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El regreso del capitán Kirk

El actor interpreta al mítico personaje de ‘Star Trek’ en la siguiente película de la saga de ciencia ficción, que se estrena el 17 de mayo en las salas de cine del país.

Fabián W. Waintal / Especial para El Espectador
14 de mayo de 2013 - 10:00 p. m.
El capitán Kirk regresa en ‘Star Trek:  en la oscuridad’. / Cortesía: Paramount Pictures
El capitán Kirk regresa en ‘Star Trek: en la oscuridad’. / Cortesía: Paramount Pictures
Foto: Zade Rosenthal - Photo credit: Zade Rosenthal

En una época en la que Iron Man estrenó su tercera película, Scary Movie va por la quinta, Rápido y furioso está por sacar su sexta versión y hasta Disney empezó a filmar Star Wars 7, ninguna otra superproducción de Hollywood puede alcanzar a las doce películas de Star Trek, con la historia del capitán Kirk, que ya había tenido 79 episodios en la serie original de televisión. Y ahora que la saga continúa con el principio de la historia y un protagonista más joven interpretado por el actor Chris Pine, la producción promete, literalmente, el principio de otra larga serie de viajes al cine.

Pine nació en Los Ángeles el 26 de agosto de 1980, un año después de que la primera película de Star Trek se hubiera estrenado. Pero él, desde la cuna, se había acostumbrado al mundo del espectáculo, porque su abuela, Anne Gwynne, también era actriz y su abuelo, Max M. Gilford, llegó incluso a ser presidente de la Asociación de Abogados de Hollywood. En la misma época que nació, su padre, Robert Pine, ya era bastante famoso como el jefe de policía de la serie CHiPs, en la que la madre, Gwynne Gilford también había trabajado como actriz en varios capítulos (la hermana, Katherine Pine, apareció, además, en la versión en cine de la misma serie, en 1999, con el personaje de Tina).

Pine se tomó la actuación en serio. Estudió en el Conservatorio Americano de Teatro en San Francisco y la Academia de Música y Arte Dramático de Londres. Profesionalmente dio los primeros pasos en la televisión con personajes invitados en series como ER y CSI Miami. Al cine llegó con el personaje del enamorado de Anne Hathaway en la segunda película de The Princess Diaries.

Disney después lo consideró para protagonizar otra segunda parte, TRON: El legado, y James Cameron estuvo a punto de contratarlo para Avatar, en vez de Sam Worthington. Además se escuchó el rumor que lo relacionaba con Linterna Verde antes de Ryan Reynolds. Pero Pine igual logró su propio éxito al convertirse en la primera estrella contratada de Star Trek.

Si ni siquiera había nacido cuando salió la primera película de ‘Star Trek’, ¿cuál es el primer recuerdo que tiene del capitán Kirk?

Creo que mi abuela era una gran admiradora de William Shatner (el actor que interpretaba el papel en la serie original) y me acuerdo de él en otra serie de televisión, TJ Hooker. Después vi un poco de Star Trek por televisión, pero la primera vez que tomé conciencia por completo fue cuando me ofrecieron protagonizar la película y conseguí una caja entera de DVD con la serie y empecé a ver lo que habían hecho en los años 60 con el capitán Kirk.

¿La actuación era el camino más fácil, en medio de una familia de actores?

Es cierto. Mi padre interpretó al sargento Joseph Getrear en CHiPs, y me acuerdo que también tenía unas tremendas patillas en ese programa. Eso es lo que quería tener yo, unas buenas patillas. Pero nunca quise ser actor, porque crecí en un hogar en el que algunos años eran buenos y otros eran malos. Para mí, Hollywood era lo que hacía mi padre y no me parecía para nada romántico. Tiene sentido, porque mi madre también era actriz y en la mesa, cuando cenábamos, solamente hablaban de trabajo. “¿Cómo fue tu día?”, “Ah, tuve que filmar un capítulo de Quantum Leap”.

¿Cómo fue que decidió seguir su propio viaje al estrellato?

Con el paso del tiempo, cuando empecé los estudios, descubrí mi propio camino como actor. Ahí le encontré sentido y ahora no puedo imaginarme haciendo otra cosa. Pero es verdad que en un principio la actuación no era para nada mi pasión. Tampoco creí que iba a ser algo fácil, porque nunca lo había sido antes con mi familia. Hoy agradezco haber crecido de esa forma, porque nunca pensé que llegar a Hollywood iba a ser todo color de rosa para mí. Sabía cómo era el juego: hay que trabajar duro, hacer muchas pruebas de audición, perder muchísimo y esperar el golpe de suerte. Eso tuve en mi carrera: mucha, pero mucha suerte, porque empecé a trabajar un año después de haber tenido que ganarme la vida en un restaurante de terror.

Con su segunda película como el Capitán Kirk, ¿sintió menos presión de llevar sobre los hombros un personaje tan clásico?

Con la primera película sentí cierta presión por las cintas anteriores, pero tuvimos bastante libertad tratando de alcanzar las expectativas de los fanáticos, mientras atraíamos a un público nuevo. JJ Abrams, el director, tampoco llegaba al estudio insistiendo que teníamos que vivir al nivel de Star Trek. Fue todo muy divertido, sin presiones de ningún tipo. Los primeros días pueden resultar difíciles, pero con tanto trabajo y las largas horas, tampoco había mucho tiempo para pensar en temas externos.

En esta nueva versión de ‘Star Trek’ se le ve llorar. ¿Encontrarle un nivel emocional al personaje fue una forma deliberada de balancear el nivel de superacción en este estilo de cine?

Sí. Me gustó el nuevo “viaje” de Kirk, sin pasar de una escena de acción a otra. Ya lo habíamos mostrado como una persona débil y quise seguir interpretándolo así a lo largo de toda la película. ¿A qué hombre no le gusta mostrarse confiado y fuerte? Pero yo no podía, porque existe una frágil vulnerabilidad en un joven a cargo de una enorme responsabilidad, a cargo de tanta gente, sus amigos, con el miedo de que todos mueran por él. El perfil emocional de Kirk es el corazón de este “viaje”. Es como un jovencito que quiere mostrarse fuerte, pretende saberlo todo, aunque tiene mucho por aprender.

¿Qué es lo que más le gusta de ‘Star Trek’?

Lo que más me gusta de estas películas es mostrarles a todos que se trata de un grupo de gente, un grupo de individuos. Star Trek no es Supermán, Batman, nadie con una capa. Es la historia de una familia. Eso es lo que nos separa de otras películas. Me gusta el espíritu que tiene. Me encanta que sea divertida. Nos tomamos nuestro tiempo para bromear y hacer que la gente se ría. Y, mientras respetamos lo que representa Star Trek para los fanáticos como mundo maravilloso de ciencia ficción, creo que también es bueno abrir la puerta a gente diferente, con temas más accesibles, como comedia, romance, drama, suspenso. Es entretenimiento en el más alto nivel.

¿Qué reacciones recibió de los verdaderos fanáticos de la serie detrás de cámaras?

El encuentro que no puedo quitarme de la memoria es una vez que se acercó un hombre muy sincero y muy amable que me dijo: “Cuando me enteré de que ibas a ser Kirk tuve mucho miedo”. No me parecía un verdadero elogio, hasta que dijo: “Pero estuviste muy bien. Estuviste muy bien”. Supongo que todavía no he cruzado la frontera. Hasta ahora, las reacciones parecen muy positivas, especialmente después de la primera película.

Teniendo en cuenta que ésta es la película 12 de ‘Star Trek’ y William Shatner había protagonizado ocho de ellas y 79 episodios de televisión, ¿se imagina protagonizando ‘Star Trek 100’?

Bueno, eso sí que es hablar del futuro. Para mí lo importante pasa por la historia y la gente que está detrás de las cámaras. No me gustaría disparar el arma tan pronto, sólo espero que la gente vaya al cine y prometo hacer una tercera película. Hasta ahí, podemos hablar. Mientras las historias sean buenas... ¿quién sabe?

Por Fabián W. Waintal / Especial para El Espectador

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