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Merlotte

El grupo paisa de rumba rockera está conformado por músicos profesionales y empíricos.

Mónica Castrillón Castro
28 de noviembre de 2015 - 04:12 a. m.

David Bedoya, más conocido como Davi, es un joven del municipio de Santa Bárbara, en Antioquia, cuyo gusto por la música nació allí, cuando en su adolescencia hacía parte de los proyectos de la Casa de la Cultura del municipio. La forma como el público recibía la música era su motivación principal, o, mejor, la manera como podía cambiar el estado de ánimo de las personas con la música. Entonces se propuso trazar un camino para formarse como músico, pero no de los que se quedan muchos años en la academia, sino de los que exploran de manera independiente, tal vez desde sus vivencias, empíricamente. La idea apasionante de formar una agrupación musical no dejó de perseguirlo, por lo que su primer paso fue contarle a su amigo Santiago Sánchez, quien también rondaba por los caminos de la música, para ver si encontraba eco y podían juntarse a crear un proyecto.

Por su habilidad con las matemáticas, y tal vez la insistencia de su padre, David Bedoya tomó el camino de la ingeniería. Sin embargo, decidió cursar también la tecnología en informática musical, junto con Santiago Sánchez, lo que los acercó más a la idea de llevar a cabo su proyecto.

Conocieron primero al guitarrista y en el camino fueron incluyendo otros miembros al grupo. Por Merlotte han pasado alrededor de 13 personas, pero con ellas no llegaron a consolidarse. Para elegir los integrantes definitivos no tenían como requisito el gran talento musical de cada uno, sino, más bien, la disposición, la voluntad de aprender y, sobre todo, la constancia. Merlotte son Eloísa Arango, en la voz y el saxofón; David Bedoya, en los teclados; David Domínguez y Mike Cheng, en las guitarras; Santiago Sánchez, en el bajo, y Santiago Montoya, en la batería.

Merlotte es una banda de rock de la ciudad de Medellín en la que implícitamente convergen varios géneros musicales, pero que tiene, sin duda, su propio estilo. Actualmente están en la exploración de la rumba rockera, pero no se encasillan, ni se definen en un solo género. Explorar y crear son sus mejores herramientas. Hace más de un año tomaron la banda como parte de un proyecto de emprendimiento empresarial, de manera organizada, cuyo objetivo no es sólo divertirse. Si alguien falta a un ensayo, existe una multa; también deben hacer aportes económicos, tienen eventos a los que deben asistir, cursos que tomar para reafirmar o aprender temas nuevos, que les permitan realizar creaciones y avances de manera significativa y seria. La capacitación es constante en todo: cómo componer, cómo ingresar al mercado musical, cómo legalizar la música, cómo entrar a nuevos mercados culturales, entre otros temas. Siempre con el ánimo de mejorar y progresar.

En Merlotte confluyen varios profesionales que aportan desde su conocimiento y desde sus estilos y personalidades. Se puede decir que funciona como un grupo interdisciplinario. Eloísa Arango es docente de música, además de comunicadora gráfica publicitaria; ha estado en contacto con la música desde que era bebé. Su alegría, energía y proactividad hacen que las cosas en el grupo fluyan de manera tranquila. Mike Cheng también es comunicador gráfico publicitario, trabaja de manera independiente, así como, de manera empírica e independiente también, estudia guitarra, pues su gusto por la música no ha sido pasajero; su dinamismo hace que las cosas funcionen en el grupo de manera coherente. Al conocerse con David Bedoya se tomó la música y el proyecto como algo serio, reafirmó que por ello hay que trabajar cada día. David Domínguez es comunicador audiovisual; se caracteriza en el grupo por no conformarse y querer hacer siempre las cosas muy bien y de manera diferente. Santiago Montoya, por su parte, es magíster en economía y docente de la Universidad Eafit a sus cortos 23 años; ha estudiado música de manera particular en academias y con distintos profesores, pero su proceso musical ha sido empírico y un proyecto personal. Tocó anteriormente en varias bandas y ahora se dedica completamente a Merlotte. Su precisión, inteligencia y tranquilidad hacen que entre ellos, como grupo, puedan tomar buenas decisiones y tener aciertos. Santiago Sánchez trabaja con su estudio de grabación, donde se producen la música y los videos de Merlotte; él no deja que se acabe la banda, los anima a ser perseverantes. David Bedoya, su líder, trabaja de manera constante y con pasión por el grupo, lo que hace que siempre tengan un norte.

Santiago Sánchez y David Domínguez componen para Merlotte. Aunque recientemente existen algunas creaciones de Mike Cheng, que le dan un nuevo aire a la banda. Son organizados, componen con partitura y realizan un trabajo colectivo. Eloísa Arango es muchas veces la autora de la letra de las canciones, aunque todos aportan ideas para sacar algo, de acuerdo con lo que les transmita la música, porque aquí es la música la que influencia la letra.

Cada uno tiene sus influencias musicales, sus géneros y grupos preferidos, lo que hace que haya un enriquecimiento a la hora de crear, pues cada uno es conocedor de diferentes estilos, culturas y herramientas que van poniendo como propias en el grupo. Llama la atención que a casi todos les guste el rock oriental.

Cuando la gente intenta definir Merlotte, no sabe exactamente a qué le suena o con qué grupo compararlo. Es tan propio y tan difícil de describir como el sabor de un buen vino, como el Merlot, por ejemplo. Para ellos lo más importante es cómo los recibe la gente y siempre han tenido buena acogida en los escenarios donde se han presentado.

En Merlotte se ven la organización, el trabajo y la disciplina. Muestras de ello son el diseño de su página web, su logo, las convocatorias que encuentran, el trabajo administrativo que realizan y hasta el estudio de grabación donde ensayan y trabajan. Gestionan sus propios conciertos, incluso convocando otras bandas, para realizar un trabajo musical conjunto. Actualmente están concentrados en sacar un álbum, que se encuentra en etapa de preproducción. Le cantan a la vida, al amor, al desamor, al cambio, a los sueños, a la alegría y a la pasión, esos elementos tan marcados en todos.

Por Mónica Castrillón Castro

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