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Antes de ser Katy Perry

Anoche se presentó en Bogotá la estrella pop Katy Perry con su Prismatic World Tour. El comienzo de la cantante en la industria musical fue cantando góspel.

Camila Builes
10 de octubre de 2015 - 03:04 a. m.
EFE / EFE
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El video es del año 2000. Una rubia americana interpreta una canción góspel. Tiene una guitarra azul, una camisilla negra, un jean. Katheryn Elizabeth Hudson canta algo que escribió luego de asistir a la iglesia de su papá, Keith Hudson, pastor pentecostal en Santa Bárbara, California. Está en el escenario, debió haber sido uno de los primeros. “Tenía estas melodías que sonaban en mi cabeza cuando iba por las calles de Santa Bárbara, así que pedí una guitarra de cumpleaños y fue entonces cuando empecé a escribir mis propias canciones”. Nunca le gustó que la llamaran Katheryn, entonces su mamá le decía Katy, luego su papá, sus hermanos, sus amigos, el mundo.

Con quince años grabó su primer disco de música góspel. “Para mí eso era lograr el éxito, pero era muy duro porque la única música que me dejaban escuchar era cristiana. Creo que a mis padres les faltó tiempo para hacerse a la idea cuando dejé de cantar góspel”. Katy Perry, ese fue el nombre que decidió usar para lo que seguía: un camino para entrar a una disquera, para grabar algo que sonara a su “propio yo”.

Cuando comenzó le decían: “Debes ser la nueva Avril Lavigne”, “tienes que renovar la imagen de Britney Spears”. Ella quería ser la primera Katy Perry. Después de varios intentos fallidos con videos que imitaban la calidad musical y narrativa de las artistas a las que “debería parecerse”, llegó a Capitol Music. Apostaron por tres sencillos, ella debía escogerlos. El primero fue I Kissed a Girl en 2008. Jamás volvieron a pedirle parecerse a alguien más. “Todos pensaron que mis papás me iban a odiar por elegir I Kissed a Girl como primer sencillo. A todo el mundo le gustan las historias de las niñas que antes eran buenas y en una noche se convierten en malas. Yo misma pensé que iba a ser difícil con ellos, pero no, siempre me apoyaron”.

Después vino Hot N Cold en el mismo álbum, One of the Boys. Ambas canciones se situaron en la primera y tercera posiciones de la lista de éxitos Billboard Hot 100 de los Estados Unidos. En 2010 lanzó su tercer álbum, Teenage Dream, inspirado en la música disco. Perry lo promovió con seis sencillos, de los cuales California Gurls, con el rapero Snoop Dogg, Teenage Dream, Firework, E.T. y Last Friday Night se ubicaron en el puesto número uno de la Billboard Hot 100. El álbum convirtió a la artista en la primera mujer que logra la hazaña y la segunda en general después de Michael Jackson con Bad (1987). En marzo de 2012 reeditó el álbum como Teenage Dream: The Complete Confection. Y de nuevo a la primera posición, con Part of Me y Wide Awake.

En 2011 hizo una gira por más de 300 ciudades del mundo, California Dreams Tour, basada en los cuentos de hadas y películas infantiles. Una carrera contra la distancia de su esposo, el actor y comediante Russell Brand, con quien se había casado el 23 de octubre de 2010. Viajaba desde Praga a Los Ángeles para verlo tres días y regresar directamente a concierto. “Al principio, cuando empecé a meterme en la industria, escuchaba a actrices o cantantes diciendo: ‘No quiero estar en una relación sentimental porque no quiero elegir entre estar en una relación o tener una carrera’, y yo pensaba: ‘Cuando encuentre a esa persona, la que será mi pareja durante toda mi vida, no voy a tener que elegir porque me aceptará completamente como soy’. Pensaba que iba a aceptar mis ambiciones, mi manera de ver el mundo e iba a apoyarme en lo que iba a crear. Me di cuenta de que no era verdad. Ese cuento de hadas que estaba pensando no existía”. En uno de los últimos conciertos Russell Brand le pidió el divorcio. Río de Janeiro, el estadio estaba atestado por una multitud que gritaba un solo nombre Katy Perry; ella, mientras tanto, se escondía del mundo en su camerino, el corazón le subía a la garganta y parecía salirle por la boca, estaba a punto de estrangularla. Hay momentos en la vida donde lo único que uno necesita es sentir el dolor tan fuerte para recordar que sigue vivo. Se puso traje rojo con colombinas blancas, se subió a una plataforma que la sacaba desde el suelo hasta el escenario, tomó el micrófono con la mano derecha, lloró una, dos, luego tres veces; le preguntaron si quería cancelar el concierto comenzó cantando la canción que le había escrito a su recién exesposo.

En noviembre de 2012 Perry comenzó a trabajar en su cuarto álbum de estudio, Prism. Al finalizar su relación con Brand, el disco se tornaba melancólico y nostálgico. Prism generó dos sencillos que han superado los mil millones de vistas en Youtube, Roar y Dark Horse.

En 2014 inició su gira The Prismatic World Tour, que dividió en seis etapas. La primera fue en Reino Unido, el 7 de mayo de 2014 en Belfast, Irlanda del Norte. La segunda etapa fue en Norteamérica con el período más largo de toda la gira, desde el 22 de junio de 2014 hasta finales de octubre del mismo año. La tercera etapa comenzó el 7 de noviembre de 2014 en Perth, Australia, y concluyó el 20 de diciembre de 2014 en Auckland, Nueva Zelanda. La cuarta y quinta etapa las realizó en el primer semestre de 2015; Europa durante febrero y marzo, y Asia entre abril y mayo respectivamente. El pasado sábado 8 de marzo, Katy Perry publicó en su cuenta de Twitter que su gira, famosa por su gran despliegue escénico, colores, disfraces, bailes y millones de dólares en producción, se acercaba a Suramérica. Llegó a finales de septiembre a Argentina, luego Chile y ayer estuvo en Colombia con el show que The New York Times definió en su crítica como un concierto donde “la música está subordinada al espectáculo”. O, como resumió MTV News, una “fiesta para los ojos”.

Por Camila Builes

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