Charlize Theron y Kristen Stewart: duelo de actrices en Blancanieves

Este viernes se estrena "Blancanieves y el Cazador", una gran competencia de personajes y actrices.

Alicia García de Francisco / Efe
01 de junio de 2012 - 07:39 a. m.

Una Blancanieves muy guerrera, Kristen Stewart; una madrastra con enormes poderes mágicos, Charlize Theron, y unos escenarios de cuento de hadas para una cuidadísima puesta en escena. Eso es lo que ofrece la enésima versión cinematográfica del cuento de los hermanos Grimm. Ver tráiler.

"Blancanieves y el Cazador" ("Snow White and the Huntsman") está dirigida por Rupert Sanders, salido de la cantera de la publicidad más innovadora, lo que se refleja en una película en la que la estética cobra una importancia en ocasiones excesiva pero que también regala imágenes impactantes.

Pero más allá de decorados y paisajes, esta nueva versión de Blancanieves, que se estrena este viernes en todo el mundo, llega a las pantallas con un gran duelo de personajes y de actrices.

Charlize Theron presta su tremenda belleza y su talento al estereotipo por excelencia de las malas del cine, la malvada madrastra, esa mujer que en el cuento original se disfraza y habla con un espejo y que en esta versión tiene más poderes que cualquier superhéroe de la Marvel.

Frente a ella, la hasta ahora cursi Bella, que se transforma en todo un carácter para encarnar a la Blancanieves más guerrera. Una Kristen Stewart que demuestra que es mucho más que una vampira insustancial y que está muy por encima de sus compañeros masculinos de reparto, Chris Hemsworth y Sam Clafin.

Pero lo más interesante de la película es sin duda el duelo entre Theron y Stewart, pese a que aparecen juntas en contadas ocasiones.

Las dos se alternan en llevar el peso de una historia que potencia el papel de la madrastra a la vez que endurece el de una Blancanieves que es capaz de enfrentarse a soldados y a encantamientos con la misma tranquilidad.

Aunque le gana la partida una Theron que se recrea en su personaje, al que llena de tics y de manías, favorecida por un espectacular vestuario, capaz de transformarse en cuervos o en alquitrán.

Entre las dos protagonistas, hay cabida para algunas incursiones de otros personajes, como la de los enanos, unos bandidos del bosque con bastante malas pulgas y que añaden los escasos toques de humor con que cuenta la película.

Ese es probablemente el mayor error de la cinta, que se toma demasiado en serio. Y si un cuento se caracteriza por algo es por ese toque de humor y de irrealidad que le dan la atmósfera tan particular en la que es posible creer las historias más disparatadas.

Pese a todo, es una historia entretenida, bien narrada y con algunas espectaculares escenas, en especial las de las transformaciones de la madrastra, y que da una vuelta de tuerca a un cuento clásico que abandona momentáneamente su dulzura para hacerse más amarga, más adulta y más interesante.

Mucho más además que la otra Blancanieves de este año, la versión edulcorada y bollywoodiense protagonizada por Julia Roberts.

Por Alicia García de Francisco / Efe

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