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Música y literatura: libros basados en “Kind of Blue” y “Enema of the State”

Kind of Blue y Enema of the State son un vehículo para viajar a lo largo de los años y conocer a fondo la historia detrás de estos dos álbumes. El primero, de Miles Davis, fue escrito por el periodista cultural y traductor, Juan Carlos Garay; y el segundo, de Blink-182, por Jorge Francisco Mestre, quien es historiador y periodista. En entrevista para El Espectador, los dos autores hablaron sobre su relación con la música, la primera vez que escucharon a Miles Davis y a Blink-182, respectivamente, entre otras cosas.

Laura Valeria López.
27 de abril de 2024 - 08:49 p. m.
Juan Carlos Garay (izq) y Jorge Francisco Mestre (der.)
Juan Carlos Garay (izq) y Jorge Francisco Mestre (der.)
Foto: Fernando Olaya
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Enema of the State, por Jorge Francisco Mestre

Su casa siempre ha estado permeada por la música, pero principalmente por la latina. Sus padres han sido fieles oyentes de Candela estéreo y esto hoy hace parte de los gustos musicales de Mestre, pues es amante de la salsa y el merengue. La primera vez que tuvo un encuentro directo con la música estaba en Hard Rock Café. “Escuché una canción de AC/DC mientras se proyectaba el videoclip en algunas de las pantallas del lugar. Esta experiencia para mí fue como si alguien me hablara en un idioma que no entendía. Fue rarísimo, pero de lo más cautivante”.

Dentro de las distintas opciones que tenía el también autor del poemario Música de los abismos moleculares, eligió Blink-182, banda de punk estadounidense. Esto se debió a la nostalgia que le generó este grupo y, principalmente, este álbum. Contó que lo llevó a la adolescencia y a la época en que fuimos incomprendidos, pero en la que también buscamos la identidad, la rebeldía o el escape. Este libro se acompañó de pequeños pasajes literarios que entrelazaron la poesía, la música, la cotidianidad, la muerte, entre otros.

Este álbum y este libro fueron atravesados por la tristeza, la depresión y la salud mental. La música y estas canciones, a pesar de estos componentes, fueron y serán una compañía para las personas que han seguido a Blink-182 desde siempre.

Para Mestre, esta compañía podría componerse de dos caminos: el fan que sueña con ir a todos los conciertos y el melómano que sabe la historia detrás de cada músico. En su caso, se basó en “el deseo de hacer música, no para volverse un músico, sino para poder tocar lo que me gusta oír, lo que disfruto. De hecho, en el caso de Blink, yo no sabía nada de ellos hasta hace dos años, y esto se debe a lo que acabo de mencionar, pues me gustaba tomar con mis amigos sus canciones”.

Este disco también quedó permeado por un concepto de masculinidad que hoy en día se ha estado trabajando, observando, para poder entenderlo: los miembros de la banda mostraban una idea de masculinidad muy arraigada a lo hegemónico, pero detrás de cada escenario la vulnerabilidad era una presencia que hacía parte de ellos, aunque no quisieran mostrarla. Este género pareció establecerse como “música para hombres”, donde había un factor de fuerza, desde lo físico hasta lo emocional.

“La parte más íntima de esta masculinidad creo que tiene que ver con mostrarse invulnerable, mostrar que uno tiene el control así no sea verdad. Cuando estaba investigando sobre la banda para este libro, me encontré con un solo artículo en el que leí una frase de Mark en la que él confesaba que estaba muy deprimido, que llevaba muchos años sufriendo de esta enfermedad y que nunca había sido capaz de contárselo a sus amigos, a los miembros de la banda con los que compartía casi toda su vida. Y todo esto porque, considero, una de las primeras cosas que aprendemos los hombres es a no quejarnos y mucho menos cuando la estamos pasando bien, pues Mark estaba cumpliendo un sueño y se la pasaban de gira”.

Kind of Blue, por Juan Carlos Garay

Su primer acercamiento a la música fue gracias a sus padres, quienes contaban con un número de discos selectos. El primero que oyó, por iniciativa propia, fue uno de The Beatles. La canción que lo marcó fue Strawberry fields forever. “Por ellos y por esta canción viene el amor a la música”, contó Juan Carlos Garay.

“Si el Jazz fuera una religión, Kind of Blues sería la Biblia”. La primera vez que lo escuchó estaba en el colegio cursando el último año y participó en una electiva de música donde el profesor se dedicó a hablarles de jazz. Al finalizar el curso, Garay siguió en contacto con su profesor y, en alguna de las visitas a su casa, vio por primera vez la carátula del disco de Miles Davis. De inmediato captó toda su atención y supo que era un clásico. Le tomó un tiempo escucharlo desde aquel momento.

En este libro, el álbum es el personaje principal, toda la historia gira en torno a él. “En el proceso de escritura del libro me di cuenta de que este álbum era muy importante en mi vida, es con el que más anécdotas tengo, pero también es uno de los álbumes más importantes de la historia. Es, sobre todo, uno de los más importantes para muchas personas”.

El jazz es un género muy peculiar, así como el blues, pues nace de la contracultura, de los bares escondidos en donde solo tocaban y podían entrar negros. Con el tiempo este se volvió un género que no solo escuchaban los blancos, sino que también hacía parte de esa música a la que solo podía acceder la alta sociedad. “El jazz, si se quiere ver así, tenía un origen bastardo, pues era la música de los negros, así que el resto de la sociedad la veía con malos ojos. Para mí, este género, y en general la música hecha por negros, ha encontrado la manera de hacerse oír”.

Por Laura Valeria López.

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