Beatles, ahora en "Streaming"

A partir de hoy, el catálogo completo de la banda de Liverpool (trece álbumes originales y cuatro compilaciones) estará disponible en Deezer, Spotify y Apple Music, entre otros.

Juan Carlos Piedrahíta
24 de diciembre de 2015 - 04:11 a. m.

 

George Harrison no se aproximó a los efectos sonoros por músico, sino por electricista. Mucho antes de oficiar en la línea titular de la banda The QuarryMen, la semilla gracias a la que floreció el fenómeno de los Beatles en el planeta, se dedicaba a reparar las instalaciones eléctricas de los vecinos y así se ganó generosas propinas, con las que compró su primera guitarra profesional. Esa experiencia con cables, tornillos y tomacorrientes amplió su panorama y le dio la posibilidad de entender que se podían hacer innovaciones con instrumentos eléctricos y que no todas las canciones debían registrar el mismo contenido.

Harrison, el Beatle que por lo general se escapa de la memoria y que se menciona en el último lugar cuando se hace el recuento de los cuatro fabulosos de Liverpool, aportó esas innovaciones y dos sujetos tan arrasadores como Paul McCartney y John Lennon dieron sus brazos a torcer. Dos cabezas piensan más que una y cuando existe la tercería las opciones se multiplican. Eso, precisamente, fue lo que sucedió cuando el más silencioso de este cuarteto de históricos empezó a opinar, a llevar el comando en los punteos de las cuerdas y a suministrar letras, armonías y melodías.

El guitarrista fue el primero de su clan en formar parte de un listado de Mejores músicos en el rock (ocupa el lugar 21 entre los guitarristas en la historia del género según varias caprichosas listas), fue uno de los primeros en crear un espectáculo masivo de alto contenido social y de carácter benéfico. Con el concierto por Bangladesh, realizado el 1° de agosto de 1971, popularizó su nombre y gracias a su iniciativa se recibieron donaciones importantes. Sin embargo, también fue uno de los rockeros en debutar como víctima de la traición amorosa. Su esposa Pattie (Patricia Anne Boyd) estuvo cortejada por Eric Clapton, uno de los amigos más cercanos de Harrison, incluso se supo después que la canción Layla, todo un himno en la discografía de Clapton, fue una creación en lenguaje cifrado.

Harrison fue precursor en algunas motivaciones que impulsaron a los Beatles a modificar rutinas y comportamientos preestablecidos. En otras iniciativas tuvo relevancia la opinión de Ringo Starr, mientras que las figuras emblemáticas del colectivo (Lennon y McCartney) asumieron posiciones de ventaja en diversas situaciones de manera alterna.

El cuarteto jamás se caracterizó por llevar en sus manos el estandarte de la tecnología. Así como llegaron al rock and roll en el momento justo para complacer a los melómanos, su presencia en los grandes adelantos sonoros siempre ha sido tardía y, por qué no decirlo, discreta.

La banda los Beatles era quizá la mayor ausencia en el mercado digital de la música. Sólo en 2010, iTunes logró convencer a Paul McCartney, Ringo Starr y Universal Music Group (los tres actores que controlan el extenso catálogo de la agrupación) de permitir descargas pagas de sus canciones. En su primera semana en este servicio, la banda vendió más de 450.000 álbumes y dos millones de temas individuales, según cifras entregadas por Apple.

Las canciones del cuarteto ya estaban disponibles en Pandora, una emisora en línea que no permite el consumo por demanda de música, sino que entrega listas de reproducción curadas de acuerdo con los gustos de cada usuario. Así como los integrantes de los Beatles postergaron su presencia en las plataformas digitales, también hicieron esperar a sus seguidores cuando tomaron la decisión de no permitir la remasterización de su material artístico en formato de disco compacto (cd).

Sus álbumes en vinilo o acetato seguían comercializándose cuando los demás grupos importantes del rock y del pop ya tenían sus canciones en ese formato reducido con apariencia de espejo. El scratch tradicional en los larga duración parecían multiplicar la magia de los chicos de Liverpool y de ahí la negativa de los sobrevivientes a incursionar en el cd.

Fue hasta 1987 que Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison, con el guiño de su casa disquera, aceptaron verse y escucharse en un formato novedoso para ese entonces. Lo que se comentó en el momento fue que esperaron a comprobar la utilidad del “sistema” en otras bandas de reconocimiento antes de lanzarse de lleno a la conquista de nuevos mercados. Cuando vieron que ahí, en definitiva, estaba el futuro de la propuesta sonoro accedieron a dejar a un lado el scratch.

“En lo digital, los Beatles siempre se han apuntado bastante tarde a la fiesta. Llegaron a iTunes en 2010, unos cinco años después de que empezara a triunfar la plataforma. Supongo que su presencia en el streaming significa que ellos mismos asumen que ya es una parte fundamental de la industria”, aseguró a la BBC Chris Cooke, cofundador de la web especializada Complete Music Update (CMU).

En 2013, Pink Floyd y Led Zepellin aceptaron incluir su música en las plataformas digitales, mientras que AC/DC lo hizo a mediados del año en curso. A partir de hoy el catálogo completo de los Beatles (trece álbumes originales y cuatro compilaciones) estará disponible en nueve servicios de streaming de música: Spotify, Apple Music, Google Play, Amazon Prime Music, Tidal, Deezer, Microsoft Groove, Rhapsody y Slacker Radio. La música podrá ser consultada, tanto en las versiones pagas como las gratuitas de cada plataforma. Sin duda, un gran regalo navideño con el que se pone en evidencia que los Beatles son más que cuatro sujetos en escena.

Por Juan Carlos Piedrahíta

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