Los bananeros, contra el “estigma”

Juan Camilo Restrepo, presidente de Augura, dice que aclararán ante la Fiscalía que no financiaron grupos paramilitares, sino entidades creadas por el Estado, como las Convivir.

María Alejandra Medina c.
26 de marzo de 2017 - 09:00 p. m.
Los bananeros, contra el “estigma”

Augura es el gremio de los bananeros nacionales. En 2016, el sector que representa salió relativamente bien librado de factores que jugaron en contra, como el fenómeno de El Niño, pues si bien la productividad descendió, lo hizo apenas de 1.986 cajas producidas por hectárea en 2015 a 1.976 el año pasado. Las exportaciones también vieron una caída, de 0,78 %.

Sin embargo, para Juan Camilo Restrepo Gómez, exviceministro del Interior —durante el ministerio de Aurelio Iragorri, actual jefe de la cartera agropecuaria—, el 2017 será “el año del banano”. En entrevista con El Espectador explica que el sector espera una tasa de cambio favorable, entre los $2.950 y los $3.100, pero también que las precipitaciones de las últimas semanas les hagan bien a las próximas cosechas.

Pero si hay una batalla en la que se han embarcado los bananeros últimamente es la de desmentir el que llaman el “estigma”. En febrero pasado, la Fiscalía General declaró como delito de lesa humanidad la financiación voluntaria de terceros a estructuras paramilitares y otros grupos armados ilegales. Lo hizo tras revisar la declaración del excomandante paramilitar Raúl Emilio Hasbún, alias Pedro Bonito, quien declaró que los bananeros del Urabá financiaron el frente Arlex Hurtado del bloque Bananero de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá.

Restrepo no desconoce condenas como la que recibió la compañía extranjera Chiquita Brands por haber hecho apoyos económicos ilegales a los paramilitares. No obstante, asegura que los aportes que hicieron los bananeros nacionales fue para entidades legítimas, creadas por el Estado. Por eso emprenderán este año una visita a la Unión Europea para decirles a los consumidores que las frutas que consumen no están “manchadas de sangre”.

¿Cuál es el estigma que dice que quieren combatir?

Ha existido una estigmatización partiendo de la base de unos hechos que no ocurrieron, por querer enlodar una actividad que genera desarrollo en el Urabá y divisas al país. La única forma de combatir esa estigmatización es produciendo más y mejores cajas de banano y reconociendo un pasado, bajo el marco de la ley y de las instituciones que en su momento el Estado creó y que el sector bananero respaldó económicamente, contablemente legal y a la luz pública.

¿Esos aportes a quiénes los hicieron?

A las empresas de seguridad privada que tenían unos servicios especiales entre 1996 y 2007, cuando dichas empresas fueron creadas, auditadas e inspeccionadas por el Estado.

Las Convivir.

Las Convivir fueron unas de ellas. Pero el término genérico eran empresas de vigilancia y seguridad privada, que cumplían una oferta institucional en su momento y a las que le era dado al particular acudir, bajo el principio de confianza legítima, porque era el Estado el que las promovía. Una cosa era apoyar actores legales y oferta institucional y otra cosa muy distinta lo que quieren mostrar de forma equivocada y para estigmatizar, y es que el sector bananero patrocinó grupos al margen de la ley. El sector bananero colombiano no patrocinó grupos paramilitares.

¿Qué le responde entonces a la Fiscalía?

Que es una gran oportunidad de ir a la justicia ordinaria y contar lo que ocurrió, cuál fue nuestro accionar bajo el amparo de la legalidad y las instituciones a partir de 1996 y hasta 2007. En esas instancias demostraremos que bajo el principio de confianza y de buena fe fue como operó el sector.

¿Qué compromiso tienen con el posconflicto?

Tenemos autoridad para poder hablar de reconciliación, y la mejor manera de apostarles al país y a la etapa en la que estamos inmersos es generando empleo digno, estable y bien remunerado. No partimos de la base de que generamos empleo por el simple hecho de ser o no desmovilizado, sino de que, si hay un ser humano que ve oportunidades de trabajo en el sector bananero, puede hacerlo.

¿Cuál es el impacto social del sector en el Urabá, una región que sigue en la pobreza?

Siempre las cifras serán alarmantes y habrá insatisfacciones y desequilibrios, pero recuerde que en los últimos 50 años hubo el común denominador de la ausencia del Estado. El sector bananero, mediante sus posibilidades, construía vías, llevaba educación, centros de salud, generación de deporte y recreación. Hemos hecho lo que hemos podido.

¿Qué impacto esperan tener con la puesta en marcha del puerto de Urabá?

El impacto que tendrá la región en competitividad, no sólo el banano, es que ayudará a que el PIB, un gran porcentaje del centro del país y Antioquia, se pueda desplazar, que haya importación y exportación por esta latitud, y esa capacidad generará oportunidades de empleo, mayores indicadores desde el punto de vista de ingreso per cápita, prestación de otro tipo de servicios, y si a eso le sumamos (las obras de) Mar 1, el túnel del Toyo, Mar 2 y la Transversal de las Américas, se podrá desplazar también café, naranjas, limones, aguacates, entre otros. Generará una serie de elementos para la competitividad.

Por María Alejandra Medina c.

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