Policía acusó formalmente a Pistorius por el asesinato de su novia

El primer atleta con las dos piernas amputadas en participar en unos Juegos Olímpicos indicó que había confundido a la mujer con un ladrón.

J.J. Mateo - Especial de El País, Madrid
14 de febrero de 2013 - 03:04 a. m.
La imagen muestra el momento de la captura del atleta Oscar Pistorius./ AFP
La imagen muestra el momento de la captura del atleta Oscar Pistorius./ AFP

La policía sudafricana interrogó este jueves a Oscar Pistorius, el primer atleta paralímpico con las dos piernas amputadas en participar en unos Juegos Olímpicos (Londres 2012, 400m), por presuntamente haber acabado con la vida de una mujer. Ver video.

Aunque una portavoz policial confirmó a Reuters que se había encontrado a una persona muerta en la residencia del velocista, tanto la identidad de la víctima como la del tirador no fueron desveladas inmediatamente.

Según los medios locales, el atleta sudafricano, a los 26 años ganador de ocho medallas paralímpicas (seis oros, una plata y un bronce), permaneció en dependencias policiales por unas horas. Finalmente se conoció que el atleta olímpico sudafricano fue acusado formalmente este jueves por la Policía del asesinato de su novia, que apareció muerta con cuatro disparos en el domicilio de Pretoria del atleta.

En un principio Pistorius indicó que había confundido a su compañera sentimental con un ladrón y por ello disparó, sin embargo según las autoridades, el homicidio fue intencional.

Los investigadores indicaron que encontraron una pistola de calibre nueve milímetros en la escena del crimen.

Pistorius, al que le amputaron las piernas a los 11 meses de vida, está acostumbrado a las armas. Dueño de un carácter aventurero, amante de la velocidad dentro y fuera del tartán de atletismo, es aficionado a la caza.

Eso está entre sus anécdotas preferidas: los días en los que los compañeros de habitación le escondían las prótesis que le sirven de piernas y le despertaban avisándole de que había que salir corriendo porque un fuego amenazaba sus vidas; los momentos de tensión vividos en los aeropuertos cuando las cuchillas que le sostienen hacían saltar las alarmas o se las cambiaban de sitio en los compartimentos del avión; la jornada que estuvo a punto de perder la vida en un río, accidentado en un bote y rescatado por un helicóptero que le llevó a toda mecha a un hospital para que le arreglaran el cuerpo y, sobre todo, la cara.

“O eres positivo, o hundes a todo el mundo”, suele contar sobre las dificultades que ha superado en su vida, impulsado siempre por una vitalidad contagiosa, que le hace admirar el Bernabéu como un teatro de ensueño o atacar un cocido en una visita a Madrid pensando en los beneficios que tendría eso o unos buenos huevos rotos contra la resaca.

“Creo que los Juegos Paralímpicos sirven para demostrar a la gente todo lo que puedes conseguir a pesar de tener una discapacidad”, decía, sabiéndose un ejemplo, un icono de esperanza.

En las cenas de gala, o frente a un desconocido con el que se sienta por primera vez, Pistorius siempre gusta de contar la misma historia. “Tengo un amigo en silla de ruedas que tiene una novia preciosa”, se arranca.

“Salimos una noche”, continúa, y empieza la representación.

-¿Qué querría beber su acompañante?, le preguntó el camarero a ella sobre mi amigo.
-Estoy aquí mismo, me lo puede preguntar usted a mí directamente, le contestó mi amigo.
-¿Qué querría beber?, le gritó el camarero.
-¡Oiga!, le respondió mi amigo. ¡Que estoy en una silla de ruedas, no sordo!

Es su forma de aclarar con una sonrisa que quiere que le traten como si fuera uno más, sin mirarle las prótesis, sin distingos ni excepciones.

Día a día, seguramente hoy también, el email de Pistorius rebosa de historias de desesperación, escritas por personas de todo el mundo que buscan inspiración en momentos de dificultad, cuando pierden una mano, un brazo, una pierna.

Blade Runner ("El corredor cuchilla"), como se conoce al sudafricano por sus futuristas prótesis, es mucho más que un atleta. Para millones de personas con amputaciones o minusvalías ha sido un ejemplo y una inspiración: la confirmación de que cualquier limitación es superable, como demostró compitiendo en los Juegos de Londres 2012 tras años batallando con la IAAF para demostrar científicamente que carecer de piernas y correr sobre prótesis, sin juego de tobillos que ayude en la salida, nunca puede ser considerado como una ventaja biomecánica. Pistorius hizo de todo para lanzar su mensaje de esperanza. Hasta corrió contra un caballo.

En Sudáfrica, Pistorius había alcanzado el estatus de estrella, convertido en un habitual de las ceremonias televisivas, las entregas de premios y las revistas del corazón.

Hoy aparece en la sección de sucesos por un tiroteo contra su novia, como antes lo hizo por incidentes domésticos de los que ya tenía conocimiento la policía. Hoy su nombre se ve mezclado en especulaciones como que habría confundido a la mujer encontrada muerta con un ladrón.
Hoy la policía pisa su casa de Silver Woods para encontrar pruebas con las que aclarar un asesinato, hoy el héroe de muchos fue acusado formalmente por asesinato. 

Por J.J. Mateo - Especial de El País, Madrid

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