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Cuando Wilson Gutiérrez salió de la dirección técnica de Independiente Santa Fe, después de un ciclo exitoso en el que el cuadro bogotano volvió a ser el equipo ganador de antaño y conquistó la séptima estrella, se pensó en un relevo ganador, en el perfil de un entrenador que estuviera acostumbrado a alzar trofeos y dar vueltas olímpicas. Primero sonó el argentino Ángel Cappa, con quien incluso se llegó a tener todo listo para que asumiera como DT. Sin embargo, en las etapas finales de la negociación apareció el nombre de Gustavo Costas, otro argentino, con un nombre menos sonoro pero con una carpeta de títulos recientes más gruesa que la de su compatriota, y en apenas cuestión de horas y un par de llamadas se llegó a un acuerdo para que fuera él quien se sentara en el banquillo.
Sus títulos en Perú, Paraguay y Ecuador ilusionaron desde el comienzo a la hinchada cardenal. Además, sus palabras al llegar a Bogotá fueron contundentes: “Vamos a ir por el campeonato”. Exigía un equipo vertical, que se entregara durante los 90 minutos, que mantuviera la posesión del balón y que fuera efectivo. Quizás esto ha costado porque en un principio se generaban muchas opciones de gol pero no se anotaba. También había una tendencia a tocar para atrás y a relajarse cuando se pensaba que un partido ya estaba definido. “Poco a poco estoy viendo al equipo que quiero. Claro que siempre va a haber algo por mejorar. Estoy orgulloso de mis jugadores porque siempre lo dejan todo en la cancha”, dijo Costas, quien también ha llamado la atención por la manera como vive el fútbol desde la línea, ya que gesticula, manotea, grita, salta y corre como si fuera un futbolista más.
El buen momento de sus jugadores ha sido fundamental para la buena campaña de este Santa Fe. Desde Camilo Vargas en el arco hasta la seguridad de sus defensas, el rendimiento de Daniel Torres, la precisión de Ómar Pérez y Luis Carlos Arias y la efectividad de Wilson Morelo. También es de destacar la capacidad de Costas para rotar el equipo y mantener la salubridad física. En Copa Postobón les ha dado minutos a aquellos futbolistas que en Liga no juegan mucho y eso ha funcionado para mantener en alto el ánimo del grupo en general. “Somos una familia y eso es lo más importante cuando uno quiere lograr objetivos”, recalca el DT argentino de 51 años.
“Nos ha enseñado a vivir el fútbol de una manera muy intensa y es precisamente esa la clave del buen rendimiento de este equipo”, aseguró el volante Daniel Torres, figura de Independiente Santa Fe, sobre su técnico.
Veintisiete puntos en la Liga le dan a Santa Fe el primer cupo a los cuadrangulares semifinales, con cuatro partidos por disputar. Además, en la reclasificación, el equipo albirrojo es segundo, con 63 puntos, y está cerca del objetivo de clasificarse a la Copa Libertadores por tercer año consecutivo. En Copa Postobón las cosas también marchan por buen camino, porque ha hecho una campaña casi perfecta. De 14 partidos ha ganado 12, empatado uno y perdido uno, lo que lo tiene entre los cuatro equipos con opciones de título junto a Júnior de Barranquilla, Deportes Tolima y Patriotas. Un semestre muy positivo para el equipo cardenal. Sin embargo, hasta ahora no se ha ganado nada y sólo un título será la ratificación de que 2014 se pasó con una alta nota.