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511 días bajo tierra: la película

El documental "No place on Earth" rescata del olvido la historia de 38 judíos que sobrevivieron al nazismo escondidos en cuevas de Ucrania.

Sergio Delgado Salmador / El País de España
17 de junio de 2013 - 04:00 p. m.
"No place on Earth" llegará a la pantalla en Latinoamérica a partir de enero en History Channel.
"No place on Earth" llegará a la pantalla en Latinoamérica a partir de enero en History Channel.

Treinta y ocho judíos, de entre 2 y 76 años, sobrevivieron a la crueldad del nazismo escondidos durante 511 días, entre 1941 y 1942, en cuevas al oeste de Ucrania. Este es el relato que rescata del olvido el documental "No place on Earth" (En ningún lugar del planeta), que ha cobrado vida gracias a la incansable investigación de Chris Nicola, un exfuncionario del Estado de Nueva York, y Janet Tobias, la directora del largometraje. El documental ha participado en el Festival Internacional de Documentales de Ámsterdam (IDFA), se ha adaptado al teatro en Alemania y Canadá y llegará a la pequeña pantalla en Latinoamérica a partir de enero en History Channel. (Ver tráiler).

La recuperación de esta prodigiosa historia arrancó en 1993, cuando Nicola acudió a la llamada de un amigo espeleólogo ucranio y, de paso, indagó en el pasado de su propia familia en el oeste del país. En una de sus incursiones en la cueva conocida como la Gruta del Cura (Priest's Grotto), el investigador criminal tropezó con una serie de objetos: "Empecé a ver trozos de zapatos, alfarería, muros excavados para evitar goteos... Alguien había vivido allí durante un periodo largo de tiempo".

Aquellos restos no parecían, sin embargo, excesivamente antiguos, por lo que el neoyorquino comenzó a preguntar a los habitantes de la zona. Nadie sabía nada. "Pensaban que pertenecía a la resistencia soviética y no les interesaba. En esos años los vecinos no querían hablar conmigo porque era extranjero y por si fuera un familiar de un judío que reclamaba sus tierras", rememora.

La investigación de Nicola no dio sus primeros frutos hasta 2002, cuando el familiar de un superviviente contactó con él. Así descubrió la biografía que los Stermer y Wexler atesoraban para ellos solos en forma de un libro en hebreo redactado por la abuela de ambas familias. "Mi madre escribió 'Luchamos por sobrevivir' en 1960. Pero nadie se interesó por nuestra historia hasta que llegó Chris", se alegra la delicada voz de Sam Stermer (Korolowka, Ucrania, 1926) al otro lado del teléfono.

La agónica aventura de estas 38 personas comenzó en 1941 con la incursión del Ejército alemán en el este de Polonia y su paso al oeste de Ucrania. "Fue entonces cuando realmente empezó todo. Oímos que llevaban a cabo acciones, es decir, reunir a la gente en un pueblo y mandarlos a campos de concentración", cuenta Sonia Dodyk (Korolowka, Ucrania, 1933), "el Judenrat nos dijo que teníamos que ir al gueto de Borschov, pero mi madre se negó y nos mandó a construir refugios".

Tras zafarse de esos trenes, la matriarca de la familia empujó a los suyos a esconderse en la cueva Verteba, cerca de la localidad de Bilche Zolote, un pequeño municipio a 510 kilómetros al suroeste de Kiev, donde entraron 28 personas en octubre de 1942.

"Yo estaba muy contenta. Los refugios eran sitios muy pequeños para esconder a mujeres y niños pequeños. Aquí podía cantar, saltar... Nos sentíamos como niños otra vez", recuerda Dodyk. Aquel escondite era un lugar oscuro, pero cálido y seco, donde se ahorraban energías. "Dormíamos casi todo el día, unas 15 horas. Nos despertábamos de noche para cocinar e ir a por suministros y solo salíamos cuando la luna estaba baja para que hubiera menos luz", destaca Stermer, jubilado del sector de la construcción, con la sorprendente capacidad de reírse de la tragedia.

Pero el peligro no solo lo encarnaban las tropas germanas, sino los habitantes de los pueblos de alrededor y la policía ucrania. "Eran tan malos como los alemanes. No nos dejaban vivir. Solo nos ayudaron un hombre polaco y un guardabosques", lamenta el anciano. Esa crueldad se tradujo en el intento de enterrar en vida, tapando la salida, a las 38 almas que residían en la cueva. Tras cavar durante tres días una nueva apertura, las familias huyeron a una segunda cueva donde permanecieron hasta el fin de la guerra. El 12 de abril de 1944 los Stermer y Wexler fueron liberados por las tropas soviéticas. La población de la zona, no obstante, continuó persiguiéndolos y acabó con la vida de cuatro de ellos, por lo que los supervivientes emigraron a Estados Unidos y Canadá, donde residen.

"No place on Earth" cuenta con un toque español de la mano de Eduard Grau. El director de fotografía del documental -que también lo fue de la película "Buried" (Enterrado), dirigida por Rodrigo Cortés- decidió junto a Janet Tobias trasladar la filmación a Hungría, donde introducir el material de trabajo en cuevas similares a la Gruta del Cura resultaba más sencillo. "La historia me fascinó', afirma Grau. 'Me parecía que había un reto en esa oscuridad y en que la forma de contarlo fuera real y creíble".

Por Sergio Delgado Salmador / El País de España

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