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El colombiano que deslumbró a Tiësto

A sus 22 años, Daniel Amézquita hace parte del grupo de exponentes más importantes de la música electrónica a nivel mundial. Conocido como Moska, es el caleño que impresionó a dj Tiësto con sus ‘drums’.

Lina María Álvarez / Especial para El Espectador
01 de marzo de 2016 - 01:05 a. m.

Cuando Daniel Amézquita empezó a hacer música nunca imaginó que llegaría tan lejos. Tan solo tenía 13 años y usaba el computador de sus padres que contaba con una memoria RAM de 1GB. Empezó haciendo remixes de los éxitos del momento guiado por tutoriales YouTube y trabajó sus primeras producciones con un par de auriculares sencillos, los mismos que le servían a su Blackberry.
 
De su pasión por la música y su empeño por crear, produjo un ‘bootleg’  o edición no autorizada de ‘We found love’ de Calvin Harris con Rihanna. Versión que llegó a los oídos de Tiësto e impulsó su carrera artística. Daniel hoy hace parte del selecto grupo de artistas agenciados por AM Only, al lado de dj como David Guetta, Fedde Le Grand, Laidback Luke, entre otros.
 
Se formó como dj profesional en 2012 y ha trabajado de la mano de Calvin Harris, Laidback Luke y Major Lazer. En el vídeo ‘Lose Yourself’, al lado de Lazer y RDX, aparece vistiendo la camiseta de la Selección Colombia. Por otro lado, fue nominado como mejor dj latino en los Empo Awards y mejor dj electrónico en los Premios Nuestra Tierra.
 
‘Moska’, como es conocido en la escena musical, puede darse el lujo de decir que a su corta edad ha hecho historia: es el único dj colombiano apadrinado por Tiësto, el primero en tocar en un Tomorrowland y el que más se destaca por compartir los sonidos de su país con el mundo y llevarlos a otros decibeles.  
 
¿Por qué Moska?
Moska nació gracias a mi apellido, Amézquita. Por su semejanza con Amézquita, así me decían en el bachillerato, además siempre me caractericé por ser una persona activa, por andar mosca. Siempre me gusta estar atento, aprender cosas nuevas.
 
¿Es cierto que a los 13 años empezó a producir música en su casa?
Así es, todo lo que he aprendido de la producción musical ha sido empíricamente. Todo lo hice solo, practicando y practicando. Empecé con vídeos de YouTube de los cuales aprendí mucho. Eran tutoriales que enseñaban cómo hacer ciertas cosas. Recuerdo mi primer proyecto pues sonaba tan mal y tan feo que es muy fácil tenerlo presente. Ahora me doy cuenta de que he avanzado mucho y que mi carrera va por buen camino.
 
¿Qué tuvieron que ver los Bee Gees y Michael Jackson en su carrera musical?
Cuando hacíamos paseos familiares en carro a otras ciudades, mi papá ponía los Bee Gees todo el viaje, de ahí la influencia disco. Me encantaba ese beat, esa música y lo que transmitía. Al igual que Michael Jackson, ese mismo beat que me enamoró y que escuchaba en sus canciones, me remontaba a la música electrónica.
 
¿Cómo un colombiano de tan solo 22 años llega a ser apadrinado por Tiësto?
Fui descubierto por internet. En realidad el primer dj que me apoyó con mi trabajo fue Laidback Luke, mi mentor. 
 
Un día él estaba tocando en el Club Live Miami y da la casualidad que Tiësto estaba entre el público. Luke tocó una canción mía y Tiësto, emocionado, le preguntó que quién era yo.  Laidback Luke le pasó mi canción y a la semana, Tiësto ya la estaba tocando en sus presentaciones.  Me di cuenta porque un seguidor mío me mandó un video por twitter, así que decidí escribirle pensando que nunca me iba a responder y dije “no pierdo nada con hacerlo”.  Tiësto me empezó a seguir a los tres minutos y me envió un mensaje directo diciendo que le siguiera mandando cosas, que le gustaba mucho mi estilo. En ese momento fue que empezó todo y aquí estamos. Soy el primer colombiano con el que trabaja.
 
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar al lado de artistas con tanto renombre como Tiësto y Laidback Luke?
Para mí ha sido algo muy enriquecedor porque este par de dj son los que han hecho mi carrera y me han ayudado a forjarla. Me han enseñado muchísimo, sobre todo en cómo se debe manejar esta industria, que no es nada fácil. Es un orgullo y un honor como colombiano porque gracias a mí trabajo al lado de ellos, he estado en muchos de los grandes escenarios de la música electrónica en el mundo. Estuve en Ibiza dos veces, en Ámsterdam, Bélgica, Las Vegas, Nueva York, Los Ángeles, Miami, entre otros.
 
¿Colombia suena en lo mixes de Moska?
Claro, mis canciones se caracterizan por tener implícito ese sonido latino, el sonido colombiano. La gente me reconoce por mis drums, por la percusión en mis canciones. Es algo que se nota a leguas. 
 
Recuerdo una anécdota que se dio en el TomorrowWorld de 2014 donde habían 2.000 colombianos al frente y la gente estaba loca. Mientras estaba tocando un set grité: “Colombia” y parecía que hubiera metido un gol la Selección. La gente gritaba, saltaba, se sentían orgullosos. El país siempre está presente.
 
Estuvo en enero como invitado especial del Storyland, el festival que se realizó en Cartagena, ¿cómo es tocar en su país?
Para mí tocar en Colombia siempre es un gusto porque encuentro un buen recibimiento por parte del público. La gente que conoce mi trabajo goza con él. Las expectativas con la primera versión del Storyland fueron muy grandes y creo que se cumplieron, pues fue un evento que estuvo lleno de sorpresas y cambió la historia de Cartagena, la puso en el mapa de los eventos de música electrónica del mundo.
 
¿Cómo ve la escena de la música electrónica colombiana?
Me parece que está creciendo pero aún le falta muchísimo más. Falta apoyo, que la gente compre las boletas de los eventos, que investigue sobre la música electrónica y que sí en serio les gusta, la sienta propia. Así como mucha gente invierte en eventos de salsa, bachata o reggaetón, que se invierta dinero en otros géneros. 
 
Los colombianos deben aprender que si les gusta un artista, deberían apoyarlo y no esperar a que todo sea regalado. Si no apoyamos eventos, no compramos boletas, los promotores no van a traer a los dj, y es una cadena. Es cuestión de consciencia para que todos fortalezcamos una red.
 
 

Por Lina María Álvarez / Especial para El Espectador

 

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