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Colombia todavía tiene frescos los horribles recuerdos que dejó el narcotráfico durante la época de Pablo Escobar, un mal que todavía persiste por medio de los diferentes grupos armados que permanecen en el país. Por eso, la emergente industria del cannabis medicinal crece en un ambiente adverso, pues, aunque desde agosto de 2017 se estableció la regulación en tres aspectos (cultivo, producción y distribución), existen demasiados prejuicios y mitos que deberán enfrentar los pioneros de este mercado.
Khiron es una de las primeras empresas que decidieron cultivar, producir y distribuir cannabis medicinal en Colombia. Se trata de una sociedad colombo-canadiense (fundada por colombianos con capital canadiense) que espera, para el tercer trimestre de este año, tener a su primer consumidor. Se enfocarán en pacientes con enfermedades sobre las que hay evidencia científica sobre los beneficios de la marihuana medicinal para su tratamiento.
Entre estos padecimientos están el dolor crónico, los desórdenes de sueño y la epilepsia. Incluso los estudios la aprueban para tratar a los pacientes de cáncer, pues existen pruebas de que los cannabinoides orales son antieméticos eficaces en el tratamiento de las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia.
“Decidimos entrar al negocio del cannabis medicinal por dos razones: una, para crear una nueva industria en Colombia, pues, aunque sabemos que hay varios retos por superar, también creemos que hay una gran oportunidad por la que vale la pena enfrentarlos. Y la otra, creemos que hay un beneficio que va más allá de lo monetario, pues la evidencia científica demuestra que podemos mejorar la calidad de vida de los pacientes”, explicó Andrés Galofre, vicepresidente de Khiron.
Sin embargo, como sucede con todo producto nuevo: la promoción es clave para que se genere un consumo, pero en el caso del cannabis medicinal está prohibido la publicidad hacia los consumidores. De esta manera, sólo habría dos formas en las que se podría generar la demanda de este bien: que el médico lo recete o que el paciente le pida al médico estudiar la posibilidad de prescribirle el cannabis para tratar su enfermedad.
Precisamente trabajar con la comunidad médica es una las principales estrategias de esta empresa para impulsar los productos de cannabis medicinal. Hace una semana presentaron los productos en un congreso neuromédico en Barranquilla, mostrando los estudios y las recomendaciones de los expertos. Ya van más de 1.200 médicos a los que han contactado por medio de sus programas de socialización.
De hecho, Galofre cuenta que realizaron una encuesta “con más de 200 médicos, en la que les preguntamos si estaban dispuestos a recetar marihuana medicinal, en la que uno representaba que no lo harían por ningún motivo, y cinco que sí lo harían. El puntaje promedio fue 3,8. De manera que sí hay disposición de los médicos para considerar esta alternativa, pero sólo si encuentran una empresa seria con altos estándares. Además, quieren recibir estudios médicos que validen el beneficio del cannabis”.
La actual competencia del cannabis medicinal son los productores artesanales. En las ferias callejeras se consiguen aceites de 30 mililitros de cannabis a $120.000, un precio que Khiron considera que es alto para esa cantidad y está segura de que puede mejorar. Por lo que le apuestan a un mejor precio y más calidad para explotar el mercado colombiano, de más de cinco millones de personas.
De esta manera, la empresa espera tener su primera producción lista para distribuir en el tercer trimestre de 2018, y en este momento ya están en negociaciones para vender este primer lote y llevarles el producto a los consumidores. Es posible que en tan sólo unos meses los pacientes con dolor crónico, desórdenes de sueño, epilepsia y hasta cáncer tengan a su disposición una nueva medicina para sobrellevar sus enfermedades.