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Efromovich se defiende con versión que podría mostrar otra historia

El accionista de Avianca Holdings rechaza haber pagado un soborno por conseguir un millonario contrato en Brasil, y dice que el testimonio de Sergio Machado, quien aceptó haber recibido la coima, lo exonera. Ese testimonio, sin embargo, podría mostrar otra cosa: una posible ruta para cubrir el supuesto soborno con una fachada legal.

Redacción Investigación
24 de agosto de 2020 - 09:15 p. m.
Germán Efromovich, y su hermano José, fueron capturados la semana pasada mientras la Fiscalía adelanta una investigación en su contra por delitos relacionados a casos de corrupción.
Germán Efromovich, y su hermano José, fueron capturados la semana pasada mientras la Fiscalía adelanta una investigación en su contra por delitos relacionados a casos de corrupción.
Foto: EFE - Leonardo Muñoz

Para Germán Efromovich, no hay asomo de duda de que la investigación por corrupción a la que fue oficialmente vinculado esta semana, no es otra cosa que “una historia fantasiosa” y una retaliación por un millonario pleito contra una empresa estatal. En rueda de prensa ante varios medios de comunicación, el empresario se defendió de las preguntas y, entre comentarios y risas, dijo a los periodistas estar tranquilo de que no hay pruebas en su contra. Aseguró que no participó del entramado de corrupción que se desarrolló en Brasil que tuvo como desenlace la operación Lava Jato. 

El Ministerio Público de ese país lo detuvo el pasado miércoles 19 de agosto en Sao Paulo, hoy está en prisión domiciliaria mientras se adelantan las investigaciones que apuntan al presunto pago de un millonario soborno para quedarse con un contrato. Según las pesquisas, el caso está relacionado con las empresas Transpetro (filial de Petrobrás) y el astillero Eisa-Ilha S. A., propiedad de Germán Efromovich y su hermano José, también detenido. Al parecer ambos pagaron más de $40 millones de reales (unos US$732.000) a altos funcionarios de Transpetro para quedarse con un negocio para la construcción de cuatro buques tipo Panamax.

(En contexto: El contrato para la construcción de barcos que terminó en la captura de Germán Efromovich)

La versión de Germán Efromovich es que entraron a la licitación de forma transparente y que se ganaron el contrato por méritos, aunque admitió que tiempo después sí fue abordado por el presidente de Transpetro, Sérgio Machado, el hombre que tiene en este embrollo judicial al accionista de Avianca. Es el hombre que habló sobre el negocio de los buques a la justicia brasileña. El empresario y político que fue capturado en diciembre de 2015, cuando las autoridades estaban en pleno auge de la operación contra la corrupción más grande de los últimos tiempos. A cambio de beneficios, Machado empezó a hablar.

Su voluntad de colaborar al Ministerio Público y a la justicia en la operación Lava Jato quedó consignada en un documento de más de 300 páginas. Al expresidente de Transpetro le preguntaron por todos los negocios que su empresa firmó después de pago de sobornos o cualquier otra irregularidad. Machado habló con detalle de cada uno. Cuando los investigadores llegaron al tema de los barcos, el nombre de Germán Efromovich salió a relucir. Según esa declaración de 2016, Sergio Machado sí le habló al accionista de Avianca sobre unas “ventajas” que podía dar frente a los contratos para la construcción de cuatro barcos. 

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Machado le aclaró al Ministerio Público que esas ofertas las hizo un año después de que la empresa de los Efromovich ganó el primer contrato. La oferta de Machado fue del 2 % del valor del contrato, pero Germán Efromovich se negó y “dijo que no daba apoyo al político”. Para el empresario, en esa declaración está la prueba de que no actuó de manera ilegal porque, efectivamente, Machado acepta que no recibió esa coima de parte del accionista de Avianca. Sin embargo, ahí no termina la historia del expresidente de Transpetro. Tras explicar que el empresario se negó a ese pago del 2 %, Machado aclaró que Efromovich le hizo una contrapropuesta.

“(Germán Efromovich) indicó que estaría dispuesto a presentar inversiones no relacionadas con Transpetro, de las cuales Machado podría tener un retorno del mínimo de igual magnitud”. Así arrancó lo que para la Fiscalía de Brasil sería la ruta para cubrir la coima con una fachada legal. Machado le presentó a Efromovich a su hijo, Expedito, quien se encargó de consolidar entre su familia y el dueño de Avianca un acuerdo de inversión en campos de petróleo en Ecuador. El expresidente de Transpetro aclaró que, por su apretada agenda, no tuvo el tiempo de supervisar los términos del negocio y pidió a su hijo y a uno de sus hermanos que se encargaran del trámite. 

Machado señaló que, “con el pasar del tiempo los parámetros de la inversión se hicieron atractivos, pues fueron negociados en 2008 al calor de la crisis global y después de un incumplimiento de Ecuador”. Y, cuando Expedito Machado estaba listo para concretar la inversión, Efromovich “ejerció la opción de cancelar el contrato”. Para hacerlo, el empresario pagó el valor de cancelar el acuerdo, que resultó tasado en $28 millones de reales, cifra casi igual al del valor del soborno que Machado le había pedido a Efromovich por el contrato de los buques. Según el expresidente de Transpetro, esa plata se pagó a lo largo de tres o cuatro años en un banco HSBC en Suiza.

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Esos “$28 millones de reales fueron un lucro generado por la propia empresa de petróleo de Ecuador”, relató Machado al Ministerio Público, a quien también contó que en 2013 él y Efromovich firmaron otro negocio. En esa ocasión, explicó, Expedito Machado le concedió al empresario un préstamo por cerca de $10 millones de reales cuando Efromovich tenía problemas de capital. El accionista de Avianca pagó la deuda justo cuando Machado renunció de Transpetro, en medio del auge de las investigaciones y declaraciones del entramado de corrupción que derivó en el encarcelamiento de varios políticos, incluido Machado, y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

De acuerdo con la investigación de la Fiscalía brasileña, para que los Efromovich se quedaran con ese jugoso contrato, Transpetro sí intervino en la adjudicación, pues sus empresas no tenían las calificaciones para quedarse con el negocio. Según las investigaciones, a cambio de esta “ayuda”, los hermanos Efromovich le pagaron a Machado un soborno de $40 millones de reales (unos US$7 millones). Una cifra diferente de la que habló el propio presidente de la empresa estatal al Ministerio Público. Según la investigación oficial, Machado logró disfrazar el pago ilegal en un contrato falso con apariencia de ser un negocio de inversión en una empresa extranjera. 

Al parecer, Machado habría dado a las autoridades la prueba de esos pagos, 65 transferencias bancarias entre 2009 y 2013, que coinciden con el tiempo de la ejecución del contrato con el astillero. Los investigadores tienen pruebas de que Transpetro habría tenido una pérdida de $611,2 millones de reales (US$111,1 millones de dólares) por contratos con Eisa, empresa de los Efromovich, pues, simplemente, no tenía la capacidad para manejar esos negocios. Para el dueño del astillero, no hubo nada extraño en esos contratos. Al contrario, al no participar en movidas “sucias” de empresarios que terminaron investigados en Lava Jato, los Efromovich se vieron damnificados pues no lograron conseguir más negocios en Brasil.

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Por esta razón, llevaron el caso a los estrados judiciales y, en Río de Janeiro, avanza un millonario pleito contra Transpetro. Según Efromovich, él está ganando esa pelea y, por esa razón, el Ministerio Público decidió detenerlo. “Como no participamos de esta mafia que había en Brasil, nos daban muy duro en materia de contratos. Llegamos a un momento en el que no conseguimos ni uno, entonces demandamos a la compañía (...) Mi conclusión es que, como estamos ganando esa demanda, montaron esta situación fantasiosa para ver si con esto consiguen que no ganemos y no nos tengan que pagar esa plata (unos $500 millones de reales)”, explicó Efromovich en entrevista con La Fm.

Detenido en su casa en Sao Paulo, Germán Efromovich afirma que nada de esta investigación va a frenar sus negocios, ni los de Avianca, ni el resto que tiene planeados para salir adelante después de la pandemia del COVID-19. Como ya se sabe, el empresario está detrás de ingresar a AirItalia y regresar a la junta de Avianca, luego de que United Airlines afirmara que incumplió el pago de préstamos por US$456 millones otorgados por la aerolínea estadounidense. “No hay ningún motivo para suspender ningún negocio (...) Nosotros queremos y vamos a participar en la financiación de la capitalización de Avianca”, concluyó Efromovich.

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