“El jurado valora”

La experiencia de un músico académico como jurado del Petronio.

David Lara Ramos Profesor de U. de Cartagena
14 de agosto de 2014 - 04:57 p. m.
Guillermo Carbó, etnomusicólogo/ Carlos Ramírez
Guillermo Carbó, etnomusicólogo/ Carlos Ramírez

Guillermo Carbó es un compositor y estudioso de las músicas del país. Más allá de haber estudiado en importantes escuelas como la de Berklee en Boston, la Blanc-Mesnil o Nanterre en Francia, es un ser que valora la tradición como raíz esencial de las nuevas sonoridades. Actualmente es director de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico en Barranquilla.

En varias ocasiones ha sido jurado del Festival Petronio Álvarez. Al momento de juzgar, sus conocimientos y sensibilidades se amalgaman para resaltar las calidades de músicos que lo cautivan por su virtuosismo, entusiasmo y comunicación. Con él conversamos sobre cómo ha sido su papel en el Petronio y los dilemas a los que se ha enfrentado.

¿Qué se juzga en los grupos y bandas que se presentan en el Petronio?

Más que juzgar, personalmente valoro a las agrupaciones en su conjunto. Trato de aproximarme a su sonoridad como un todo, un ensamble cuyos orígenes la mayoría de las veces se remonta varias generaciones atrás.

La música es una sola, no hay diferencias. Lo importante es comprender su contexto. Es como una imagen acústica que refleja muchas otras realidades, porque detrás de cualquier tipo de música, hay toda una forma de vida.

¿De dónde o cómo se construyeron los criterios de juzgamiento del Petronio?

Los criterios siguen siendo más o menos parecidos a certámenes de esta naturaleza. Sin embargo, debo decir que el Petronio es especial, por varias razones: su música es especial, su gente es especial, el Pacífico es bien especial y el Petronio es bien Pacífico, y eso hace la diferencia.

Si uno quiere conocer la música del Pacífico, hay que ir al Petronio. Por lo demás, existen diferentes categorías según la composición de sus formatos instrumentales: aquellos tradicionales de marimba, chirimía y violines caucanos, además de una categoría libre, o fusión, donde se explora el sentir Pacífico a través de formatos de origen urbano.

¿Cómo se valora en el Petronio a los músicos tradicionales, y a los músicos que han recibido una formación académica?

Creo en la importancia de brindar espacios para todos los músicos que son, o se sienten “Pacífico”, de origen, o por adopción. Es sano que albergue las propuestas de los músicos tradicionales, como de aquellos que poseen algún grado de formación. Entre más gente logre identificarse con el Petronio, mejor.

¿La presencia de músicos tradicionales en una agrupación, tiene alguna incidencia en la percepción del jurado?

Todas las categorías tienen sus condiciones de participación, en lo que respecta a la formación instrumental, para mí lo que importa es la sonoridad en su conjunto. Qué tanta buena energía finalmente transmite una agrupación, y generalmente para que eso suceda, sencillamente, deben tocar bien. A su manera, pero bien, y eso se siente.

¿Qué reflexiones podrías hacer sobre la tradición, teniendo en cuenta que cada vez se ven menos músicos tradicionales en los festivales?


Aunque suene raro, para mí lo menos importante es lo que piense el jurado. Generalmente, todos quienes fungimos como jurado, venimos de diferentes horizontes, aunque siempre hay expertos de la música del Pacífico entre nosotros, lo que es de gran ayuda.

Nunca hemos tenido discrepancias mayores, porque finalmente nos “afinamos” al principio descrito anteriormente: “tocar bien”. Es realmente importante llegar a una final y poder estar en tarima compartiendo su arte con cientos de miles de personas, eso es único. Esa es la verdadera razón de la existencia de la música: hacer música.

Si en efecto hay menos músicos tradicionales, me parece que tiene que ver con el hecho de que algunas prácticas musicales pierden contacto con su propio contexto, eso sí es grave, porque creemos que “reproduciendo” la música fuera de lugar, la estamos rescatando, y es probable que estemos haciendo todo lo contrario.

¿Cómo relaciona la innovación y la tradición a partir de la música que se vive en el Petronio?


A veces pienso que la innovación es tan solo una ilusión en el arte. Lo que realmente sucede es que se “re-crea” una situación dada –en este caso musical – y forzosamente surgen creaciones nuevas de manera natural, entonces, y a pesar de nosotros mismos, la tradición siempre cambia, se transforma en un tiempo corto o largo, pero sucede.

¿Cuáles son los dilemas a los que se enfrenta al momento de juzgar un grupo, un intérprete?

Me encuentro en ocasiones enfrascado por no llegar a entender o imaginarme el contexto que refleja una expresión musical dada. Cuando eso sucede, prefiero abstenerme de comentarios por simple respeto a los músicos. No necesariamente se trate de “mala” música, sino que no alcanzo a comprenderla, o mejor aún, sentirla…

¿Teniendo en cuenta que la región Pacífica ha sufrido mucho el conflicto armado, cómo asimila la relación violencia-riqueza musical, en esta región del país?

La música siempre ha sido un aliciente muy importante para la sociedad. Durante cientos de años, muchas poblaciones del Pacífico colombiano se convirtieron en resguardos de esclavizados, de dolor y de sufrimiento… Esto no se puede borrar tan fácilmente, cuando a cuesta se lleva en la memoria estos recuerdos.

La música coadyuva a superar momentos difíciles, o a extender o incrementar sensaciones de bienestar. La música, como cualquier forma de arte, no puede estar ausente de estos procesos.

¿Usted que es un académico, qué importancia le asigna a las músicas tradicionales en la construcción de nuevas sonoridades?

Las músicas tradicionales tienen una importancia mayor en la creación musical. Soy compositor de música contemporánea y musicólogo, con trabajos de investigación enfocados en las prácticas tradicionales de la música de las riberas del Rio Magdalena, en el Caribe y cuando uno vivencia diferentes experiencias musicales, es inevitable que las unas se alimenten de las otras. La música clásica siempre se ha inspirado en prácticas musicales y danzarias derivadas del repertorio tradicional.

Jurados 2014

1. Yaneth Riascos Góngora, cantaora

2. Hugo Montenegro Manyoma, músico

3. ime Arocha,antropólogo

4. Jorge Franco Duque, investigador

5. Wilson Viveros, músico

Por David Lara Ramos Profesor de U. de Cartagena

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