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"Creemos en el reggaetón, pues es la poesía de la juventud"

En menos de una semana se dará inicio a la versión 58 de la Feria de Cali. ‘La Capital Mundial de la Salsa’ donde hace 47 años los reyes del género, Richie Ray y Bobby Cruz dieron apertura a la legendaria Caseta Panamericana.

Lina María Álvarez, especial para El Espectador
22 de diciembre de 2015 - 10:24 p. m.

Era diciembre de 1968 y en los periódicos se anunciaba la apertura de la Caseta Panamericana para la celebración de la XI Feria de Cali. Entre los invitados figuraban el Súper Combo los Tropicales, los Teen Agers y la Orquesta de Ricardo Ray con su cantante Bobby Cruz. La entrada costaba $10.00, una botella de aguardiente $75.00 y el fiambre más caro $3.00.  Aquel jueves 26, Eduardo Lozano, director de la Feria de ese entonces decidió arriesgarse y llevar a la tarima el son del boogaloo. Ese ritmo que enloquecía a las clases populares que se emborrachaban con lulada y bailaban a 45 revoluciones por minuto, las canciones que debían sonar a 33.
 
Ni el mismo Lozano imaginaría lo histórico de aquella noche. La Caseta que solo tenía una capacidad para 7.000 personas, terminó bajo el desenfreno de 10.000 pares de tacón y zapatos blancos. Umberto Valverde, periodista y escritor, también estuvo allí. Recuerda cómo la gente enloquecida por el ritmo, gozó sin importar nada más: “ese día la salsa empieza a bailar con todas las clases sociales. Deja de ser una cuestión marginal”.
 
Muchos hablan de la llegada de la salsa a Cali, pero lo cierto es que a partir de la presentación de Richie Ray y Bobby Cruz, se abrió paso y marcó el paso de una ciudad que hoy en día sigue siendo reconocida como ‘La Capital Mundial’ de ese ritmo ajeno que nació entre Cuba y Puerto Rico, maduró en Nueva York y se baila allí.
 
Hoy, 47 años después, Richie y Bobby recuerdan con cariño a los colombianos, le dan la bienvenida a la salsa choke y aseguran que seguirán haciendo los cueros sonar con su ‘Sonido Bestial’. 
 
Cali es considerada a nivel mundial como ‘La capital de la Salsa’, ¿Richie Ray y Bobby Cruz piensan lo mismo?
 
Richie Ray: Recuerdo la primera vez que estuvimos en el 68 y ¡Oh my God! Fue un viaje legendario porque cambió nuestras vidas. Ahí fue cuando conocimos Colombia, toda esta cultura, toda esta gente chévere y rumbera. Tocaban los discos de nosotros en una velocidad más rápida, eran locos con la salsa. Para ese entonces estábamos experimentando, no existía la salsa como tal sino el boogaloo. El día que fuimos a tocar, le rompieron tres veces la camisa a Bobby, las mujeres eran agresivas y estaban locas por él. 
 
Ha sido una relación, un romance, un amor que ha durado más de cuatro décadas. Han pasado muchísimos años y aun así me atrevo a decir que Colombia, en especial Cali es la capital de la salsa. A decir verdad, ni el mismo Puerto Rico lo es.
 
Bobby Cruz: Los caleños tienen ciertos dichos “Cali es Cali y lo demás es loma”. Y a quien se lo digas, no lo discute. Para mí, Cali sí es la capital mundial de la salsa.
 
 
El término ‘salsa’ nace de una gira de Richie Ray y Bobby Cruz en Venezuela, durante una entrevista con el locutor Phidias Danilo Escalona. Cuéntenos un poco acerca de esta anécdota…  
 
Richie Ray: La salsa no existía cuando comenzamos, en sí la música latina en Nueva York estaba medio calladita. Era difícil porque habían varias orquestas con renombre y pensamos que la única manera de entrar a ese círculo era llamando la atención. Así que comenzamos a mezclar diferentes cosas: música árabe, judía, clásica y rock and roll. Para ese tiempo estaban de moda los Beatles y los Rolling Stones. Era la  época psicodélica. 
 
En una de nuestras visitas a Venezuela, Phidias Danilo Escalona, un reconocido locutor nos dijo: “Muchachos esto no es guaracha, no es mambo, hay tantas cosas metidas en la música de ustedes ¿qué es esto?”. Aunque soy puertorriqueño, crecí en Nueva York y casi no hablaba español, así que le respondí: “Esto es como el ketchup, ese condimento con el que se le da el sabor a la comida”. Él pensó que yo estaba estornudando, entonces Bobby le explicó… 
 
Bobby Cruz: Le explicamos que el ketchup es la salsa que se les echa a las hamburguesas para que cojan sabor. Él pensó un momento y dijo: “Claro, la música de Richie Ray y Bobby Cruz es: ¡Salsa!”, lo gritó y puso a sonar el piano de Sonido Bestial.
 
Después de eso se prendió la cosa, no había donde presentarnos. Nos llamó Venevisión y como no había escenarios grandes optaron por poner tarimas en la calle. Desde ahí la juventud comenzó a decirnos “Richie, Bobby ¡salsa!”, lo gritaban a coro.
 
Richie Ray: Era un término que no existía y quiero aclarar algo, porque hay quienes dicen que la salsa viene de Cuba, que la inventó Johnny Pacheco…
 
Nosotros comenzamos y así salió el nombre, nunca nos sentamos a decir  “vamos a inventar algo y vamos a llamarlo salsa”. Sucedió sobre la marcha, pero básicamente el nombre se dio gracias a aquel locutor y la gente siguió diciéndolo. 
 
Luego se fue desarrollando y otros que estaban haciendo música en ese tiempo, también contribuyeron a la formación del género porque fue una fiebre que se le pegó a todo el mundo. Por ahí salieron las estrellas de la Fania, Willie Colón, Héctor Lavoe, Celia Cruz…
 
‘Salsa’ como tal, es una palabra genérica, hoy a una guaracha le dicen salsa, por ejemplo. 
 
¿Qué piensan de la salsa choke?, ese género que nace aquí y es derivado de la salsa, de ese término que se incluyó con ustedes
 
Bobby Cruz: Le damos la bienvenida. La música tiene que evolucionar. Uno de los graves problemas que la salsa ha encontrado es que la gente se quedó en los 70's, no nosotros, nosotros hemos seguido grabando y haciendo cualquier cantidad de música que todavía no se ha escuchado. 
Por ejemplo, la salsa evolucionó a salsa romántica, a salsa erótica, ahora es salsa choke. Todo es bienvenido porque es la música evolucionando.
 
Llevan más de 50 años de carrera artística y siguen siendo reconocidos como los ‘Reyes de la Salsa’, ¿qué camino queda por recorrer?
 
Richie Ray: Nosotros seguimos grabando, hemos hecho algunos conciertos en vivo, que salen en DVD y en audio. En Colombia, hace unos años trabajamos en un disco dedicado al Joe Arroyo, donde hicimos varias canciones con él. Grabamos algunos éxitos que disfrutamos tremendamente. Aún quedan muchos caminos por explorar.
 
El problema es que hoy en día la gente quiere oír solo salsa vieja. Hay un tranque, algo sucedió. Gustó tanto la música de esa época que no quieren recibir nada nuevo y por eso muchos talentos jóvenes que le apuestan a la salsa, terminan en el reggaetón o en otros géneros, no hay apertura.
 
En cuanto a nosotros, tenemos música para largo tiempo…Ahora todo ha cambiado, tenemos el internet. La gente ya no compra CD's, todo es online y creemos que es una transición del momento, hay que ver cómo termina todo. 
 
Hace falta otro Richie y otro Bobby que salgan por ahí, tomen la batuta y sigan haciendo cosas raras.
 
Ahora que mencionan el reggaetón, como salseros, ¿qué piensan de este género?
 
Bobby Cruz: Nosotros grabamos reggaetón. Hay un tema que se llama ‘La vieja reguetona’, un trabajo de Prodiscos titulado ‘Que vuelva la música’. ¡Lo recomiendo porque está buenísimo!
 
Richie Ray: Nosotros creemos en el reggaetón, pues es la poesía de la juventud de hoy. Están expresando lo que sienten. Desafortunadamente no es muy lindo, hay palabras malas y conceptos desagradables, pero es lo que está viviendo esta generación y el arte es así. Eso sí e insisto mucho en el respeto a la mujer, cosa que muchos artistas no tienen en cuenta.
 
Hay dos escritores caleños que privilegiaron sus nombres: Andrés Caicedo con ¡Qué viva la música! y Umberto Valverde con Bomba Camará; se dice que ellos ayudaron a su posicionamiento en Cali, ¿qué opinan al respecto?
 
Richie Ray: Es verdad. Lo de Caicedo fue una situación bastante dramática, tengo entendido que el día en el que salió el libro, él se suicidó, con lo que quiso decir algo grande. En su libro habla de unos afiches que decían “No a Los Graduados, sí a Richie Ray, al agúzate”. Él hacía una protesta. Valverde, por su parte, hizo un libro muy conocido, que se lee en todas partes, con el título de una canción de nosotros.
 
Así que la gente de Cali, los salseros, los melómanos, han contribuido. Nos han ayudado a ser más populares en muchas partes, porque lo que salió de allí es una pasión, un sentimiento muy fuerte hacia la salsa.
 
Más allá de la música y sus fusiones, ¿qué tienen Richie Ray y Bobby Cruz para mantenerse vigentes durante tantos años?
 
Richie Ray: Lo que decidimos hacer nos ayudó porque nunca imitamos a nadie, sino que estábamos trabajando en algo bastante original, aunque debo decir que no era nada nuevo, resultó de combinar diferentes cosas.
 
Yo estudié música clásica y Bobby es un tremendo talento natural. Yo traía ciertos ingredientes, mientras Bobby los complementaba. Él conocía el lenguaje, el pueblo, la cultura… Fue una combinación, como un matrimonio, inclusive algunas personas decían que éramos un “matrimonio” (risas).
 
Yo funciono mejor con lo que Bobby me aporta. Entre nosotros no hubo eso de “yo soy el más importante”, no, eso que siempre pasa en los dúos, ese momento de conflicto. Soy una persona totalmente diferente a Bobby y Bobby  lo sabe. Cuando combinamos nuestros talentos es que pasa la magia. 
 
La otra razón importante es la parte espiritual, porque entendimos que Dios tenía un propósito cuando nos unió en este proyecto en el que tuvimos una conversión radical en el 74. Gracias a Dios estamos aquí, podemos seguir y  un milagro que vemos es que aun siendo cristianos todavía estamos con el público. Casi siempre cuando la gente se convierte, desaparece.
 
El público ha seguido con nosotros, cosa que les agradecemos a los colombianos, porque ustedes nos amaron antes de y después de, siempre. Tenemos muchas grabaciones cristianas que fueron éxito también. Para mí la clave está en una combinación entre la música que hacemos y un plan de Dios.
 

Por Lina María Álvarez, especial para El Espectador

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