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La nueva cara de BlackBerry

Con la promesa de brindar al usuario la posibilidad de fusionar sus perfiles personal y corporativo en un único dispositivo, la firma canadiense busca recomponer su participación global en la industria.

David Mayorga / Nueva York
30 de enero de 2013 - 10:00 p. m.
Thorsten Heins, CEO de BlackBerry, al presentar los nuevos teléfonos con sistema operativo BB10./ AFP
Thorsten Heins, CEO de BlackBerry, al presentar los nuevos teléfonos con sistema operativo BB10./ AFP

“La innovación siempre estará en el corazón de nuestra compañía”. Con esas palabras, Thorsten Heins, CEO de BlackBerry, le dio la bienvenida a un nuevo mundo. Ocurrió ayer en Manhattan, bajo un cielo totalmente cubierto con nubes grises y una temperatura de ocho grados centígrados, un panorama que auguraba que este nuevo paso en la industria de las telecomunicaciones sería ante todo mediático, lleno de luces, de sonrisas y muchas promesas, pero no muy cómodo.

La caja de sorpresas se abrió de inmediato con un cambio esencial: Research In Motion (RIM), la compañía canadiense que lideró una pequeña revolución a inicios de la década pasada con un teléfono provisto de teclado que le añadió a las conversaciones digitales el don de la ubicuidad, desaparecía para siempre. De ahora en adelante, sería la marca BlackBerry, su creación, la que heredaría el mando de un imperio en decadencia.

Y la mejor forma de hacerlo fue mostrarle al mundo una nueva cara: BlackBerry 10, el sistema operativo para dispositivos móviles que sacó del letargo al título bursátil (desde su anuncio, en septiembre de 2012, pasó de transarse por US$6,31 a US$17,90 en el mercado tecnológico Nasdaq) y busca convertirse en una nueva opción ante el dominio de Apple y Samsung en el mercado.

Se trata de un conjunto de soluciones diseñadas cuidadosamente para un usuario con alta actividad en las redes sociales, dispuesto a crear contenido multimedia en pocos segundos y compartirlo con todo el mundo, que no quiere perder el tiempo navegando entre aplicativos móviles, que necesita concentrar su información en una única plataforma y tener la posibilidad de conjugar su mundo personal con el corporativo sin manipular dos teléfonos móviles al mismo tiempo.

La respuesta a esas necesidades se materializa en dos equipos: el Z10, con pantalla táctil, y el Q10, con el teclado físico que se convirtió en un sello personal de la compañía. Serán la punta de lanza de BlackBerry para que una persona pueda corregir en menos de 10 segundos aquella foto que tomó mal, realizar una videollamada a un continente de distancia por medio de su aplicación BB Messenger, escribir un correo electrónico con el pulgar sin preocuparse por el idioma en que redacta (con base en su producción en redes sociales y mensajes personales, el sistema reconoce términos, conjugaciones, verbos y demás) o, simplemente, adquirir alguna de las 70.000 aplicaciones disponibles en su mercado virtual (como Skype, Whats App, Kindle y la edición Star Wars del juego Angry Birds).

“Ambos dispositivos entregarán una experiencia más rápida e inteligente que se adaptará continuamente a la necesidad del usuario”, aseguró Heins tras develar su apuesta. Pero los anuncios no entusiasmaron de la misma forma al mercado de capitales. A pesar de haber sufrido una pequeña alza de 1,60% en su cotización, la acción de la compañía (cambiará su nemotécnico a BB el 4 de febrero) entró en una espiral bajista que la llevó hasta US$15,06 (una caída de hasta 3,46%). Poco después del mediodía registraba un retroceso de 5,68% al cotizarse a US$14,79.

Una caída que, para los analistas de la industria, obedecería simplemente a una situación operacional. “Hay que ver el crecimiento de la acción en los últimos dos meses. Creo que incidió mucho el cambio de nombre de la compañía, es algo que gusta muy poco en los mercados”, explica Wally Swain, vicepresidente de mercados emergentes de la consultora Yankee Group.

Esta no tan cálida bienvenida es una muestra de que la senda de BlackBerry por recuperar su renombre no será fácil. Desde 2011 la compañía comenzó a perder participación con Apple en el segmento corporativo, y en esta nueva batalla por levantarse ha escogido a América Latina como un campo estratégico de maniobra.

“El mercado regional aún es sensible al precio. Con el anuncio de seis modelos en el mediano plazo, BlackBerry está confirmando que trabajará en todos los segmentos, algo indicado porque no hay muchos usuarios dispuestos a pagar US$500 por un teléfono móvil”, comenta Jay Gumbier, director de investigaciones y consultoría de la firma IDC.

La batalla para consolidar su posición en la industria (de acuerdo a IDC, mantenía el tercer lugar con una participación global de 4,3% en el tercer trimestre de 2012) se inició ayer en Estados Unidos y Canadá con un precio de venta de US$149,99.

Su avanzada en América Latina tomará lugar el 12 de marzo con la venta de los primeros dispositivos en Venezuela, y toda la región podrá adquirir un dispositivo con sistema operativo BlackBerry 10 a finales de ese mes. La meta trazada desde la sede principal de Toronto es que este primer asalto se dé en más de 75 mercados. Sólo falta esperar la respuesta de los usuarios.

 

* Artículo posible gracias a invitación de BlackBerry.

Por David Mayorga / Nueva York

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