el Estadio Olímpico de Río, junto a los deportistas más importantes del mundo, y verán desde una posición privilegiada cómo se enciende la llama olímpica.