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Las cifras que muestran el complejo panorama de la educación rural en Colombia

La brecha estructural que existe entre las zonas rurales y urbanas generan consecuencias en el mediano y largo plazo para los estudiantes de las primeras, señalaron investigadores de la Universidad Javeriana. Esto, además de restringir las oportunidades para acceder a la educación superior y la inserción al mercado laboral, “genera trampas de pobreza difíciles de romper en el corto plazo”.

03 de octubre de 2023 - 08:53 p. m.
En casi 8 de cada 10 sedes educativas rurales no hay internet y en el 59,7 % de estas no hay un salón de informática. Incluso, en el 18,1 % de los colegios oficiales no cuenta con servicio de energía eléctrica.
En casi 8 de cada 10 sedes educativas rurales no hay internet y en el 59,7 % de estas no hay un salón de informática. Incluso, en el 18,1 % de los colegios oficiales no cuenta con servicio de energía eléctrica.
Foto: El Espectador - Gustavo Torrijos Zuluaga

El 96,9 % de los 2′392.624 estudiantes que están matriculados en las zonas rurales de Colombia asiste un colegio oficial y la mayoría se encuentra en los niveles de preescolar y básica primaria. Además, de este porcentaje, el 79,5 % va al colegio en las mañanas. (Puede leer: Abren convocatoria para que comunidades indígenas estudien pregrados y posgrados)

En casi 8 de cada 10 sedes educativas rurales no hay internet y en el 59,7 % de estas no hay un salón de informática. Incluso, en el 18,1 % de los colegios oficiales no cuenta con servicio de energía eléctrica. Estas y otras cifras que muestran las diversas problemáticas que enfrenta la educación rural en el país, fueron presentadas por el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Pontificia Universidad Javeriana.

De acuerdo con el informe ‘Características y retos de la educación rural en Colombia’, durante 2022 el 23,7% de estudiantes en zonas rurales no asistió a instituciones preescolares, colegios, escuelas o universidades. Mientras tanto, en 2021, el 71 % de los jóvenes entre los 17 y los 21 años que viven en las zonas rurales de los municipios PDET (priorizados por el Acuerdo de Paz de 2016 por las afectaciones vividas durante el conflicto armado), no asistieron a instituciones educativas. (Le puede interesar: ¿Cuál es la forma adecuada de utilizar emojis en mensajes de texto? La RAE explica)

El documento también indagó por la realidad de las niñas, adolescentes y mujeres que habitan las zonas rurales del país. Sobre esto, el Laboratorio determinó que el 7,8 % de estas no asistieron a las escuelas por estar embarazadas y que el 23,4 % no lo hacían porque debían hacerse cargo de los oficios del hogar.

Para los investigadores del LEE, la brecha estructural en temas de oferta, acceso, permanencia y calidad de la educación que existe entre las áreas urbanas y las rurales, “genera consecuencias en el mediano y largo plazo, puesto que las personas nacidas en áreas rurales tienden a ver restringidas sus oportunidades de acceso a educación superior de calidad e inserción en el mercado laboral”. (También puede leer: Becas de posgrado: paso a paso para que maestros y maestras continúen su educación)

Además, apuntaron en el documento, “teniendo en cuenta que las áreas rurales del país tienen mayores tasas de pobreza multidimensional y monetaria, se generan trampas de pobreza difíciles de romper en el corto plazo”.

Una manera para exponer la brecha que existe entre ambos sectores, son los resultados de las Pruebas Saber 11. Sistemáticamente, dicen desde el Lee, estos resultados “evidencian que los estudiantes de las zonas urbanas tienen un mejor desempeño que los de las rurales. Para 2022, la diferencia en el puntaje global de las pruebas Saber 11 fue de 26,4 puntos” más para los estudiantes de la zona urbana. (Puede interesarle: Estas universidades tienen convenio con el SENA y dan descuentos en matrículas)

Otro indicador que evidencia las diferencias entre la educación rural y urbana, es el de la inasistencia escolar. Como dijimos, para 2020, ese porcentaje se ubicó en el 23,7 % en las zonas rurales. Para el mismo año, el porcentaje en las zonas urbanas fue de 17,9 %.

Para Gloria Bernal, directora del LEE, “aumentar la cobertura, la calidad y la pertinencia de la educación, especialmente en zonas rurales, no solo aumenta las oportunidades de desarrollo y progreso de los beneficiarios y su región, sino que además ayuda a prevenir hechos como la deserción, la delincuencia juvenil y los conflictos armados. La inversión en educación rural tiene beneficios incalculables para el país”. (Puede leer: Así puede inscribirse a los más de 100 cursos gratis que ofrece Harvard)

Como recomendaciones, el Laboratorio sugiere que la educación en estas áreas del país tenga una apuesta diferencial, así como “políticas públicas de educación que focalicen mejoras e inversiones que deben ir desde provisión de infraestructura y seguridad, hasta provisión de profesores, reforzamiento de entornos saludables, adaptación de los currículos al contexto y seguimiento de cada uno de los niños, niñas y adolescentes que no están asistiendo a las escuelas”.

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