Persistencia. No desistir de su proyecto musical a pesar del rotundo fracaso de Kara’s Flowers, como se llamaba Maroon 5 antes de que siquiera fueran cinco sus integrantes, una poderosa e inconfundible voz, álbumes versátiles que tienen desde sentidas baladas hasta canciones pegajosas que invitan a bailar y el físico del que para muchos encarna al hombre perfecto.
Adam Levine —37 años, cantante, compositor, guitarrista y actor— ha sabido sacarles provecho a los distintos momentos de su carrera y ha liderado con inteligencia y talento una banda que ocho años después regresa a Bogotá con su nuevo trabajo V, en el marco de una gira que incluye presentaciones en 25 países.
La primera vez que Levine, Jesse Carmichael, Mickey Madden y Ryan Dusick tocaron juntos en público, fue en septiembre de 1995. Dos años más tarde lanzarían su primer disco. Todo un fracaso que terminó por separarlos durante cuatro años.
Se reencontraron, pero Levine ya era distinto. Había estado un buen tiempo en Nueva York y la cultura urbana y del hip hop impactaron no sólo su forma de cantar, sino de componer. “Una influencia que nunca había sentido en Los Ángeles”, aseguró en ese entonces.
Así nació Maroon, que tuvo que modificar su nombre por Maroon 5 debido a un inconveniente de derechos de autor, y al que se sumó James Valentine para reemplazar a Jesse en la guitarra, quien prefirió quedarse con el teclado. El día que entraron al estudio a grabar el primer disco, Adam Levine acababa de romper con su novia.
Inevitablemente, las cicatrices de la relación terminaron colándose en las letras de las canciones, en las melodías y hasta en la manera de interpretarlas. La sensibilidad que experimentaba Levine en ese momento le dio un sello único al álbum Songs about Jane. Rápidamente fue conquistando los primeros lugares de las listas de éxitos en Estados Unidos, Reino Unido y Australia. Además del Grammy a Mejor Artista Revelación en 2005, obtuvo varios discos de oro, platino y triple platino en diferentes rincones del mundo.
Ahí comenzaría el ascenso de esta banda californiana, que está estrenando su quinto trabajo musical y ha vendido más de 17 millones de discos. Su segunda producción fue un álbum acústico que incluyó algunas canciones en vivo del aclamado Songs of Jane. Terminando 2005 vendría Live - Friday The 13th, con el cual ganaron el premio Grammy por Mejor Performance Dúo o Grupo.
Dos años más tarde sorprenderían a sus seguidores con It Won't be soon before long, que según Levine “es mucho más sexi y fuerte” y está inspirado en íconos de los ochenta como Prince, Michael Jackson, Shabba Ranks y Talking Heads.
La popularidad de Adam Levine ha cruzado fronteras y su papel protagónico como jurado del reality The Voice lo ha convertido en una celebridad, beneficiando de paso a la banda, que antes de su presentación de esta noche en el Parque Salitre Mágico, en Bogotá, pasó por México.
A pesar de algunos problemas de sonido, la agrupación enloqueció a sus fans durante la primera media hora con varios de sus éxitos, como One more night, Stereo hearts, Harder to breath, Lucky strike y Wake un call. La energía de Levine, quien apareció con el pelo completamente rubio, se sintió a pesar de la fuerte lluvia y entusiasmados los cientos de asistentes corearon algunas de sus canciones más populares: Maps, Sugar, Sunday morning, Payphone y She will be loved.
“Maroon 5 encarna lo que se podría llamar una fórmula segura, que incluye un líder como Levine, un cantante reconocido por cuenta de su voz única y muy definida, y una música que funciona en varios niveles, pues hay baladas románticas y canciones más movidas que pegan en discotecas. Es el epítome de la música comercial”, asegura Juan Pablo Castiblanco, editor de Schock.co.
Y no se equivoca. Aunque no todos los trabajos de la banda han sido aplaudidos por la crítica, su más reciente disco, V, producido por Max Martin y con colaboración de Gwen Stefani, quien canta con Levine My heart is open, no sólo ha recibido buenos comentarios, sino que logró ubicarse en la posición número uno de iTunes en más de 60 países. Son once canciones impecables, según la revista Rolling Stones, “pero mucho menos emocionales que en Songs about Jane”.