Piotr Beczala está en la búsqueda de la simplicidad en el canto. El tenor polaco ya pasó por los brillos innecesarios, dejó atrás los lucimientos a costa de las tensiones en la voz y tiene prácticamente en el olvido aquellos personajes que le quieren adaptar a la fuerza argumentando el cuestionado poder de la versatilidad.
En la actualidad no cree en esos encantos sobrenaturales de los cantantes líricos para interpretar cualquier rol y conoce a la perfección su voz, tanto para aceptar figuraciones como para, con la misma facilidad, declinar invitaciones a participar en montajes imponentes, increíbles y al mismo tiempo inviables para su carrera artística.
Beczala estudió con Pavel Lisitsian y él siempre le pedía que cantara en un registro natural. En lugar de crear algo extraordinario con la voz, hacía énfasis en que en lo simple estaba el secreto de una carrera constante, exitosa y duradera en los escenarios. Al comienzo, el joven polaco en formación no daba crédito a esas palabras.
Luego se encontró en el camino a la maestra Sena Jurinac, quien decía lo mismo y, además, lo obligaba a no realizar tensiones extras al cantar. “Ella salvó mi vida, me acercó a su escuela cuando era muy joven, yo tenía 22 años. Comencé con un repertorio complicado, como cualquier joven cantante y loco, y Sena Jurinac me dijo que debía parar y volver a Mozart. Fue más difícil para mí, pero en un sentido técnico fue por completo adecuado”, cuenta Piotr Beczala, quien comenzó su reconocimiento profesional como integrante de la Ópera de Zúrich, en 1997, año en el que le tocó realizar catorce producciones.
Lensky, personaje que interpretó en la ópera Eugenio Onegin, de Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893), fue su debut internacional. Con él se graduó, mientras que con Rigoletto, de Giuseppe Verdi (1813-1901) logró el acceso a las propuestas artísticas del Metropolitan, de Nueva York, y del Teatro de la Scala, de Milán. Con esta última pieza ha estado en casi todas las casas de ópera en el mundo y la tiene en su repertorio desde hace más de dos décadas.
“Como mi voz está adecuada para ser un tenor lírico, una muy buena parte de mi repertorio es la ópera romántica de Francia, Italia y los países eslavos. No puedo dedicarme a cantar óperas que no estén escritas para mi voz, por ejemplo, barroco o música moderna. Mi único repertorio es lo que hago ahora. Por supuesto, durante una grabación uno tiene más poder para hacer cosas inusuales: uno de los ejemplos fue el homenaje que le hice al tenor austríaco Richard Tauber, en el que escogí a un personaje desconocido que merece ser presentado”, dice Piotr Beczala, quien en 2007 obtuvo el Premio en el Festival de Ópera de Munich.
El tenor polaco interpretará hoy al Príncipe en Rusalka, de Antonín Dvrorák (1841-1904), en la velada conocida como “Ópera en el Metropolitan”, de Nueva York. El montaje, en el que también participa la reconocida soprano Renée Fleming, una de las figuras más importantes del canto lírico en la actualidad, será transmitido en vivo y en directo en las salas de Cine Colombia.
“Es una gran idea. Lo diré una y otra vez: es una brillante idea presentar estas producciones desde el Metropolitan y estar presente ante tanta gente es increíble, no sólo por la popularidad. Tengo muchas propuestas después de cada producción. Y se vuelve un espectáculo especial. Por ejemplo, en Polonia se visten en el cine como si estuvieran en la casa de ópera, toman vino. Como si estuvieran en el Metropolitan. Son parte del espectáculo, es algo muy especial y espero que también disfruten esta; en Polonia ya está por completo vendida, mis padres estarán viéndome”, dice Piotr Beczala con su tono natural.
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Hoy, en salas de Cine Colombia. Información y boletería: www.cinecolombia.com.