El hombre que lidera la cumbre mundial de mentes inquietas

Alberto Saiz es el cerebro detrás del World of Business Ideas, Wobi, la multinacional creadora del evento que estimula el nuevo pensamiento inspirando a la acción.

Edwin Bohórquez aya
29 de mayo de 2017 - 02:00 a. m.
Alberto Saiz, presidente mundial de WOBI.  / Mauricio Alvarado
Alberto Saiz, presidente mundial de WOBI. / Mauricio Alvarado

Imagine que, así como frente a usted se ponía de pie un maestro en el colegio o en la universidad para dictar una cátedra de esas que tienen la capacidad de cambiar percepciones, incluso vidas. Así es como en el World Business Forum algunos de los más exitosos estrategas, ejecutivos, líderes, presidentes de compañías de todo el mundo, sobre una tarima, cuentan cómo han logrado hacer cambios que hoy impactan a la sociedad. Pero no se trata sólo de “pararse a echar el cuento”. Se trata de impactar, de tocar realmente a quienes en este mundo acelerado deben tomar decisiones rápidas en tiempos de innovación, de disrupción, de inmersión digital. Ahora imagine al hombre que lidera esa dinámica, de ideas, de conocimiento, de información. Ese es Alberto Saiz, el presidente mundial del World of Business Ideas (WOBI), y esta es una fracción de su historia.

¿En qué momento llegó Alberto a WOBI?

Me incorporé a WOBI el 14 de julio de 2002, hace 15 años. Entré como director comercial de sponsors en Madrid, España. En 2004 me nombraron director general para la sede Portugal. Pasé unos años fantásticos. Esta empresa es una escuela increíble, escuela en todos los sentidos, porque aprendí mucho de los speakers. Tenemos el orgullo de que nuestros patrocinadores son las principales empresas de cada país y del mundo, lo cual te hace poner en contacto con ejecutivos como los presidentes, directores de marketing, de recursos humanos, y eso es una fuente de conocimiento. Evolucionamos escuchando. Sería muy estúpido no aprovechar esa información.

¿Y qué pasó?

Cuando llegó la crisis en el año 2008, si no fue el mejor año como compañía, fue el segundo mejor, pero con la quiebra de Lehman Brothers, no vendimos en el caso de España ni un solo ticket desde finales de septiembre hasta diciembre. Nos golpeó de una manera brutal porque todas las compañías dicen que la formación es muy importante y el conocimiento es muy importante hasta que tienen que elegir.

Lo primero que se recorta es la publicidad y la formación...

Afortunadamente no todas, recompusimos la situación en 2009. La compañía pasó bien la crisis y desde 2010 crecimos. Hay que ser más coherentes porque muchas veces se tiene un discurso distinto hacia fuera que hacia dentro. Creo que hemos tenido suerte de que nuestros clientes apuestan decididamente, creen en la formación y en el conocimiento, y en el mundo que vivimos, sobre todo en el mundo occidental, pues eso es primordial, el capital humano bien formado. Trabajar en una empresa que apueste por el conocimiento y en un país que apueste por el conocimiento es una gran suerte. Entonces en 2010 decidí camiar de rumbo, me fui a dirigir un grupo de empresas relacionadas con marketing y ventas y por una casualidad un gran amigo que había conocido en WOBI se fue a Australia. Hablaba con él, mucho, y me dijo: en Australia no hay nada parecido a WOBI, sería increíble montarlo aquí. Me quedé con esa idea, casualidad absoluta. Estaba en otro trabajo, pero no pensaba volver a WOBI. Sin embargo, hablé con otras personas, me dijeron que sería interesante hacerlo, hablé con WOBI, les ofrecí montarlo, en ese momento no podían, entonces llegamos a un acuerdo de colaboración donde iba a ser el representante de la marca WOBI en Australia. Me mudé a ese país y montamos la primera operación en enero de 2013; nos fue fantásticamente bien. Luego montamos Hong Kong.

¿Y en qué momento llegaron los mexicanos?

Hace dos años entró un fondo de inversión mexicano a la compañía con plan de expansión y crecimiento. Negociamos, adquirió la compañía, y con la ésta me adquirió a mí de vuelta. El año pasado regresé a Europa a manejar las operaciones de Europa y Australia, y en marzo el fondo de inversión me dio la confianza de liderar la empresa. Esa es mi pequeña historia.

¿Por qué WOBI se ha vuelto, en el mundo empresarial, un evento tan importante?

Esta es la típica compañía en la que cuando un alto ejecutivo de otra empresa me pregunta en qué trabajas, pues resulta difícil de explicar. No es un trabajo tradicional. No es un banco. No es un periódico. Lo decía el director creativo de Steve Jobs durante muchos años: la simplicidad es la base de las organizaciones. Y para mí también es la exclusividad. El ser único en lo que haces. Entonces nuestros clientes, los que llegan a nuestros eventos, son directivos con gran formación, gran experiencia, con gran responsabilidad, con mucha toma de decisiones. La gente en la calle no sabe lo que significa ser el número uno de la compañía. Entonces cuando la compañía decide darles formación a sus empleados, tiene muchas ofertas, sobre todo en management, en estrategia. Lo que nosotros hacemos es seleccionar temas, que tienen que ver con la preocupación de los ejecutivos. ¿Cuáles? Liderazgo, innovación, transformación digital... Y una vez sales de nuestro evento, lo importante es que salgas con dos o tres ideas fuertes de liderazgo, igual sobre transformación digital por nuevos modelos de negocio y si regresas a tu empresa y lograste hacer dos pequeños cambios, nosotros logramos nuestro objetivo.

A WOBI le fue muy bien en su primera edición en Colombia, en Bogotá. Y ahora van a llevar una edición especial a Medellín. ¿Por qué les ha ido tan bien en este país?

Tenemos un plan de expansión en Latinoamérica, y Colombia es un país estratégico en la región por varios motivos: es el cuarto mercado después de Brasil, México y Argentina, la clase ejecutiva tiene un nivel altísimo, están muy bien preparados, valoran mucho la formación, está creciendo y da seguridad jurídica, que no pasa en muchos países. Hay pasión por lo que nosotros hacemos y nos sentimos muy bien aquí. Medellín es un evento 100 % liderazgo, y nuestro plan pasa por desarrollar eventos de ese tipo en cada mercado.

¿Cómo seleccionan a los personajes que se convierten en los “speakers”, esos que tienen como misión impactar, en últimas, a la sociedad?

Estamos permanentemente montando programas en todo el mundo. No pienso primero en nombres, pienso en lo que necesita cada mercado. Colombia = liderazgo. Y entonces miro que tengo cuatro o cinco excelentes, vamos juntando temas con esos nombres que tienen la capacidad de impactar a la comunidad de ejecutivos colombiana. Pero primero van los temas y luego los speakers. Somos los únicos que recibimos un feedback de los empresarios. Gracias a ellos planteamos nuevas cosas.

¿Qué experiencias aprendidas, de los “speakers” y de los empresarios que los escuchan, le han quedado?

Imagina una foto de un cuarto de baño de un hotel. Toda el agua por el suelo y las toallas tiradas. Y dice la persona que la lleva: me fui a Disney World con mi marido y con mis hijos. Llego al hotel de primer nivel, supuestamente. Pero fue una pésima experiencia. Cuando me fui dejé todo tirado. Tomé la foto. Dije: esto, con Airbnb, jamás me hubiera pasado, porque habría dejado todo perfecto y lo hubiese fusilado en la página web de Airbnb, nadie nunca más lo hubiera contratado. Y hubiera dejado todo perfecto porque no quiero que a mí me califiquen mal como usuaria. Fíjate cómo cambia la relación entre proveedor y cliente. La marca que ha invertido millones de dólares, el hotelero, ya es descartada si no lo está haciendo bien. Es el poder del usuario. Esto explica cómo cambió todo el sistema. Ahí está la enseñanza.

Por Edwin Bohórquez aya

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