Serena Williams tuvo que esforzarse a fondo para vencer a Lucie Safarova, 6-3, 6-7(2) y 6-2 en 2 horas y 1 minuto, y alzarse con su tercer Roland Garros y su vigésimo título de Grand Slam, lo que le deja a dos del récord de la alemana Steffi Graf.
Pese a los problemas derivados de una gripe que ha venido alegando durante todo el torneo, la número uno del mundo ha encadenado su tercer grande consecutivo, y en Wimbledon puede completar los cuatro Grand Slams en dos años diferentes.
La estadounidense, que en 2013 sumó su segundo Roland Garros, 11 años después del primero, ya era entonces la más veterana vencedora del Grand Slam de tierra batida, una marca que ha superado ahora a sus 33 años.
Además Williams sumó su segundo grande de la temporada, tras haber ganado en Australia, por lo que se acerca al Grand Slam (ganar los cuatro torneos) en un año natural. Este hito solo lo han logrado tres tenistas en la historia: su compatriota Maureen Connolly (1953), la australiana Margaret Smith Court(1970) y Graf (1988).
Después de haber superado un 'vía crucis' en este Roland Garros, que lo empezó con molestias en el codo derecho y en el que en cuatro partidos tuvo que remontar un set en contra, este sábado volvió la mejor versión de Serena. Visiblemente recuperada de la gripe que le impidió entrenar el viernes y que la dejó sin energía en la semifinal ante la suiza Timea Bacsinszky (N.24) el jueves, Serena dominó el primer set desde la potencia que la hace única en el circuito femenino.
Cuando tenía el partido en su mano, con 4-1 a su favor en el segundo set, vio como Safarova renació y fue capaz de ganar cinco juegos para derrotarla en el tie break. En la tercera manga, la checa mantuvo el ritmo y obligó a Serena a elevar el nivel. La estadounidense aceptó el envite y acabó imponiendo su ley.