El Magazín Cultural
Publicidad

Rafael Alberti, el poeta que se opuso al fascismo español

El 16 de diciembre se cumplen 120 años del natalicio del escritor, quien fue miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, una organización que desaprobaba la sublevación militar del 17 de julio de 1936, fecha que marcó el inicio de la Guerra Civil española.

Danelys Vega Cardozo
15 de diciembre de 2022 - 07:08 p. m.
Rafael Alberti el día que retornó a España, tras varios años en el exilio
Rafael Alberti el día que retornó a España, tras varios años en el exilio
Foto: Iberia Airlines/ Flickr

El 14 de abril de 1931, España le daba la bienvenida a un nuevo régimen político tras la proclamación de la Segunda República. Aquella que había sido elegida democráticamente, pero que años después desaprobaron, en particular, dos generales: Francisco Franco y Emilio Mola. Entonces, el 17 de julio de 1936 intentaron derrocarla y el país europeo quedó sumergido en un conflicto bélico: la Guerra Civil española. Trece días después surgió una organización llamada la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura. “Contra este monstruoso estallido del fascismo, que tan espantosa evidencia ha logrado ahora en España, nosotros, escritores, artistas, investigadores científicos, hombres de actividad intelectual, en suma, agrupados para defender la cultura en todos sus valores nacionales y universales de tradición y creación constante, declaramos nuestra unión total, nuestra identificación plena y activa con el pueblo, que ahora lucha gloriosamente al lado del Gobierno del Frente Popular”, se lee en su manifiesto.

A aquella organización se unieron María Zambrano, Ramón Gómez de la Serna, Luis Buñuel, María Teresa León, Rafael Alberti, entre otros. Estos dos últimos eran esposos y fundaron la revista El Mono Azul, con el fin de que los soldados accedieran a ella y fueran conscientes de la importancia de defender la democracia y la Segunda República. Fue allí donde Alberti se le ocurrió crear una sección titulada “A paseo”, en donde dejaba claro su descontento por la actitud que asumieron diferentes personalidades del ámbito cultural, quienes al parecer no se sentían identificadas con la causa frentepopulista.

Alberti, el poeta de la generación del 27, concebía la poesía como un arma capaz de concientizar a las personas, por eso con el paso de los años sus poemas pasaron a ser políticos. Quizás aquel cambio se ve reflejado en su elegía cívica de 1930, titulada Con los zapatos puestos tengo que morir: “Vuelvo a cagarme por última vez en todos vuestros muertos en este mismo instante, en que las armaduras se desploman en la casa del rey, en que los hombres más ilustres se miran a las ingles sin encontrar en ellas la solución a las desesperadas órdenes de la sangre”.

Le invitamos a leer: El existencialismo detrás del “Pinocho” de Guillermo del Toro

Más tarde escribió su poema Madrid-otoño, que da cuenta de esos tiempos sangrientos de la Guerra Civil. “Ciudad de los más turbios siniestros provocados, / de la angustia nocturna que ordena hundirse al miedo/ En los sótanos lívidos con ojos desvelados, / yo quisiera furiosa, pero impasiblemente/ arrancarme de cuajo la voz, pero no puedo/ Para pisarte toda tan silenciosamente/ Que la sangre tirada/ Mordiera, sin protesta, mi llanto y mi pisada”.

A pesar de su lucha desde sus poemas y la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, el 1 de abril de 1939, Franco declaró su victoria, así que decidió vivir en el exilio. Entonces, se fue a Francia, aunque no duró mucho tiempo ahí, pues empezó a ser visto como comunista y le retiraron su permiso de trabajo. Después se trasladó a Argentina. Finalmente, el 28 de mayo de 1963 se estableció en Roma. Allí escribió su poemario Roma, peligro para caminantes, aquel en donde consignó sus experiencias en la ciudad italiana, así como su nostalgia por la Argentina que había dejado atrás. “Tú estás en Roma, sí, pero tú piensas, / Casi todos los días, / Que no lo estás. Ahora, por ejemplo, / Que es el otoño aquí, / Aunque allí ya llegó la primavera, /Piensas que estás allí”.

En 1977 retornó a España, cuando el franquismo ya era un periódico de ayer y la democracia, una nueva página. Entonces, lo eligieron diputado en el Congreso por el Partido Comunista de España (PCE), pero al poco tiempo decidió renunciar. En 1983, le concedieron el Premio Cervantes. Dedicó su discurso a Miguel de Cervantes y a los escritores que, como él, padecieron el dolor del exilio, porque las palabras que pronunció aquel día reflejaban lo que le había costado vivir alejado de su tierra. “Nada hay más perturbadoramente doloroso que el sentir cómo nuestras raíces, esas que tenemos hincadas hondamente en la tierra nativa, se nos parten. O, mejor diríamos, nos las rompen violentamente, dejándolas al aire: una tremenda arrancadura, pero que casi nunca llega a ser total, pues siempre nos quedan ramales”.

Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

Volvió a sus raíces, a su ciudad natal: El Puerto de Santa María, en donde falleció el 28 de octubre de 1999. Entonces, no quedó nada de su cuerpo porque se convirtió en cenizas, en esas que fueron arrojadas al mar de su infancia, el lugar que añoraba y en el que ahora permanecería para siempre. “El mar. La mar. / El mar. ¡Sólo la mar! / ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad? / ¿Por qué me desenterraste del mar? / En sueños, la marejada me tira del corazón. / Se lo quisiera llevar. / Padre, ¿por qué me trajiste acá?”.

Danelys Vega Cardozo

Por Danelys Vega Cardozo

Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en periodismo internacional y comunicación política, y un diplomado en comunicación y periodismo de moda. Perteneció al semillero de investigación Acción social y Comunidades, bajo el proyecto Educaré.danelys_vegadvega@elespectador.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar