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¿Se acabará el amor?

La derrota frente a Brasil dejó al estratega en una incómoda posición. Sin embargo, su selección marcha cuarta y aún depende de sí misma.

Olga Lucía Barona Torres
07 de septiembre de 2009 - 12:37 a. m.

Sin lugar a equívocos, Diego Armando Maradona es el personaje más querido por los argentinos. Lo aman, lo idolatran e incluso, algunos más obsesionados, crearon una nueva religión, cuyo Dios es el famoso 10. Claro, su selección de fútbol también es una joya, un ícono intocable.

Así que la pregunta del millón es: ¿le seguirán perdonando los argentinos a Maradona, su máximo ídolo, que deje derrumbar su selección?, ¿cuántas derrotas más soportarán, como la del sábado en la noche ante Brasil?

El periodista Ezequiel San Martín, del periódico El Clarín, de Buenos Aires, asegura que “tendrá que hacer las cosas muy mal, pésimas, para pasar de la idolatría que se ganó dentro de la cancha con casi todo el pueblo argentino a los insultos que, si se oyeron en Rosario, fue en voz muy bajita. Porque en el Gigante de Arroyito nadie rompió a viva voz el vínculo que une al ahora entrenador con esa gente que lo enalteció hasta convertirlo en un Dios de la pelota, en el máximo ídolo y referente de la camiseta celeste y blanca”.

Sin embargo, añade que: “Pero la derrota con Brasil no pasa por alto en la cabeza de nadie. De a poco, el amor se va desgastando, como en toda pareja. Y al igual que en cuestiones del corazón, habrá más de uno que buscará en un tercero la descarga para no quebrantar ese lazo afectivo de tantos años”.

Lo cierto es que Maradona no convence aún como técnico. Su selección no sorprende, no gusta y no logra buenos resultados. En sus cuatro partidos de eliminatoria como entrenador, tuvo que soportar la humillación de caer 6-1 con Bolivia, y lo peor para los argentinos, perdió en casa contra los brasileños, sus archirrivales.

Absolutamente desconsolado, pero no amargado, Maradona no tuvo más que reconocer los aciertos de su rival: “Brasil es un equipo que se escalona muy bien, y eso nos complicó. Dunga está haciendo un buen trabajo y no pudimos conseguir lo que queríamos. Me amargué mucho cuando Bolivia nos goleó, pero ahora estoy tranquilo con mis jugadores. Estoy entero. Ahora hay que ir a Paraguay a conseguir los tres puntos. Va a ser duro y complicado, pero lo vamos a intentar”, le dijo a la agencia EFE.

El diario Olé, por ejemplo, ya empieza a romper la idolatría, al titular en su página de internet: “La esperanza es lo primero que se pierde”, y rematar con la frase: “Brasil fue implacable y nos dio una lección de jerarquía y juego colectivo. Ellos van al Mundial y nosotros al horno...”.

Dunga, el técnico de la selección de Brasil, que con 30 puntos ya está clasificada a Sudáfrica, sin embargo, aseguró que “los jugadores argentinos tienen calidad y están acostumbrados a jugar finales, por eso no tengo la menor duda de que pese a la caída frente a nosotros, ellos van a clasificar al Mundial”.

A Argentina, que es cuarta en la eliminatoria con 22 puntos, le resta jugar con las selecciones de Paraguay y Uruguay de visitante, y Perú, de local. Si no quiere depender de nadie y lograr el cupo directo, debe asegurar los nueve puntos que quedan por disputar. Otras combinaciones le servirían, claro, pero tendría entonces que esperar a que se le den otros resultados.

Confirmando su egocentrismo, Diego Armando Maradona sorprendió a todos los periodistas presentes en la rueda de prensa, posterior al partido contra Brasil, hablando —sin que nadie se lo preguntara— de su continuidad al frente de la selección, al afirmar que “soy irrompible”. Sólo el tiempo lo dirá, sólo hasta que siga aguantando el amor.

Reinaldo rueda con Honduras

La selección hondureña, dirigida por el colombiano Reinaldo Rueda, acumuló 13 puntos en la cima de la clasificación de la eliminatoria de la Concacaf, tras derrotar en casa por 4-1 a Trinidad y Tobago, que se mantiene en la cola con cinco unidades y cada vez más lejos del Mundial.

Un doblete del goleador Carlos Pavón, del Real España hondureño; un tanto del centrocampista Amado Guevara, figura del Toronto de Canadá, y otro del cañonero David Suazo, del Inter italiano, le dieron el triunfo y le permiten acariciar la clasificación.

La selección hondureña buscará asegurar el boleto cuando visite, el próximo miércoles, al ascendente México, en el mítico Estadio Azteca.

“Estoy feliz por el rendimiento del equipo, pero no podemos detenernos a celebrar. Aún nos falta un paso para confirmar nuestra clasificación, fue el balance del técnico Rueda.

Por Olga Lucía Barona Torres

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