Tribunal de Bogotá decide si película sobre Clara Rojas se ve en Colombia

Clara Rojas insiste en que en la película se vulneran los derechos de su hijo, Emmanuel.

El Espectador
11 de enero de 2013 - 08:09 a. m.
En la foto Clara Rojas, se presenta con su hijo Emmanuel para saludar a íngrid Betancourt./ Oscar Pérez López
En la foto Clara Rojas, se presenta con su hijo Emmanuel para saludar a íngrid Betancourt./ Oscar Pérez López

La decisión sobre si "Operación E", filme protagonizado por Luis Tosar, se difundirá en Colombia se conocerá a finales de enero tras elevarse el caso al Tribunal Superior de Bogotá a raíz de una tutela presentada por Clara Rojas, exsecuestrada de las Farc y sobre cuyo hijo versa el argumento.

La justicia tiene de plazo hasta el 25 de enero para tomar una decisión sobre esta película, inspirada en el drama que vivió el campesino José Crisanto Gómez cuando las Farc le obligaron a cuidar del hijo de Rojas, quien dio a luz al bebé durante su cautiverio.

Así lo confirmó a Efe un portavoz del Tribunal Superior de Bogotá, instancia que aceptó este viernes a trámite la tutela interpuesta el pasado diciembre y que había sido postergada por juzgados de primera instancia en dos ocasiones.

Desde el próximo lunes, el juez cuenta con diez días hábiles para emitir un fallo, según la fuente.

La producción franco-española, dirigida por Miguel Courtois, se estrenó en España el pasado 5 de diciembre y estaba previsto que llegara a los cines colombianos el próximo marzo.

Pero Rojas, quien estuvo seis años secuestrada junto a la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, considera que la cinta vulnera los derechos de su hijo porque divulga "información que no es pública y que pertenece a la esfera privada".

"El director de la película había anunciado que era la historia de José Crisanto, pero la realidad es que mi hijo aparece en todo momento en primer plano", afirmó Rojas a los medios colombianos la semana pasada.

Por contra, en declaraciones a Efe, el director del film, Miguel Courtois, defendió que la película se sustenta en "una larga investigación", rodada íntegramente en Colombia y que contó con el respaldo del mismo Ejército, al calificar como "un escándalo que el público colombiano no pueda, por él mismo, opinar sobre su historia reciente".

A su juicio, "de ninguna manera, por convenio personal se puede justificar que la información sobre una historia sea censurada".

En las alegaciones presentadas por las tres productoras, las españolas Tormenta Films y Zircozine y la francesa Ajoz Films, se denuncia que Rojas "estaba negociando la venta de derechos de su historia y la de su hijo para una película" cuando surgió el proyecto, por lo que "Operación E es perjudicial para su negocio".

Según consta en el pliego de alegaciones, al que ha tenido acceso Efe, Rojas y la abogada de las productora españolas, María Luisa Castelo, iniciaron por correo electrónico un proceso de negociación entre marzo y junio de 2012 para llegar a un acuerdo económico que buscaba incluir una parte de los beneficios obtenidos por la comercialización de la cinta en Colombia.

Ante la negativa de las productoras a incluir los beneficios de las taquillas españolas, tal y como requería Rojas, ésta rompió las negociaciones en un correo enviado el 20 de junio de 2012 a Castelo, incluido en la argumentación judicial de las productoras.

Rojas rehusó firmar un acuerdo y anunció que dejaba el caso en manos de la justicia: "si el juez estima que sí se vulneran los derechos de mi menor hijo, estaría dispuesta a revisar nuevamente el tema económico", aseguró la exsecuestrada en esa misiva electrónica.

Rodada en las selvas del sur del Colombia, "Operación E" cuenta la versión del campesino José Crisanto, no difundida hasta ahora por los medios de comunicación pese a que aquellos hechos desencadenaron en 2008, cuando Rojas fue liberada, una gran polémica a nivel nacional e internacional, ya que intervino el mismo presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Según el filme, el niño, gravemente enfermo, fue llevado por Crisanto y su familia a un hospital donde el Estado, ajeno a la identidad del pequeño, se quedó con la tutela.

En el tránsito, el campesino no solo fue perseguido por las Farc, que pretendieron usar al niño como moneda de cambio, sino también por las fuerzas de seguridad y el propio Estado, que lo acusaron de secuestro y acabó en la cárcel.

Más allá de la historia de Emmanuel, el hijo de Clara Rojas, el film expone sin fisuras el drama de los campesinos que viven entre el fuego de todos los grupos armados y que terminan siendo las grandes víctimas del conflicto que vive Colombia desde hace casi 50 años.

Por El Espectador

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