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El zumbido de la salsa chocoana

Hansel Camacho celebra 25 años de actividad artística con el lanzamiento de un dividí en vivo con algunas de sus canciones más reconocidas.

JUAN CARLOS PIEDRAHÍTA B.
01 de noviembre de 2015 - 02:00 a. m.

A Hansel Camacho lo que le faltó en el deporte le sobró en la música. Para las dos actividades tuvo disciplina, talento y facilidad para resolver los inconvenientes que se presentaban durante el desarrollo de un partido o a lo largo de una exigente jornada de creación artística.

En el campo de juego sobresalió copando el sector izquierdo, mientras que en la música su presencia se hacía indispensable en todas las etapas, incluso cuando pensaba que ya había cumplido con lo suyo. El canto y la guitarra le arrebataron la perseverancia que debía tener para triunfar en el deporte.

“La música me cogió de la mano y me separó del fútbol, pero hoy tengo a dos hijos en las divisiones inferiores de la Equidad Seguros. El fútbol y la música tienen una cadencia muy similar. Ambos son alegría, ritmo y, sobre todo, sello personal. Siempre he dicho que un buen futbolista debe ser un gran bailador también”, cuenta Hansel Camacho.

Este artista se acercó a la guitarra porque en su natal Quibdó la formación religiosa estaba a cargo de un sacerdote que sacaba todos los instrumentos del salón y dejaba que los niños los tocaran sin ninguna prohibición. Camacho, por razones que aún hoy no está en la capacidad de explicar muy bien, siempre se inclinaba por las cuerdas. Luego, un tío se las arregló para impartirle las primeras lecciones formales y ahí la dedicación sí fue total.

Lo que le viene de adentro es el zumbido, como él mismo lo llama, para enfrentarse a la salsa de la manera en la que lo hace. Su idiosincrasia está latente, al igual que los padecimientos de su raza, pero también es consciente de que desde el arte se puede hacer mucho para que la humanidad sonría.

“A través de estos 25 años he mantenido los principios que aprendí en mi barrio en Quibdó y que profundicé en una playa contigua a Bahía Solano. En el exterior se ha modificado el arte, pero yo no he cambiado para nada. Siempre camino con el Chocó en la piel y lo he tenido como un vestido que enorgullece, porque es un pueblo hermoso que no se ha conocido lo suficiente”, dice Hansel Camacho, quien tuvo su primera participación en la pantalla chica gracias a que alternó con César Mora en una orquesta.

No le gustaban las celebraciones. Por eso dejó pasar la primera década, los 15 y hasta los 20 años de presencia ininterrumpida en la música. El tiempo se le fue muy rápido, pero con buena memoria recuerda que su primera creación, Pretenciosa, fue un éxito rotundo en el espectro de la música bailable.

“Para esta producción discográfica Eternamente Hansel, 25 años de vida artística escogí las canciones más puntuales y las que están más en los oídos de la gente. Mi intención era hacer un trabajo tranquilo, no con muchos temas para no saturar. Cuando veo este dividí y escucho el resultado siento que es lo que quería hacer”, asegura el artista que personificó a Lucio en la serie de televisión Azúcar.

El nuevo registro de Camacho tiene diez temas que, además del título, se caracterizan por su estribillo más importante. En esta selección no podía faltar Verdades, la canción que puso al artista en el espectro sonoro del continente.

“Éste abrió un camino que todavía no termina. Estaba recién casado y Verdades apretó los tornillos. Es la vida misma a través del amor y debemos entender que la verdad es lo único que nos hace libres. Puedo decir que después de más de dos décadas de existencia, esta canción me acerca a la inmortalidad”, concluye Hansel Camacho, quien además de actor y músico está pensando en transformar sus vivencias en libretos para medios audiovisuales. Seguramente lo hará con su propio zumbido.

Por JUAN CARLOS PIEDRAHÍTA B.

 

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