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"Siempre fui muy diferente"

El nuevo entrenador de Novak Djokovic asegura que el tenista más pasional del circuito es Rafael Nadal.

Juan José Mateo. / El País de España
26 de diciembre de 2013 - 08:24 p. m.
El extenista alemán Boris Becker, de 40 años de edad, cumplirá su rol como entrenador de una estrella. / EFE
El extenista alemán Boris Becker, de 40 años de edad, cumplirá su rol como entrenador de una estrella. / EFE
Foto: EFE - STRINGER

El alemán Boris Becker amasó tres Copas de Maestros, seis grandes, un oro olímpico y el número uno del mundo. Hoy, ya cuarentón, reclama su capacidad para crecer y transformarse de niño prodigio en hombre reflexivo, al tiempo que se anuncia su nombre como el nuevo entrenador del serbio Novak Djokovic. El alemán habla de la vida tras el retiro, de los tenistas convertidos en empresas, de lo que le falta por mejorar a Rafael Nadal, el gran rival de su nuevo pupilo.

¿Qué pasa el día después del retiro?

A los 35 años, un deportista profesional tiene que reinventarse, encontrar una nueva motivación, aprender desde la nada. Eso es muy difícil. Ahora siento que estoy en mi segunda carrera, pero me ha llevado tiempo y en el camino cometí un par de errores hasta que encontré algo nuevo (fue comentarista televisivo hasta la semana pasada). Ahora tengo el reto de entrenar a Djokovic. La vida no acaba a los 35 años. De hecho, en algunos casos, comienza a los 35.

¿Qué representa para usted ser el nuevo entrenador del número dos del mundo?

Como entrenador principal haré lo mejor para ayudarle a alcanzar sus objetivos y estoy seguro de que vamos a hacer grandes cosas juntos.

¿Cuándo supo que era el momento de colgar la raqueta?

Cuando mi hijo mayor cumplió seis años. La escuela se convirtió en una cosa seria y ya no quise estar lejos de eso. Fue el momento de decir: “suficiente”. También tengo que ser honesto: con 31 y 32 años ya no era competitivo con los Sampras y los Agassis. Tenían seis años menos, eran un poco mejores que yo y más rápidos. No quería jugar por jugar. Quería ganar. Cada vez era más difícil.

Ahora mismo, Federer está en una situación parecida. ¿Cuál es su consejo?

Nunca me atrevería a aconsejarlo: es una leyenda, sabe mejor que yo lo que necesita hacer. Naturalmente, ha envejecido. La inspiración, la razón por la que juega, ya no es la misma que hace cinco años. Necesita encontrar el formato correcto para pasar la cantidad suficiente de tiempo con su familia y en la pista. Él es el único juez de eso. No me gusta verlo perder pronto en los torneos. No es bueno para él ni para el tenis. Espero que encuentre el secreto para mejorar.

Ernest Gulbis, que es el número 24, acusa a los cuatro mejores de ser “aburridos y previsibles” en sus declaraciones. ¿Usted era así?

Lo diré claramente: he aprendido que todo el mundo es diferente, que no se puede poner a todos los atletas en la misma caja. Siempre fui una persona con tendencia a pensar diferente, fuera de los límites habituales, imaginativa por comparación al resto. Lo sigo siendo. Lo que ocurre ahora es que la mayoría de preguntas que se les hacen son sobre tenis. Después de haber hablado con tantísimos periodistas, están cansados. Luego está la edad. Cualquiera tiene más cosas que decir con 45 años que con 25.

¿Les pesa saberse un referente?

Creo que les preocupa, que es un problema, que tienen miedo de meterse en agua hirviendo. Lo entiendo. Están en esto por el amor al juego, por su calidad, no por política. Es lógico.

Usted, el campeón más joven de la historia de Wimbledon (17 años), perseguido por publicistas, periodistas y fans, fomentó la tendencia a rodearse de un gran grupo de trabajo. ¿Los tenistas viven en una burbuja?

Me rodeé de un montón de gente. Tenía un grupo amplio. Intentan facilitarte la vida y permitir que te concentres en las cosas más importantes, en el siguiente partido. Creo que eso es así para Federer y Djokovic. Lo necesitamos. Estamos hablando de empresas que se llaman Roger Federer Inc. o Boris Becker Inc. Al mismo tiempo eres el jugador, el CEO y el accionista mayoritario de la compañía, el que toma las decisiones. Eres una sola persona, tienes sólo 25 años y tienes que afrontar distintos papeles. Eso es difícil y por eso es importante tener el entorno adecuado.

¿Quién es tan pasional como lo era usted en la pista?

¡Soy pasional incluso fuera! Soy un hombre apasionado. Nadal es el que lo es más ahora mismo. Se deja el corazón. Lo intenta, lo intenta, lo intenta. Hace posible lo imposible. Su regreso al circuito ha sido increíble, teniendo en cuenta lo fuera que estaba el año pasado. Si no eres apasionado, si no sientes grandes emociones con respecto a lo que haces, ese regreso no es posible. Es una de sus cualidades. Además, Toni Nadal hace un trabajo increíble. La pregunta siempre será la misma: ¿Cuánto aguantará a este ritmo su físico? Corre mucho. Enfrenta su cuerpo a mucho desgaste.

Si fuera su entrenador, ¿qué solución le propondría?

El calendario. La programación. No puede jugar cada semana, cada torneo. Le preguntaría: ¿cuáles son las prioridades, cuáles son los objetivos para el año que viene? Y haría un calendario acorde.

Con eso en mente, ¿qué opina de que haya hecho seis exhibiciones en Suramérica?

Hombre, en cualquier caso tiene que entrenarse, sea en Suramérica, en Mallorca o en Barcelona. El problema de elegir un parón largo después de la Copa de Maestros (acabó el 11 de noviembre) es que empiezas la temporada siguiente con un grande inmediatamente. A mí siempre me gustó jugar durante el invierno y quizás descansar después de Australia. Creo que su aproximación es similar.

¿Qué le parece la rivalidad de Nadal con su nuevo pupilo?

Djokovic ha enviado un mensaje claro con su final de temporada. Es un hombre muy duro. Con 26 años, está en el momento álgido de su carrera. Nos espera una gran batalla en lo más alto: Nadal a un lado y Djokovic al otro.

Por Juan José Mateo. / El País de España

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