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Elvis: siempre en la mente

El rey del rock & roll murió el 16 de agosto hace 35 años, y su figura sigue presente, su voz más emblemática que nunca, y quién va a decir que ‘no’.

Juan Carlos Piedrahíta B.
14 de agosto de 2012 - 11:45 a. m.
Elvis: siempre en la mente

A Elvis Presley varias personas le dijeron que no. Su profesora de música le hizo pasar uno de sus mayores ridículos cuando lo llamó al tablero para calificarle su afinación. El pequeño cantó, lo hizo tal y como estaba acostumbrado a hacerlo delante de sus padres en su humilde residencia, primero en Misisipi y luego en Memphis. Ese día olvidó que sus familiares lo veían con la lupa del hijo único, del consentido al que había que aplaudirle cualquier aptitud artística, así fuera la más discreta. La maestra, cuya formación era académica y tal vez esperaba alguna expresión cercana al bel canto, lo criticó desde la primera nota hasta que regresó a su pupitre. Esa fue la primera negativa a su carrera musical.

La segunda fue un poco menos dolorosa porque ya Elvis Presley había salido de la adolescencia y estaba curtido de verse al espejo y de recibir palabras de grueso calibre por parte de sus compañeros de colegio. El joven, que portaba su peinado estilo tupé con la gran diferencia de que nadie lo conocía en la calle, reunió sus ahorros y pagó un par de horas en un estudio de grabación para hacer el registro oficial de dos de las canciones que conocía al derecho y al revés. La persona que se encargó de consignar el material en una de las cintas de carrete abierto, se tapó los oídos y tan pronto recibió el pago por el alquiler de la cabina y los micrófonos, le dijo al muchacho que con esa voz y esa forma de cantar no iba a llegar a ningún lado.

Elvis Presley, apenado y apocado como muy pocas veces se le vio, dijo que ese remedo de disco era para su mamá, una mujer luchadora y optimista que siempre había tenido el sueño de mostrarles a sus vecinas una grabación profesional de su hijo sin tener en cuenta, eso sí, sus calidades interpretativas. Así como superó el primer ‘no’, también dejó atrás el segundo, el tercero y todos los que vinieron. Incluso, se escudó detrás de la música para completar la caricatura que los demás veían y de la que se burlaban. Por eso, en una de sus primeras apariciones formales en televisión, potencializó su peinado de tupé, se vistió con prendas mucho más anchas para que sus movimientos corporales, en ese entonces arrítmicos y luego inconfundibles, fueran mucho más vistosos.

Pero eso no fue todo, para hacer más efectivas las burlas y dar a entender que tenía en lugar de piel una coraza, Presley se subió a la tarima acompañado únicamente por una guitarra de niño. La tocó sin complejos, pero también cantó, sudó, bailó y, sobre todo, se hizo único. A partir de ese momento, su estilo caricaturesco fue una marca, un sello, y el universo musical no volvió a ser el mismo. El rey del rock & roll murió el 16 de agosto de 1977, hace 35 años, y su figura sigue presente y su voz más emblemática que nunca, y quién va a decir que ‘no’.

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

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