“Una balada para El Salado” o una melodía contra el olvido

Jorge Salgar, actualmente vive en París. Además de su producción como autor, ha traducido obras al español de plumas como Gustave Flaubert.

Foto: Panamericana Editorial

Una balada para El Salado es un canto a la memoria y al territorio, es un canto para romper silencios, una melodía que rítmicamente va entretejiendo la historia de Dandy y su familia y que nos sitúa en el panorama de la guerra en Colombia. Escrita por Jorge Salgar Restrepo, bajo la edición y publicación de Panamericana Editorial.

El lector encontrará esta historia dividida en tres partes, mostrando una suerte de película de la vida, la vida de Dandy. Esta novela contemporánea deslumbrará a sus lectores, no porque juegue con un lenguaje artificioso, al contrario, deslumbra por la sencillez con que circunda en las letras la realidad de los personajes, espontáneos y entrañables. Personajes víctimas de la violencia, víctimas del abandono estatal, víctimas de una guerra que deja en el alma una profunda e irreparable herida.

Dandy será ese personaje que veremos crecer desde las peripecias de su propia vida, mostrará el ímpetu por salir adelante y el camino que debe recorrer para ir en busca de su propia historia. Este personaje con gustos de otras épocas mostrará cómo el desplazamiento reconstituye la vida de una persona, de una familia y un país entero.

Bogotá y Medellín, desde diferentes referentes cercanos para el lector, serán el camino de crecimiento de este personaje, una manera de reconstrucción de su interioridad, aunque muchos serán los caminos y destinos, estas dos ciudades conjugarán gran parte de su historia. Viajaremos a pie, en Transmilenio y en el Metro por este relato que colinda con la esperanza y los sueños de un proyecto como país que nos permita pensarnos un mejor lugar en el mundo desde el territorio que habitamos.

El amor como herramienta sustancial de toda historia no podía quedarse a un lado, el lector encontrará aquí diferentes manifestaciones del amor y el afecto, que se va construyendo y vivificando a medida que Dandy crece, con sus seres cercanos y con aquellos que se van incorporando de forma inusitada, pero contundente a su vida e incluso para siempre.

Esta es una obra que nos recuerda y nos sitúa en un territorio lleno de heridas, que desde lugares comunes resiste, es así como la música y el cine van a responder a las diferentes situaciones vividas por este personaje, estos lugares comunes se relacionarán con sus experiencias a través de diferentes imágenes que batallan contra el silencio, Goya, los pósteres de cine, Clímax de Gaspar Noé, El llamado de la selva de Jack London, Tu cárcel de marco Antonio Solís, Buñuel, Babasónicos, entre tantos otros. Estos lugares de resistencia serán artífices de otro panorama y le regalan a los personajes y al lector una multiplicidad de ejercicios que atenderán a la memoria. Serán estos signos parte de la resistencia y la persistencia por salvaguardar los recuerdos, la esperanza y el amor y por otorgar un lugar donde se construyen y reafirman nuestras verdades, una de ellas, la de nuestra propia existencia. Es un viaje por el mundo, a través de los inmensos referentes musicales, literarios y cinematográficos que el autor nos regala en cada apartado.

Los capítulos en los que está dividida esta novela siempre aclaran al lector otra posibilidad de significado, por ejemplo, desde los títulos, los cuales se vuelven una nota aclaratoria y son en la mayoría de los casos, nombres de películas, libros y canciones, que se ajustan y se relacionan gratamente con lo que se va narrando. Salgar logra hacer de esta historia un tejido en sí misma donde los hilos que lo conforman se nutren de intertextos, melodías, versos e imágenes sin fin.

Los invito a recorrer esta proeza narrativa, este viaje por la memoria histórica, en este profundo mar de canciones e imágenes memorables que es menester sacar del olvido.