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Cartagena Festival de Música: Opus Colombia

El 12 y el 13 de enero, algunos compositores y solistas colombianos protagonizarán el Cartagena Festival de Música, que adelanta una labor para resaltar las composiciones de nuestros autores académicos más reconocidos.

Jaime Andrés Monsalve B.
08 de enero de 2024 - 03:00 p. m.
Alejandro Roca, Orquesta Filarmónica de Bogotá.
Alejandro Roca, Orquesta Filarmónica de Bogotá.

Desde hace varios años, el Cartagena Festival de Música viene ejerciendo un denodado esfuerzo en aras del reconocimiento del repertorio académico colombiano. A la cada vez mayor programación de obras de compositores nacionales se ha venido sumando un ejercicio robusto y redondo que incluye charlas al respecto dentro del ya reconocido ciclo diario del docente italiano Giovanni Bietti (con apoyo de ejecutantes locales), curadurías que dan cuenta de obras poco conocidas —incluso estrenos mundiales— y labores complementarias para su difusión por fuera del desarrollo temporal del evento, como los trabajos discográficos que espera lanzar el sello Egea, emparentado con el Festival gracias a los buenos oficios de su director, Antonio Miscenà, de los cuales ya existe en el mercado una primera producción llamada Acuarelas colombianas, con obras de Antonio María Valencia, Adolfo Mejía Navarro, Guillermo Uribe Holguín y Luis Carlos Figueroa.

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Figueroa (n. 1923) es uno de los que más llama la atención en la presente edición del Festival, dado que será objeto de un homenaje en vida, meses después de haber cumplido sus cien años de edad. Para ello, se ha previsto la ejecución integral de sus canciones (lieder), para piano y voz, en interpretación de la soprano Julieth Lozano, con el acompañamiento de Alejandro Roca. Se trata de un corpus de trece obras breves que no se enmarcan dentro de un ciclo a la manera de El viaje de invierno o La bella molinera. De hecho, fueron compuestas de manera desperdigada en el tiempo entre 1945, en plena edad de aprendizaje, y 1982, una vez alcanzada la madurez compositiva. Aunque no están emparentadas por una idea o un concepto, sí permiten aclarar los caminos por los cuales se fue desarrollando por casi 40 años el temperamento del centenario creador caleño.

En la selección general es también destacable la interpretación, décadas después de su estreno, de los dos quintetos para cuerdas y piano del bogotano Guillermo Uribe Holguín (1880-1971). Se trata de piezas nacidas en su interés por la sonoridad de este formato, cuya difusión impulsó con entusiasmo en 1905, cuando al lado de sus colegas profesores de la Academia Nacional de Música, decidió fundar una agrupación que testificara los avances del alumnado. Uribe Holguín se encargó de programar de manera consuetudinaria, en ese entonces, quintetos de Schumann y Jadassohn, base para los dos que él mismo compusiera en su madurez, con diez años de diferencia, el uno frente al otro. La ejecución del Cuarteto Q-Arte y del pianista Miguel Leonardo Pinzón de estos quintetos es posible gracias al préstamo de las partituras por parte del Patronato Colombiano de Artes y Ciencias.

Como parte del segmento nacional del Festival, será estrenada además la suite Naturaleza viva, del compositor Jorge Pinzón (n. 1968), sumada a la reposición de su Rapsodia a los cuatro elementos, también estrenada en el marco del evento en su edición 2018. La nueva comisión es una pieza en seis movimientos para orquesta, cada uno de ellos en representación de las zonas geográficas del país. Explica Pinzón que “el objetivo principal de la creación de esta obra está relacionado con la percepción de la naturaleza en todas las regiones de Colombia, manifestando un modo de expresión que refleja diversas sensaciones y pensamientos generados por la contemplación del cielo, las montañas, los ríos, las llanuras, la selva y todo lo que reúne la naturaleza en general, mediante la imitación de sonoridades que evocan el paisaje”.

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En ese mismo concierto tendremos oportunidad de escuchar a la Orquesta Filarmónica Juvenil de Bogotá interpretando la suite Tierra colombiana del nortesantandereano José Rozo Contreras (1894-1976), pieza estrenada a finales de 1930 por la Orquesta Sinfónica de Viena bajo la dirección de Anton Konrath, en el auditorio del Neues Wiener Konservatorium, donde el músico cursaba estudios de perfeccionamiento musical. Es elocuente esta elección pues, además de las bellas conjunciones entre vals vienés y vals a la colombiana que se desarrollan al final de la pieza, fue la primera obra clásica colombiana estrenada en territorio europeo. Una revista de época citada por Rozo Contreras en sus memorias se refería así a su estreno: “La obra, muy agradable, contiene temas nacionales muy bien trabajados y una instrumentación rica en color, y obtuvo una tempestad de aplausos”.

Agrupaciones como el Bogotá Piano Trío, solistas de la talla del violonchelista Santiago Cañón y de la violinista Laura Hoyos, y la Orquesta Sinfónica de Cartagena, tradicionalmente a cargo del cierre de evento, también harán lo suyo en repertorios académicos de Adolfo Mejía, Álex Tobar, Manuel María Párraga y Antonio María Valencia, de la misma manera que asumirán reelaboraciones de la música popular de Lucho Bermúdez, Mario Gareña y Hernando Marín, entre otros compositores. Serán seis conciertos, en el colofón del Cartagena Festival de Música, en los que Colombia ejercerá una muy merecida soberanía.

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Por Jaime Andrés Monsalve B.

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