Yuri Alvear, tricampeona mundial

Lo importante no es llegar a la cima, sino mantenerse en ella. Eso lo sabe perfectamente la judoca vallecaucana Yuri Alvear, quien ayer conquistó su tercer título mundial en cinco años, esta vez en el campeonato celebrado en Cheliabinsk, Rusia.

A esas tres coronas, la colombiana les puede sumar al menos 20 medallas en eventos internacionales, entre ellas una de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Sin la fama y el apoyo con el que cuentan otros deportistas criollos, la jamundeña, de 28 años de edad, sigue trabajando para darle gloria al país. Solo en 2014 ha sido campeona suramericana en Santiago de Chile, panamericana en Guayaquil y mundial en Rusia.

“Primero que todo debo darle gracias a Dios, que ha obrado en mí y me ha dado salud. También a mi familia, a Coldeportes, el Comité Olímpico Colombiano, Indervalle, la Liga Vallecaucana de Judo, la Escuela Nacional del Deporte, mis entrenadores y toda la gente que me ha colaborado”, se apresura a decir antes de relatar la forma como consiguió una nueva hazaña para el deporte nacional.

Yuri explica que “me sentí muy fuerte durante toda la competencia, la estrategia me funcionó perfectamente”. En la categoría de menos de 70 kilogramos, la colombiana comenzó superando a la luxemburguesa Lynn Mosong, luego les ganó a la brasileña Bárbara Timo y la cubana Onix Cortés. En la semifinal venció a la holandesa Kim Polling, que era la gran favorita al título. Y en la gran final derrotó a la japonesa Karen Nun Ira.

“Pues la verdad es que me había preparado muy bien y venía con mucha confianza. A algunas chicas ya las había enfrentado y sabía qué estrategia utilizar contra ellas”, dice Alvear, quien comenzó a practicar el deporte en el Liceo Técnico Comercial de Jamundí y que por pura casualidad, como casi todos nuestros deportistas, terminó metida en el judo.

Porque sus éxitos no son producto del azar, sino de muchos años de sacrificios. En 2000, cuando tenía 14 años, cursaba noveno grado y el profesor de educación física, Ruperto Guauña, se inventó un programa complementario: aquellos alumnos que practicaran judo en las horas libres, no presentaban exámenes ni trabajos en su materia. Yuri, que había pasado por el voleibol, el baloncesto, el atletismo y hasta el waterpolo, probó y se quedó en el judo. Desde entonces no ha pasado semana en la que no entrene al menos cuatro veces, exceptuando las épocas en las que ha sufrido lesiones.

Y aunque ya es una deportista consagrada, sigue soñando. Quiere subir a lo más alto del podio en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, su gran objetivo. “No será fácil mantener el nivel, pero la experiencia y los años dan madurez y sabiduría, que en este deporte también son fundamentales”, dice Yuri, quien llegará el lunes a Colombia para celebrar su nuevo título mundial en casa y recuperarse de una molestia que tiene en una de las rodillas, antes de reiniciar entrenamientos con miras a su última meta de 2014, el oro de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se realizarán en Veracruz, México.

Allá, como en todo lado, Yuri dará la pelea, como solo lo hace alguien con el coraje y la tenacidad para ser tricampeona mundial.