Industria de la marihuana está enojada con la Casa Blanca

Bloomberg.
26 de febrero de 2017 - 04:45 p. m.
AFP
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La industria del cannabis se vio sorprendida el jueves cuando el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que espera que el Departamento de Justicia refuerce la aplicación de las leyes federales que prohíben la marihuana recreativa, aún en estados donde ya es legal.

Junto con el distrito de Columbia, ocho estados han legalizado su uso recreativo para adultos. Entre ellos se encuentra California, Maine, Massachusetts, y desde el pasado mes de noviembre, también Nevada. Esto significa que uno de cada cinco estadounidenses adultos puede fumar, beber o comer cannabis cuando quieran en el marco de la ley estatal. Por otra parte, más de la mitad de los estados del país han legalizado el uso médico de la marihuana, a pesar de que las leyes federales prohíben su venta. El sector está valorado en algo más de US$6.000 millones y alcanzará los US$50.000 millones para 2026, según Cowen & Co.

“Las noticias que llegan hoy desde la administración relacionadas con el uso adulto de cannabis son, desde luego, decepcionantes”, dijo ayer en un comunicado Derek Peterson, máximo responsable del productor de marihuana Terra Tech Corp. “Esperábamos y todavía esperamos que el gobierno federal respete los derechos de los estados del mismo modo que lo han hecho en otros asuntos”.

Spicer trató de distinguir la aplicación de la ley en el uso médico de la marihuana frente al uso recreativo, diciendo: “Hay, sin embargo, una ley federal que debemos cumplir cuando se trata de marihuana recreativa y otras drogas de esa naturaleza”.

Las declaraciones de Spicer renovaron las preocupaciones del sector surgidas por primera vez cuando se conoció la lista corta del presidente republicano, Donald Trump, para el nombramiento de posibles fiscales generales. El elegido final, el exsenador republicano Jeff Sessions de Alabama, se ha opuesto durante mucho tiempo al uso de la marihuana, pero es uno de los principales defensores de los derechos de los estados. En su audiencia de confirmación a mediados de enero, Sessions dijo que no “se comprometería a no aplicar la ley federal”, pero agregó que “sin duda es un problema de recursos para el gobierno federal”. Dijo que, si el Congreso sentía que la posesión de marihuana ya no debería ser ilegal, “debería aprobar una ley”. De manera similar, Trump ha cambiado de opinión varias veces en el tema de la legalización.

El índice Bloomberg Intelligence Global Cannabis llegó a caer hasta un 3,7 por ciento después de la rueda de prensa de Spicer.

La aplicación de medidas enérgicas en el sector revertiría la actual política federal e iría contra la opinión pública. En gran parte, el gobierno de Obama delegó el tema en los estados, centrándose a cambio en impedir la distribución a menores y bloqueando las ventas más allá de las fronteras estatales, así como manteniendo la marihuana lejos de las manos de las bandas delictivas y los criminales. Una reciente encuesta de la Universidad de Quinnipiac comprobó que 71 por ciento de los votantes piensa que “el gobierno no debería aplicar leyes federales contra la marihuana en los estados que han legalizado su uso médico o recreativo”.

El sector es también una abundante fuente de recursos, según Patrece Bryan, presidenta de Cannabrand, una compañía de marketing enfocada en la marihuana. New Frontier Data estima que la industria del cannabis habrá creado más de 283.000 empleos para 2020.

Por Bloomberg.

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