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"Todos esperaban que fallara"

El español, que ayer no terminó el G.P. de MotoGP de Australia, cuenta cómo ganó el título mundial por segundo año consecutivo.

Phillip Island / El País de España
20 de octubre de 2014 - 02:11 a. m.
Así celebró hace ocho días el piloto español Marc Márquez el título mundial.  / AFP
Así celebró hace ocho días el piloto español Marc Márquez el título mundial. / AFP
Foto: AFP - PAUL CROCK

No para de sonreír. Como siempre. Sonríe tanto que tuvo que matizar hace unos días, al ponerse la corona de campeón del mundo de MotoGP por segundo año consecutivo, que no por eso le costaba menos esfuerzo ganar. Marc Márquez, de 21 años, sigue en ruta, aunque ayer por una caída no pudo concluir el Gran Premio de MotoGP de Australia, que ganó el italiano Valentino Rossi.

¿Ya se ha recuperado de la fiesta de celebración?

Me costó recuperar la voz al día siguiente, pero lo disfrutamos como tocaba. Cantamos, gritamos e hicimos de todo.

Al ganar subrayó que había lidiado con mucha presión.

Sí, le di mucha importancia porque al haber ganado tantas carreras parece que haya sido fácil. Pero yo sabía que en un Mundial de 18 pruebas iba a fallar en alguna. Y durante el campeonato, a medida que iba ganando carreras iba creciendo la presión. Debería ser al revés, ya que iba aumentando la ventaja, pero no era así. Llegó un momento en el que todo el mundo estaba esperando a que fallara. Y me costó asimilarlo: salía a las carreras pensando que tenía que ganar, que no podía ser segundo. Y el caso es que podía ser segundo y hasta tercero, no hubiera pasado nada. Pero eso sólo lo piensas en frío. A mí siempre me ha gustado tener algo de presión, porque te obliga a estar más atento, a controlarlo todo. Y aunque la he gestionado bastante bien, a veces estaba un poco inquieto, nervioso.

Apostó por completar el equipo con sus mecánicos de confianza, que no tenían experiencia en MotoGP. ¿Sufrió también por ellos?

Sí, sobre todo por ellos. Porque yo estaba seguro de que lo iban a hacer bien. Pero en una fábrica tan grande, con tantos años de experiencia, al nuevo se le mira con lupa. Me decían: ‘estoy trabajando y tengo a un japonés por detrás mirando cada cosa que hago’. Me decían que el pelo se les iba a caer pronto, que había demasiada presión. Pero no han cometido ni un fallo.

¿Cómo se encadenan 10 victorias seguidas?

Con las primeras fui cogiendo confianza, hay más pilotos que han ganado tres y cuatro carreras consecutivas, se podía hacer. Pero llegó un momento, en Montmeló, en que se me giró la tortilla: cada vez me sentía más nervioso, más tenso. Aunque la confianza y la motivación siempre estuvieron ahí. En Brno, donde terminé cuarto, me preguntaba qué había pasado. Y me costó mucho concentrarme en la segunda parte de la carrera, cuando fui consciente de que no llegaba y que mis rivales se escapaban. Es muy difícil llegar al punto en el que asimilas que tienes que conformarte con ser cuarto, más si vienes de ganar diez carreras.

¿Fue esa una de las carreras más difíciles de la temporada?

Me encontré bien durante todo el fin de semana, pero el domingo sí lo pasé mal. El neumático patinaba mucho y no entendíamos por qué, ni sabía si era yo el que no había sido capaz de gestionar las condiciones de la pista tan bien como mis rivales. Por suerte tuvimos un test el lunes para entenderlo todo, porque si no, la semana después hubiera sido dura.

¿Tiene la necesidad de saberlo todo?

Sí. El primer año, cuando algún entrenamiento o carrera me costaba más, entendía que era simplemente porque era mi primer año o porque el circuito se me atragantaba con la MotoGP, pero ahora cuando me cuesta sé que pasa algo. No asimilo el no pelear por la victoria y eso me hace analizarlo todo.

¿Cuál ha sido su mejor carrera?

Hay muchas, pero quizá el domingo más especial fue el de Montmeló, porque fue una carrera muy buena y estuve peleándome con Lorenzo, con Dani y con Rossi. Gané en casa y además fue el primer domingo que ganábamos mi hermano y yo a la vez. Fue emocionante.

¿Qué le hace conservar las ganas de seguir ganando?

El entorno. No es lo mismo ganar solo que con un equipo. Disfrutar de la victoria uno solo, para mí no tiene sentido. Tú peleas por la victoria no para sentirte el mejor, sino para poder disfrutarlo y sentirte feliz. Ganar y ver que tu equipo también lo vive y se va de fiesta contigo es lo que te hace mantener esa motivación.

Siempre tiene a Valentino en la punta de la lengua, ¿su objetivo es emularle?

No se trata de emularle, pero siempre ha sido mi referente en la pista y fuera. Lo ha hecho todo muy bien. Su palmarés lo acredita. Así que aprendo de él. Pero nunca se puede copiar a otros, cada uno es como es.

Por Phillip Island / El País de España

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