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Son muchas las afectaciones y sobrecostos debidas a la crisis y los retrasos en el proyecto hidroeléctrico Ituango, ubicado en el norte de Antioquia. Solo en 2018, EPM, responsable de la obra, destinó casi $500.000 millones a obras para la contingencia desatada en abril del año pasado. Ahora, una de las principales preocupaciones son los recursos que los municipios han dejado y dejarán de recibir desde 2018 hasta 2023 para la ejecución de sus planes de desarrollo.
En el caso de Medellín, las transferencias que EPM le entrega a la ciudad sufrirán una reducción en los próximos tres años. En 2018 recibió $1,2 billones, para 2019 serán $1,1 billones y en 2020 descenderían a $769.000 millones. Sin embargo, para 2021, cuando se espera que la central empiece a generar energía, la expectativa es volver al billón de pesos. En 2022, si los seguros responden por los daños en la hidroeléctrica, se podrían alcanzar los $1,8 billones.
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De otro lado, los municipios de la zona de influencia del proyecto hicieron cuentas alegres con esos recursos y proyectaron sus planes de desarrollo con los dineros que recibirían tras la puesta en marcha prevista para 2018. Ituango esperaba recibir $15.000 millones en un lapso de dos a tres años, que iban a ser destinados a diferentes proyectos, según explicó el alcalde de la localidad, Hernán Darío Álvarez Uribe: “Teníamos previstos estos recursos de transferencias. Esto hizo que no pudiéramos cumplir a cabalidad el plan y tuvimos que recurrir a empréstitos”.
Álvarez explicó, además, que los sectores más afectados por la falta de recursos y en donde no se pudo ejecutar a cabalidad lo presupuestado fueron las obras civiles, como acueductos y alcantarillados, pavimentación de vías y obras sociales. “En estos municipios, que somos categoría 6, son muchas las necesidades. Esperamos recibir anualmente entre $5.000 millones y $7.000 millones a partir de 2021, cuando la hidroeléctrica comience a operar, para suplir necesidades en vivienda, infraestructura educativa, vías, en muchos aspectos”, señaló el mandatario.
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El viernes pasado se anunció la terminación de la presa en el proyecto hidroeléctrico, lo que para el municipio de Ituango es una excelente noticia, pues por fin se podrá normalizar el transporte desde y hacia la localidad, uno de los factores que más preocupan a los pobladores. Desde junio del año pasado, el principal medio de transporte ha sido fluvial, a través de un ferry que moviliza diariamente a unas 360 personas, además de vehículos, servicio pagado por EPM. El tiempo aproximado de recorrido es de 15 minutos. También, durante el día y mientras las condiciones lo permitan en la zona, se autorizan caravanas de vehículos bajo la supervisión de los trabajadores de Hidroituango. “Hemos sido muy afectados. Ya en un mes más o menos, cuando finalicen las obras de ornato, podremos tener mayor normalidad en el transporte. Hemos tenido mucha paciencia, pero eso ha afectado económicamente mucho a la población”, dijo el alcalde Álvarez.
Otra de las localidades cercanas a la hidroeléctrica es el corregimiento de Valle de Toledo, del municipio de Toledo. Allí la dinámica de la población cambió con la llegada del proyecto. Vieron un impulso en la economía gracias a la cantidad de trabajadores que llegaron a la zona. Ahora la preocupación es qué va a pasar a medida que avanzan las obras, pues cada vez es menos el personal. “Estamos pensando en proyectos turísticos que aprovechen los espacios que quedan. Estamos reflexionando sobre qué proyectos generar para que el corregimiento siga dinamizando la economía, pues aquí sufrimos una transformación muy grande con la llegada de Hidroituango y no podemos quedar a la deriva. Hay muchos lugares que podemos aprovechar”, explicó el padre Jaime Andrés Rivera, párroco de María Auxiliadora del Valle de Toledo.
En el punto pico, Hidroituango llegó a tener 11.200 trabajadores. Hoy son 5.550 y en el futuro, entre operación y mantenimiento, la central de generación Ituango tendrá un estimado de 120 empleos directos y unos 250 indirectos.
Por su parte, Budiel López, habitante de Peque, manifestó que en el pueblo la gente está tranquila y a la expectativa de los recursos que llegarán para ayudar al desarrollo de la localidad. “Esperamos que llegue mucha inversión. Estamos muy contentos porque ya se elimina un riesgo de que pueda pasar algo. Ha habido inversión en casitas de aldeas y canchas y eso nos tiene muy contentos y a la espera de qué más progreso vamos a tener”, afirmó.
Para 2023, EPM tiene proyectados más de $74.200 millones en transferencias, equivalentes al 6 % de las ventas brutas, porcentaje que se distribuye en un 3 % para las corporaciones autónomas, 1,5 % para los 153 municipios ubicados en la cuenca del embalse y 1,5 % para los ocho municipios adyacentes al embalse.
Así las cosas, Ituango habría recibido ese año $3.412’912.466, más otros recursos provenientes del 1,5 % por hacer parte de los 153 municipios de la cuenca. Son cifras que deberán tener en cuenta los nuevos mandatarios para proyectar sus planes de desarrollo y evitar sorpresas al ejecutar obras durante su periodo.