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Lo que más le cuesta trabajo a Jorge Celedón es bautizar sus canciones. El proceso de composición puede resultarle doloroso, pero nunca es tan complejo como la denominación de un nuevo material. El canto se le ha facilitado desde los primeros años de existencia, así que, más allá de prepararse y cuidarse debidamente, esa actividad no le implica retos mayores. En el estudio de grabación y sobre el escenario todo evoluciona, su única complicación se presenta al momento de ponerles nombres a quienes considera parte vital de su núcleo familiar.
Por eso deja para lo último esa labor “bautista” y es muy probable que se le olviden los nombres que acaba de utilizar para diferenciar una canción de la otra. Le sucedió antes con temas ya consolidados, como Parranda en el cafetal, y le ocurre ahora con las cuatro canciones que escogió como parte de Sencillamente, su nuevo registro sonoro, que aparece después de dedicarse a interpretar canciones universales llevadas al estilo de la música de acordeón en los dos volúmenes de Celedón sin fronteras, proyecto que está nominado a los Premios Grammy Latino.
“Celedón sin fronteras me ocupó mucho tiempo, porque eran canciones no vallenatas adaptadas a ese aire. Es muy diferente hacer un álbum como ese y otro como el que estamos presentado, porque las dinámicas son muy distintas, empezando por el arreglista. Antes fue Miguel Ángel Pastor quien se encargó de neutralizar los sonidos. Creo que me dediqué mucho a ese registro anterior y postergué la salida de un nuevo material, pero aquí estoy, con las nuevas canciones, fuerzas renovadas y más esperanza”, cuenta Jorge Celedón, quien antes de decidirse a grabar de nuevo realizó una convocatoria inmensa con distintos compositores. Para su sorpresa, no sólo recibió propuestas de autores colombianos sino que tuvo contacto con iniciativas originadas en México y Venezuela.
En Sencillamente, en el que cuenta con el respaldo del acordeonero Gustavo García, se pueden encontrar historias de Iván Calderón, Luis Egurrola, Wilfran Castillo, Alvin Anaya, Ronald Urbina y Alberto Tico Mercado. El común denominador de todas ellas es que lograron adaptarse al estilo impuesto por Celedón. “Yo llevaba tanto tiempo sin grabar que por una cuestión accidental resultaron quedando más mis canciones que las de los demás, pero no me lo propuse. Todos estábamos muy preparados para salir con algo nuevo. Lo que puedo decir de esta amplia lista de autores que aquí me acompañan es que no me gusta grabar por nombre sino porque la temática me atrae y entra en sintonía con lo que estoy pensando en un momento determinado”, asegura el artista.
Según Jorge Celedón, el secreto para convertir una letra ajena en dominio propio radica en acercarse a la historia, comprenderla, sentirla, entender sus dimensiones y hasta actuarla, para que el público la perciba como una novela con protagonistas versátiles y antagonistas contundentes. Es una puesta en escena exigente en la que se debe contar con bases muy sólidas.
“Me voy entregando a las historias que tengo enfrente. Uno se va relacionando con lo que va escuchando, así sea un idilio de amor o una tragedia en la que brilla el desamor. Incluso, en este álbum tengo una pieza de agradecimiento a Dios, pero también está Me antojo, por ejemplo, que es una canción de despedida para alguien que ya no quiere compartir más su espacio vital con uno. Allí cito al cardenal guajiro, un ave cantora a la que también quise hacerle un reconocimiento aquí”, cuenta el músico.
Gracias Señor, Me antojo, Toma todo y Tuyo fueron las cuatro composiciones de Jorge Celedón seleccionadas para hacer parte de este registro. Con ellas quiso mostrar la amplitud de las posibilidades sonoras del vallenato, aunque aclara que dejó por fuera a la puya, el aire más rápido de su folclor, a propósito. Después, piensa, tendrá tiempo para reivindicarse con ella, porque tiene en mente varias opciones para que el público no crea que la guardó en el cuarto de San Alejo.
“Por ahora me tiene feliz la canción Toma todo, porque es un son. Para mí es lo más vallenato que he escrito en mi vida. Tiene mucha cadencia del folclor de mi región, pero la letra es más pícara porque me atreví a decir cosas como ‘Me saliste patrullerita’; eso lo utilizamos para definir a la gente que pide mucho o está pendiente de que le regalen cosas. Aquí traté de jugar con el lenguaje y me han dicho que me quedó muy bien”, dice Jorge Celedón, quien escogió como primer sencillo el tema Lo que no me gusta de ti, una creación original de Iván Calderón.
Este álbum estaba preparado para salir en septiembre, en plena celebración del mes del amor y la amistad, pero los compromisos nacionales y extranjeros de Celedón provocaron una tardanza, que al final le ha traído sólo beneficios. Tuvo tiempo para digerir mejor el material, así como para erradicar violines y chelos que antes compartían protagonismo con el acordeón.
“El vallenato es mi folclor. Eso lo tengo desde que nací. La primera canción folclórica que me aprendí fue de Alejo Durán y recuero que era Rosalba. Mis vecinos eran artistas del género, así que no tengo otra forma de respirar distinta a la vallenata, aunque en mi casa también se escuchaban música mexicana y gaita venezolana. Todo eso quise mostrarlo de alguna manera en Sencillamente, un disco integrado por canciones que quiero que lleguen lejos. Nada más”, concluye Jorge Celedón, quien aún no se acostumbra a bautizar las historias que le gusta contar.
jpiedrahita@elespectador.com