Nadal vs. Federer: una final soñada

Este domingo, a las 3:30 de la mañana (por ESPN), se disputará el título del Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada, entre dos veteranos que siguen haciendo historia.

Redacción Deportiva
28 de enero de 2017 - 03:12 a. m.
Roger Federer y Rafael Nadal juagrán la final del Abierto de Australia. / EFE
Roger Federer y Rafael Nadal juagrán la final del Abierto de Australia. / EFE

Mientras el presente del tenis ponía sobre la mesa el nuevo duelo entre el serbio Novak Djokovic y el británico Andy Murray, la realidad se encargó de añadirle un toque de romanticismo al menú. El pasado hizo de las suyas y puso otra vez frente a frente a dos leyendas vivientes. Sí, el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal jugarán la final soñada por todos del Abierto de Australia, este domingo a las 3:30 de la mañana.

Será la primera final entre dos viejos conocidos en un torneo de Grand Slam desde la de Roland Garros 2011, con ventaja para el español por 6-2 en las ocho finales disputadas hasta ahora entre los cuatro grandes. Las estadísticas están 23 a 11 a favor de Nadal, quien viaja acompañado a los torneos por Xisca Perelló, su novia de toda la vida.

La del domingo será la final que todos los aficionados al tenis deseaban, una rivalidad histórica en la última década entre dos ex número uno y que parecía que nunca más se iba a repetir debido a los problemas físicos que sufrieron ambos tenistas el pasado año.

Nadal se clasificó a esta instancia tras imponerse este viernes al búlgaro Grigor Dimitrov en un partido épico, a cinco sets, por 6-3, 5-7, 7-6, 6-7 y 6-4, mientras que Federer se deshizo el jueves de su compatriota Stan Wawrinka, por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3.

“El año pasado fue duro, me ha costado volver a mi mejor nivel. He trabajado mucho, pero ni podía soñar con llegar a la final en mi segundo torneo del año”, dijo Nadal, ganador de 14 torneos de Grand Slam y que buscará su segundo título en Australia tras el de 2009, cuando venció precisamente a Federer en cinco sets.

El español, de 30 años, jugó otras dos finales, en 2012 y 2014, perdiendo ante el serbio Novak Djokovic y el suizo Stan Wawrinka. Federer, por su parte, suma 17 Grand Slams, cuatro de ellos en Melbourne (2004, 2006, 2007 y 2010).

A sus 35 años de edad, el suizo se perdió gran parte de la pasada temporada por una lesión de espalda y después de rodilla.

Nadal, profesional desde 2001, dijo muy emocionado que la disputa del título será algo muy especial para los dos. “Espero primero recuperarme bien. Para mí es un privilegio, para los dos es algo muy grande competir de nuevo en una final, después de atravesar ambos muchos problemas. Hemos tenido lesiones, él en la rodilla, yo en la muñeca”, dijo el nacido en Manacor, quien vuelve a una final de un Grand Slam por primera vez desde que ganó su noveno título en Roland Garros, en 2014.

El suizo, casado con la extenista Mirka Vavrinec y padre de cuatro hijos, aseguró bromeando que saldrá a la final a darlo todo, así no pueda andar en los próximos seis meses. “Lo importante es ganar. Contra Rafa será una batalla. Yo todo lo que quiero es ganar”, dijo Federer, a quien el partido de este domingo le traerá inolvidables recuerdos de 2009, cuando perdió la final en Melbourne con Nadal y terminó desconsolado llorando en la entrega de premios.

Justamente uno de los partidos más recordados entre Rafael Nadal y Roger Federer fue ese. Una gran batalla que se extendió a cinco sets y duró más de cuatro horas, ganada por el español por 7-5, 3-6, 7-6, 3-6 y 6-2. Nadal alzó entonces su sexto Grand Slam (ahora tiene 14) e impidió que Federer alcanzara su 14 major, que le hubiera permitido igualar entonces con Pete Sampras, lo que lograría después.

Nadal, quien tendrá un día menos para descansar para la gran final que Federer, no considera ésto una desventaja. “No hay problema. Para mí es justo. Es verdad que si juegas un partido como el de hoy, probablemente estés en desventaja, pero es una situación especial. No me puedo quejar de esto. Creo que está bien”.

Ocurra lo que ocurra, este Abierto de Australia pasará a la historia, por ser el primero de los grandes desde la era profesional (a finales de los años 1960) en el que los finalistas son treintañeros, que se añejan como los buenos vinos.

Por Redacción Deportiva

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