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Chanel en La Habana

Con un desfile histórico, la casa de moda francesa más influyente en el mundo desde hace un siglo, desembarca en Cuba para presentarse en público por primera vez en Latinoamérica. Un hito que se revela el martes 3 de mayo.

Rocío Arias Hofman *
01 de mayo de 2016 - 02:00 a. m.

El trajín que sucede desde hace cuatro meses en el Paseo del Prado, situado en pleno Centro Habana, no ha pasado inadvertido. Ante la presencia estática de ocho leones que custodian desde 1928 la primera avenida asfaltada de La Habana, el equipo Chanel prepara la presentación de su colección Crucero 2016. Seiscientos invitados ocuparán las sillas dispuestas para un espectáculo asegurado por una compañía que acostumbra a disparar sin límite la atención sobre su marca, más allá incluso de la industria de la moda.

Desde que Chanel, propiedad de Alain y Gerard Wertheimer –nietos de Pierre, uno de los primeros socios que tuvo Gabrielle Bonheur Chanel, fundadora de la marca– delegó el comando creativo en el alemán Karl Lagerfeld en 1982 y la operación financiera en especialistas de primera línea, una empresa concentrada en la producción de alta costura y prendas ready to wear (listas para llevar) se ha convertido además en un referente que trasciende el impacto estético. Eso sucede a pesar de que el propio Lagerfeld le quite hierro al asunto y niegue querer enviar mensajes de tipo político: “Hago lo que hago porque siento que funciona”, dijo cuando le preguntaron en 2014 por haber recreado uno de sus desfiles en París como una manifestación de mujeres chic que portaban carteles alusivos al divorcio y a la igualdad femenina. El vendaval mediático y la viralización de su propuesta fueron inmediatos.

Va a ser inevitable, sin embargo, y seguramente a su pesar, que alguien siga insistiendo en preguntarle al káiser esta semana si elegir La Habana contiene algún ingrediente distinto al divertimento. Quizá este multifacético hombre vuelva a recordar que cuando se incorporó a Chanel muchos le advirtieron “No toques la marca, está muerta. Nunca volverá a ser lo que fue”. En el documental Lagerfeld confidential, el diseñador le espeta a la cámara: “Coco se revolcaría en su tumba si viera lo que hago”.

Karl, con su coleta de blanco inmaculado y atrincherado tras sus gafas, demuestra su pragmatismo feroz –paradójicamente una característica que lo mimetiza con Coco Chanel– cuando afirma: “Esta marca tiene una imagen y yo soy el encargado de actualizarla. Tengo que conducir a Chanel desde lo que fue hasta donde debe llegar”.

Y La Habana fue la elegida –tras el permiso otorgado por la Oficina del Historiador de La Habana, Eusebio Leal– para presentar la colección Crucero. Esta serie porta junto a Metier d’Arts un espíritu viajero que lleva sus desfiles anuales por el mundo, a diferencia de las colecciones de temporada de Chanel que se presentan tradicionalmente en París. Crucero se puso en marcha hace menos de diez años para alimentar la demanda febril que impone la industria con prendas pensadas para el descanso en lugares alejados de temperaturas gélidas. Piezas para vestir en lugares que convoquen al hedonismo en pleno.

El intituitivo Karl Lagerfeld sabe honrar muy bien el legado de la empresaria más astuta que tuvo Occidente en el siglo XX y al tiempo logra revolucionar la actualidad creando, con su visión, nuevas etapas para la moda. Para la muestra, este botón: en 1913, Gabrielle Chanel abrió una tienda bajo una marca homónima en Deauville, zona de descanso frente al mar de Normandía. ¿Casualidad? No, puro olfato de una mujer con un talento igual de descomunal para coser, para comprender el cambio de rol de la mujer en los inicios del siglo XX y para crear una ambiciosa estructura empresarial que cambió para siempre la estética con unos resultados comerciales apabullantes (en 1921 ya figuraba como una de las mujeres más ricas de Europa). En Deauville, la huérfana educada en un convento de monjas presentó ante la mirada atónita de las mujeres de su época –que poco se metían en el mar– el primer traje de baño. Una pieza que diseñó y confeccionó con lana de los suéteres de su novio y apoyo financiero, el inglés Arthur “Boy” Capel.

En 1914 añadió además vestuario deportivo y marinero para las mujeres. Prendas inspiradas en lo que Chanel observaba en el atuendo de los hombres de la región. Ahí se encuentra seguramente el germen de Crucero y de la movida magistral hecha por Lagerfeld y la casa Chanel para situarse en el tablero de ajedrez del siglo XXI.

En Efecto Naím, el portal del analista internacional Moisés Naím, se muestra un divertido, sagaz y riguroso reportaje que muestra cómo ha cambiado la noción de fama en la historia. Antes del Renacimiento, el 47 % eran políticos como Julio César y Cleopatra o religiosos como Jesús y Moisés. En pleno Renacimiento, los famosos eran los pensadores y escritores (18 %) y los artistas (19 %). En cambio, en la actualidad –señala Efecto Naím– el 36 % de los famosos son celebridades, cantantes y directores de cine. El 16 % son futbolistas. Y el personaje archifamoso por excelencia sigue siendo el Che Guevara.

¡Cuba y Chanel! Después de la visita de Obama y del concierto de Rolling Stones no es insensato suponer que el próximo martes 3 de mayo a las 6:30 p.m. los leones del Paseo del Prado –a los que canta el grupo Orisha– emitan un rugido desde sus entrañas de bronce (fundido a partir de los cañones que protegían la isla en tiempos de piratas) y hagan sentir el poderío de la moda al mundo, desde el Capitolio hasta el Malecón. Porque la vida, según Celia Cruz, ya se sabe, “…es un carnaval”.

“Parece que el mundo estuviera redescubriendo Cuba y, en particular, la magia de La Habana”, señala desde allá Marcela Durán, asesora de comunicaciones del proceso de paz que realiza el gobierno de Colombia con las Farc en la isla. Apenas a unos kilómetros de distancia del lugar donde desfilarán las modelos internacionales más reconocidas del planeta, negociadores y guerrilleros continúan la ronda 49 de conversaciones en el centro de convenciones El Palco. El sol, por estos días, anuncia risueño la llegada del verano.

¿Quiénes acompañarán a Chanel en Cuba?

En mayo, Mes de la Cultura Francesa en La Habana, se presenta también la exposición “Obra en proceso/Work in Progress”, de Karl Lagerfeld. Una muestra de su vastísimo trabajo como fotógrafo que se inauguró el 29 de abril en el centro de arte Factoría Habana. Estará abierta al público hasta el 12 de mayo de 2016.
Las celebridades invitadas para acompañar a Chanel en La Habana son Vanessa Paradis, Tilda Swinton, Gisèle Bündchen, Géraldine Chaplin, Caroline de Maigret, Alice Dellal, Marine Vacth, Ana de Armas, Deniz Erguven Gamze, Cécile Cassel, Langley Hemingway, Alma Jodorowsky, Ibeyi Band, Lisa-Kaindé Diaz & Naomi Díaz.
Este es el primer artículo de la serie “Chanel en La Habana” que escribe Rocío Arias Hofman especialmente para El Espectador.

*Politóloga y periodista especializada en moda. Fundadora de la revista digital www.sentadaensusillaverde.com.

Por Rocío Arias Hofman *

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