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Los efectos del fenómeno de El Niño se siguen sintiendo en el sector eléctrico y para algunos propietarios de las plantas generadoras térmicas persiste la amenaza de una sanción. Al margen de las multas, lo cierto es que el país evitó un racionamiento de energía porque su costo es muy alto. Entre 1977 y 1992, la economía colombiana sufrió cuatro racionamientos que dejaron maltrecho el PIB (Producto Interno Bruto).
El superintendente de Servicios Públicos, José Miguel Mendoza, recordó que “según una estimación reciente, el racionamiento del período 92-93 le costó al país 2,5 % del Producto Interno Bruto”. Por ese motivo el Estado “tiene un interés especial en evitar que ocurran apagones”, dijo el funcionario en el momento de anunciar que la planta de generación Termocandelaria fue multada con $35.410 millones “por incumplir con sus compromisos al declarar indisponibles” por dos días dos unidades de generación.
Desde el año 1993, las autoridades y los organismos minero-energéticos han venido implementando mecanismos que eviten racionamientos generalizados. Se busca reducir la vulnerabilidad del sistema de generación de energía doméstico y evitar “ese inmenso daño económico que se produce con un apagón”, dijo el superintendente Mendoza.
La presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), Ángela Montoya, consideró que la sanción a Termocandelaria es la multa más grande impuesta a una empresa de este sector. Consideró que “el sector eléctrico colombiano no está diseñado para incumplir, sino para cumplir”. Acolgen está conformada por 18 empresas de generación de energía eléctrica que tienen el 86 % de la capacidad efectiva neta de la generación en el país.
La dirigente gremial recordó que en el caso de la generación hidráulica “tuvieron que reducir el nivel de los embalses un 7 % adicional”. Eso motivado por algunas de las fallas registradas durante las necesidades generadas por el fenómeno de El Niño, que llevó al país al borde de un fuerte racionamiento.
Uno de los componentes que tiene el país dentro del sistema de protección para alejar el fantasma del racionamiento es el controvertido cargo por confiabilidad (esquema de remuneración que permite hacer viable la inversión en los recursos de generación eléctrica que garanticen la demanda de energía). Mendoza salió en defensa del cargo por confiabilidad, porque fue lo que evitó que el país se sumiera en intensos cortes de energía ante la crisis que desató el fenómeno de El Niño en los años 2015 y 2016.
Recordó que desde el año 2016 los colombianos “pagamos por anticipado” alrededor de $17 billones para evitar una crisis “como la que se desató el año pasado”. Indicó que la planta de generación térmica Termocandelaria recibió entre 2104 y 2015 unos $83.000 millones por el cargo por confiabilidad “para que respondiera ante una crisis energética. Para que la compañía saliera a generar en caso de desabastecimiento energético”.
Llegó la crisis y Termocandelaria no respondió, a pesar de haber recibido el pago de cargo por confiabilidad, “la compañía no honró sus obligaciones con el sistema de generación en el país”, acota Mendoza.
Capacidad sancionatoria
Las atribuciones de la entidad de control de los servicios públicos para sancionar fueron fortalecidas por el Plan Nacional de Desarrollo de 2015. Esa capacidad sancionatoria fue ampliada y “hemos decidido estrenar esas facultades”, dijo Mendoza.
“Hacemos un llamado al superintendente para que haga lo propio con Electricaribe, sancionando de manera ejemplarizante a una empresa que lleva décadas abusando de los habitantes de la costa e infringiendo la ley”, dijo el congresista David Barguil. Termocandelaria no respondió las inquietudes de este diario.