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"He vuelto": Arnold Schwarzenegger

El protagonista de Terminator y exgobernador de California, regresa a Hollywood para retomar el lugar que le pertenece entre las leyendas del cine de acción. El Espectador conversó con él.

Alejandro Millán Valencia / Los Ángeles
21 de enero de 2013 - 08:43 p. m.
"He vuelto": Arnold Schwarzenegger

La carcajada metálica de Arnold Schwarzenegger retumba en el salón. No es necesario verlo para sentir su presencia, cada tanto se escucha una risa de bárbaro feliz que se va acercando por el pasillo. Cuando aparece, con 65 años encima, su figura imponente llena el lugar donde estamos varios periodistas esperándolo para la promoción de su nueva película, El último recurso. Cuando lo vemos, entonces, no sentimos otro reflejo que el de aplaudir.

Han pasado nueve años. En 2003, Terminator se transformó en Governator. Tal vez siguiendo los pasos de otro actor y de otro Republicano, Ronald Reagan, se convirtió en el gobernador del estado de California. Sin embargo, antes de su licencia política, avisó, como lo hizo miles de veces en su película más famosa, que volvería. Y aquí está.

“He regresado y es genial estar de vuelta. Lo cierto es que lo único que me asustaba un poco de este regreso es que durante esos años de servidor público sospechaba que podrían aparecer nuevas estrellas de acción que de alguna manera me reemplazarían. Pero para mí fue una grata sorpresa el recibimiento que tuvo mi actuación en “Los Mercenarios”. Recuerdo que en la primera parte trabajé durante cuatro horas, en la segunda fueron cuatro días. Y ahora creo que después de la acogida que tuvo, en la próxima serán cuatro semanas. Y esta es mi primera película en la que soy el actor principal, rodeado de mucho talento. Recuerdo que Lorenzo (el productor) se acercó y me dijo que quería producir la película que filmara inmediatamente después de dejar la gobernación”, anota Scharwzenegger.

Durante estos años su leyenda tocó los terrenos movedizos de la política, pero él mismo lo define, fue un trabajo de muchas responsabilidades. Además, en su pueblo natal, en Austria, levantaron una estatua en su honor y se abrió un museo sobre su vida, en el que él mismo aportó mucho material de la memorabilia sobre sus días en Hollywood. Sin embargo, a pesar de ser una de las estrellas más importantes de los últimos años, el cine durante esos nueve años quedó en un segundo plano.

“Realmente no extrañé nada, porque conducir un estado, y además uno como es el estado de California, exige mucha responsabilidad. Además, cuando tienes que legislar y controlar muchas cosas que son delicadas, está el ejercicio de poner de acuerdo a democrátas y republicanos, que están en esquinas ideológicas casi opuestas y es bastante difícil ponerlos de acuerdo. Y por eso, con todo ese esfuerzo, no extrañas nada del mundo del cine. No soy un político de carrera, así que apenas terminé, volví a mi trabajo habitual”.

Su pasado político lo persigue todavía. Aunque dejó la gobernación hace dos años, su inclinación política (pertenece al partido Republicano, en el que hay una fuerte influencia de la Asociación Nacional del Rifle) y ser reconocido como uno de los héroes de acción más influyentes del país, lo han puesto en una posición delicada, en especial después de la masacre de 20 niños en Newtown, Connecticut, el pasado 14 de diciembre. Él deja en claro que hay que hacer varias diferencias al respecto.

“Hay que hacer una diferencia entre realidad y la ficción. Yo entiendo que cada vez que pasa algo así, fuera de lo razonable, uno buscaría formas para evitarlo de nuevo. Ahora, ¿prohibir las películas de acción va acabar con eso? Yo no creo, pero sí creo que debemos sentarnos a mirar qué podemos hacer. Revisar la compra de armas, si es que presenta muchos inconvenientes. Efectivamente hay un problema y hay que atacarlo, hay que buscarle alguna solución. Pero creo que el cine es otra cosa”.

Su regreso ha sido un triunfal. No solo su estelar aparición en las dos entregas de Los Mercenarios lo han puesto de nuevo en las portadas de las revistas y los programas de televisión, sino que anunció que Universal está interesado en hacer un remake de la película que lo lanzó al estrellato en 1982, Conan el Bárbaro. Además de que se escucha el fuerte rumor de que puede filmarse una Terminator 5, sobre lo que él mismo afirma “Sí, lo haría, me encanta hacer de Terminator”, lo que indica que tal vez continuará el camino que lo hizo famoso y no tomará muchos riesgos.

“En este tipo de trabajo, siempre estás buscando distintos retos. Papeles que te exijan mucho más. Por ejemplo, esta película tiene cosas interesantes, diálogos y algunos giros bastante llamativos. Pero a la vez, uno también tiene que ser consciente de que no siempre puede estar haciendo cosas locas. Hay cosas que me gustaría hacer y decirle al productor, pero él me va a decir, “Esto no se va a vender”. Esto es una industria en la que actúas, en la que escribes, pero todo eso se tiene que vender, porque las películas cuestan mucho dinero y si quieres seguir trabajando, debe haber una opción de que los productores vuelvan a hacer otras películas”.

Una de las tendencias de estas apariciones estelares de los viejos héroes de acción como Los Mercenarios, y lo que se puede apreciar en El último recurso, es la de hacer chistes sobre la edad, la vejez y el desgaste físico que han sufrido en los últimos años. Scharwzenegger nunca ha negado que usó drogas para mantener su impresionante musculatura cuando era fisiculturista y que ahora parecen estar haciendo el efecto contrario. Pero él sigue actuando, aceptando que no es un joven de 20, con un poco más de dobles de lo normal, pero haciendo películas de acción que es lo que le gusta.

“No te puedo hablar de la vejez, porque realmente apesta (bromea). Creo que me pasa lo que les pasa a todos, que al mirarme al espejo me pregunto: “¿Qué demonios pasó?”. Pero creo que la idea es seguir estando en forma, ejercitarse. Y creo que esta película mostró un poco eso. Mucha acción, muchas escenas de riesgo, muchos dobles. El director, que es coreano, Jee-won Kim, quería exigirnos un poco más de lo habitual, llevarnos a un límite para que las escenas quedaran realmente buenas. Lo cierto es que no es lo mismo actuar este tipo de escenas cuando tienes 35, que cuando tienes 65. Pero lo bueno de este personaje es que no está tratando de ser un jovencito, sino un policía que está a punto de retirarse. Y me entusiasmó el enfoque de la historia del capo de la mafia que va a enfrentarse con el sheriff de un pueblo que considera miserable y que se adecuaba a lo que soy actualmente”.

Una de las cosas más llamativas de la película es la cantidad casi inédita de actores y actrices latinas en el reparto. Además del actor español Eduardo Noriega, quien interpreta al capo Gabriel Cortés, también están en la lista Luis Guzmán, la hija del ‘Puma’ Rodríguez, Génesis Rodríguez y el brasileño Rodrigo Santoro. Para Scharwzenegger esto no es más que una de las muestras de la globalización que ha tenido Hollywood en los últimos años.

“Me encanta que haya un reparto así, pero sobre la cuestión de si es hora de que exista un héroe latino, pienso que es genial que cualquier grupo pueda tener su héroe. Sea latino, asiático, italiano, griego, en fin, todos estos grupos quieren verse retratados en las películas de acción o de héroes. En este caso, no creo que eso esté relacionado en la cantidad de héroes latinos o que haya dos o tres personajes latinos por película. No es que yo me pare y diga “¿Ya cumplimos con la cuota?, porque quiero dos latinos más”. Acá las cosas se dieron porque así estaban previstas”. 

Por Alejandro Millán Valencia / Los Ángeles

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