Durante la última semana de enero 30 Secretarías de Educación de 12 departamentos y 18 municipios iniciaron el calendario y el retorno a la presencialidad. Con ellas, 89 de las 96 entidades ya están inmersas en ese proceso, lo que representa más del 90% de la matrícula, según el Ministerio de Educación.
La próxima semana entrarán las 7 secretarías restantes (La Guajira, Riohacha, Maicao, Uribia, Dosquebradas, Ciénaga y Vichada). Estos datos son con corte a este 31 de enero. “El Ministerio continuará acompañando a la comunidad educativa en su retorno, el cual se debe dar con todos los protocolos de bioseguridad además de la mano del Programa de Alimentación Escolar “, indicó la Ministra de Educación, María Victoria Angulo.
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Entre las medidas para el retorno se incluyen, por ejemplo, que los profesores implementen un manual de chequeo diario en el aula de clases que incluya la separación de pupitres para mantener el distanciamiento social, el cumplimiento de horarios de ingreso y salida, y restringir las reuniones de estudiantes en áreas comunes o de concurrencia al baño al mismo tiempo.
En caso de no ser posible, se recomienda mantener distanciamiento social en las filas, mientras que en las aulas se pide no compartir las pertenencias como dispositivos electrónicos, juguetes o libros. Se estima que cerca de 7 millones de estudiantes han vuelto a las clases presenciales luego de dos años de virtualidad y alternancia.
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En entrevista con El Espectador, la ministra Angulo aclaró que no se exigirá el carné de vacunación ni a los niños ni a los maestros para el retorno a clases y que instalarán algunos puntos de vacunación en las instituciones. Estimó que el gobierno ha invertido más de $1,2 billones que han sido destinados para “adecuar los espacios físicos como entornos seguros y contar con los elementos de protección personal de toda la comunidad educativa”.
Hay un 2% de estudiantes que no volverán a la presencialidad por problemas de infraestructura. Un estudio elaborado por la Unicef, la Unesco y el Banco Mundial demostró que cerrar los colegios interrumpió la educación de 1.600 millones de estudiantes. Además, mostró que, en términos de pérdida de ingresos a lo largo de su vida, a los niños les podría costar $17 billones de dólares la decisión de cerrar las escuelas. Eso sin contar con los problemas en el aprendizaje o en su salud mental.
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En la reciente ola de ómicron, sin embargo, la mayoría de países han mantenido abiertas sus escuelas. La agencia de la ONU para la educación señaló el pasado 24 de enero que solo una docena de naciones en el mundo han decidido el cierre de sus escuelas ante el avance de la nueva variante.